El aviso de un experto a todos los dueños de gatos: «Desarrollan actitudes agresivas»
Un experto explica los riesgos de sacar a pasear a un gato con correa
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Quien vive con un gato sabe lo particulares que son. Algunos se comportan de tal modo que controlan la casa entera, mientras otros pasan desapercibidos, durmiendo plácidamente en su rincón favorito. Pero hay una pregunta que ronda la cabeza de muchos dueños de gato: ¿será más feliz si sale a la calle o si se queda siempre dentro? Y lo cierto es que no hay una sola respuesta, pero sí un aviso de un experto que debemos tener muy en cuenta, por el bien de nuestros gatos.
El veterinario y especialista en comportamiento animal Jaume Fatjó ha sido quien ha emitido este aviso a todos los dueños de gatos y que tiene que ver con el hecho de que cada vez más, vemos como deciden pasear a su mascota con una correa como si fuera un perro. Pero cuidado, lo que pensamos que es bueno para nuestra mascota, en realidad no lo es tanto y puede afectar a su comportamiento. El experto explica que si dejamos la puerta abierta, la mayoría de gatos es evidente que van a salir, debido a que les puede la curiosidad. Pero dependiendo de los estímulos que tenga en casa (y sin son muchos mejor) puede que el gato no tenga intención alguna de escapar. Pero claro, si el gato pasa muchas horas encerrado nos da pena y entonces es cuando pensamos que un paseo con correa puede ser la mejor solución. Sin embargo Fatjó advierte que esta práctica puede acabar cambiando su carácter, y no siempre para bien. Ha visto casos concretos en los que, tras varios paseos así, el gato terminó mostrando actitudes agresivas que antes no tenía.
El aviso a los dueños de gatos sobre los paseos con correa
Sobre el papel, pasear al gato con la correa parece un plan perfecto: un rato de aire fresco, unas cuantas olfateadas y vuelta a casa. Sin embargo, ese tipo de paseo rompe una de las necesidades más importantes de un felino: decidir qué hacer y cuándo hacerlo. Fatjó explica que si de repente aparece otro gato, el nuestro puede decidir si irse o no, pero como va atado pierde esa capacidad o de hecho, no puede controlar su instinto.
De ahí que dependiendo del gato es posible que acabe desarrollando agresividad, tal y como alerta el veterinario ya que explica que algunos casos en problemas de comportamiento felino que ha tratado, tenían que ver precisamente con el hecho de haber sacado al gato a pasear con correa.
Quedarse en casa también puede ser una buena vida
Hay gatos que jamás han pisado la calle y, aun así, llevan una vida plena. La clave no está en la superficie que pisan, sino en lo que esa superficie les ofrece. Un salón con rascadores, estanterías a distintas alturas, escondites estratégicos y juguetes que imiten a presas puede ser más estimulante que un patio lleno de peligros.
Además, quedarse dentro evita accidentes y encuentros no deseados. Menos peleas, menos parásitos, menos sustos. Y lo más importante: un gato seguro es un gato que puede relajarse y dedicarse a lo suyo, que casi siempre es dormir, jugar y observar. Sí, incluso observar cómo se mueve una sombra por la pared o cómo un insecto cruza la ventana.
Tampoco hay que olvidar que la calle es imprevisible. Un ruido fuerte, un perro sin correa o un coche que aparece de repente pueden provocar un susto que deje huella. En casa, en cambio, el entorno es predecible, y eso para un felino equivale a tranquilidad.
La clave está en que sepamos ofrecer estímulos a nuestra mascota que le permitan disfrutar del entorno en el que viven. Con momentos de juego, de descanso, de inquietud por explorar o también que tenga su propio espacio para que nadie le moleste.
Y la verdad es que opciones tenemos muchas, desde cajas de cartón que podemos usar para crear espacios, a cordones, juguetes que dan premios, caminos que hagamos con el mobiliario, etc… Incluso colocar una repisa junto a la ventana puede darle horas de entretenimiento seguro.
También conviene mantener rutinas. Los gatos no son grandes fans de las sorpresas, así que tener horas más o menos fijas para comer y jugar les da tranquilidad. Un par de sesiones de juego al día, aunque duren pocos minutos, pueden marcar la diferencia. No se trata de cansarles físicamente, sino de estimularles mentalmente.
No hay dos gatos iguales
Todo lo que hagamos por el bien de nuestro gato será bueno, aunque cuidado con lo de la correa. Es mejor dejar que sean ellos mismos, aunque tengamos que estar más atentos para que no se escapen. Lo importante es observarles, conocer su carácter y actuar en consecuencia. Forzarles a una rutina que no les gusta, aunque parezca lo mejor, puede ser contraproducente.
Como recuerda Fatjó, lo que más valora un gato es la calidad de su territorio y la libertad para decidir. Y eso, en muchos casos, se puede conseguir dentro de casa, sin riesgos y con la tranquilidad de saber que su bienestar no depende de lo que ocurra en la calle.
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