La taberna de Iglesias tiene cocina sin licencia y ha sido denunciada por falta de accesibilidad
No tiene carta de alergias, ni rampa de acceso para silla de ruedas y tiene elementos potencialmente inflamables
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La Taberna Garibaldi, negocio hostelero vinculado al ex vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias y sus socios, opera desde su apertura en marzo de 2024 con una serie de irregularidades administrativas y de seguridad que podrían constituir infracciones a la normativa vigente. Ha sido denunciado ante el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.
Una investigación revela que el establecimiento, situado en el barrio madrileño de Lavapiés, funciona con una licencia de actividad básica de «café-bar» mientras ofrece servicios propios de un restaurante y realiza actividades culturales que requieren permisos especiales.
La principal irregularidad detectada es la discrepancia entre la licencia de actividad con la que cuenta el local y los servicios que realmente ofrece. La base de datos oficial del Ayuntamiento de Madrid recoge que tiene licencia de «café-bar».
Sin embargo, según el material gráfico compartido por los propios gestores en redes sociales, la Taberna Garibaldi dispone de cocina equipada, personal específico de cocina y ofrece una amplia carta de platos elaborados en el local, características propias de un establecimiento con licencia de restaurante, no de una simple taberna. Esa carta, además, no tiene información sobre alergías.
Esta situación supondría el incumplimiento de la normativa municipal, que establece claramente las diferencias entre ambas categorías y los requisitos específicos para cada una.
Las tabernas están concebidas para ofrecer principalmente bebidas y, en todo caso, alimentos que no requieran elaboración compleja, como aperitivos fríos o como mucho calentado en microondas. Los restaurantes, por su parte, deben cumplir con normativas más estrictas en materia de seguridad, ventilación, equipamiento de cocina y evacuación.
Adicionalmente, la Taberna Garibaldi acoge regularmente actuaciones culturales, desde conciertos en directo hasta sesiones con DJ y recitales poéticos, tal como promociona habitualmente el propio Pablo Iglesias. Estas actividades requieren una licencia de actividad superior que contemple específicamente la realización de espectáculos, así como la correspondiente insonorización del local para evitar molestias a los vecinos, requisitos que aparentemente no se cumplen.
«La apertura de un restaurante es una actividad comercial que debe cumplir con estrictas normativas para garantizar la seguridad de los clientes y trabajadores», señala un experto en gestión hostelera consultado. «Saltarse estas normativas no solo supone una competencia desleal para quienes sí cumplen, sino que puede poner en riesgo a las personas».
«Una ratonera»
En materia de seguridad, el establecimiento presenta también elementos preocupantes. El local está decorado profusamente con banderas, lienzos colgados del techo y grandes cortinas, materiales potencialmente inflamables que podrían constituir un riesgo en caso de incendio si no cumplen con las normativas ignífugas correspondientes. De hecho hay vídeos de fuego en espectáculos en el pequeño escenario.
Este tipo de decoración está estrictamente regulado en espacios públicos para garantizar vías de evacuación despejadas y minimizar la propagación del fuego en caso de emergencia. Precisamente en abril del 2023, un caso terrible sacudió la hostelería madrileña. El restaurante Burrocanaglia, en la calle Manuel Becerra, quedó reducido a cenizas por un incendio. Tres personas fallecieron debido al suceso, un camarero de 25 años y dos clientas (de 41 y 43). Ese restaurante tenía también decoración. En paredes y techos había decorados con plantas artificiales.
Problemas de accesibilidad
Como publicó OKDIARIO, la accesibilidad es otro de los puntos críticos. A pesar de haber transcurrido más de un año desde su inauguración, la entrada principal del local sigue presentando dos escalones sin la correspondiente rampa de acceso para personas con movilidad reducida.
Según la normativa vigente, los establecimientos de pública concurrencia deben garantizar la accesibilidad universal, incluyendo la adaptación de al menos uno de los baños, condición que tampoco se cumpliría en este caso.
Estas deficiencias contrastan con la visibilidad pública del establecimiento y de sus propietarios. Pablo Iglesias, figura relevante de la política española como ex líder de Podemos y ex vicepresidente del gobierno, ha convertido la Taberna Garibaldi en un punto de encuentro de personalidades de la izquierda política española, dándole amplia visibilidad en sus intervenciones mediáticas.
Se suma a estas irregularidades la ausencia de información obligatoria en el exterior del local. La normativa exige que los establecimientos hosteleros exhiban en su entrada tanto los criterios de derecho de admisión como la lista de precios, información que según se ha constatado no está disponible. En cambio, la fachada luce numerosas pegatinas y un sistema de iluminación con luces rojas y azules «que nada recuerda a una taberna tradicional», como destaca un vecino del barrio.
El nombre del establecimiento, Garibaldi, hace referencia al revolucionario italiano del siglo XIX, Giuseppe Garibaldi, figura histórica vinculada a las luchas por la unificación italiana y los movimientos progresistas de la época. Esta elección refleja el posicionamiento ideológico que Iglesias y sus socios han querido dar al local, presentándolo como un «bastión de la libertad del proletariado».
Una denuncia de estas irregularidades ha generado un considerable impacto en redes sociales, con miles de interacciones y comentarios que cuestionan la coherencia entre el discurso político de Iglesias, habitualmente crítico con el incumplimiento de normativas por parte de empresarios, y sus propias prácticas como gestor de un negocio hostelero.