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Cada vez son más las familias que acogen animales sin hogar en lugar de comprarlos en una tienda de mascotas. Aunque es un gesto positivo, los expertos advierten de que debemos tener precauciones al adoptar gatos callejeros si tenemos niños en casa.
El objetivo no es desalentar la adopción, sino concienciarse para mantener las medidas de seguridad adecuadas y evitar accidentes. Debemos aprender los comportamientos de los gatos, vigilar su salud y sus posibles enfermedades y asegurar una correcta adaptación en el hogar.
Repasamos algunos consejos para facilitar la cohabitación de gatos callejeros con los niños de la casa y algunos trucos para disfrutar de la convivencia con estas mascotas.
Las precauciones que debemos tomar si tenemos niños y gatos callejeros en casa
Cuando acogemos a un gato callejero, nunca sabemos dónde ha estado, qué ha comido, qué enfermedades ha contraído o con qué otros animales ha podido tener una pelea.
Lo primero que debemos hacer cuando damos la bienvenida a un gato callejero al núcleo familiar es llevarlo al veterinario. Allí le realizarán las pruebas pertinentes para buscar posibles infecciones y enfermedades como la leucemia felina o el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF).
Además, los veterinarios le pondrán las vacunas necesarias y llevarán a cabo la desparasitación interna y externa del gato.
Pero eso no es todo. Ya en casa, debemos asegurarnos de que tanto el gato callejero como los niños se adaptan a la convivencia. Para ello el gato debe familiarizarse con los sonidos, los olores y nuestro ritmo de vida sin sentirse amenazado.
Es importante educar a los niños para que tomen sus propias precauciones con el animal. Por ejemplo, los pequeños de la casa deben aprender a interpretar el lenguaje corporal de un gato callejero.
Si bufa, se esconde o echa las orejas hacia atrás, necesita espacio. Interpretar estos gestos puede evitar mordiscos, arañazos o incidentes no deseados.
Cuál es el proceso para adoptar a un gato callejero
Adoptar a un gato callejero no es tan simple como encontrarlo por la calle y llevarlo a casa. Hay que asegurarse de que en efecto es un gato callejero y no un gato que se ha perdido o que hace vida autónoma fuera de la casa de su dueño.
Para ganarnos la confianza del gato, una buena técnica es ofrecerle comida en un entorno seguro. Una vez que el gato sepa que no somos una amenaza, será el momento de llevarlo al veterinario.
Para que el gato aprenda a convivir en casa es importante dotarle de un espacio propio, donde disponga de un arenero, un bol de agua y comida, su cama e incluso algún juguete.
Si seguimos estos pasos, tenemos más probabilidades de que el gato quiera quedarse a vivir con nosotros.
Los mejores trucos para educar gatos callejeros
Partiendo de la base de que los gatos no son tan obedientes como los perros, debemos saber que su educación es un reto mayor. Y más si se trata de un gato callejero que ha vivido abandonado o en condiciones complicadas.
Establecer una rutina es una buena forma de adaptar al gato a unos hábitos: darle comida a las mismas horas, seguir una regularidad en el horario de juego, mantener limpio su arenero…
Cada gato es un mundo: los gatos callejeros en ocasiones son más tímidos y están menos acostumbrados a la interacción humana. Si no es muy receptivo al intentar educarlo, debemos ponernos a su altura y evitar movimientos bruscos para ganarnos su confianza y no representar una amenaza.
Si el gato es demasiado agresivo, debemos buscar la ayuda de un profesional veterinario o etólogo. Al fin y al cabo, nunca sabemos por lo que ha pasado nuestro gato callejero antes de que nosotros apareciéramos en su vida.