Televisión, Moda y Corazón. Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad de Lleida. Antes, redactora y locutora de informativos en la 'Cadena SER' y redactora de Cultura y nuevas tendencias en 'El Independiente'.
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Se cumple un año desde que abriera sus puertas la Taberna Garibaldi, un bar impulsado por el ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, en sociedad con el poeta Sebastián Fiorilli y el cantautor Carlos Ávila. Ubicado en el barrio de Lavapiés, en Madrid, el local se distingue por su marcada identidad política, que se refleja tanto en su carta como en su estética y ambiente. Los nombres de los platos y cócteles rinden homenaje a figuras históricas vinculadas a la izquierda, mientras que la decoración y la música refuerzan esta temática. Cada noche, por ejemplo, el cierre del establecimiento suena a Bella ciao, una canción icónica italiana que fue adoptada como un himno de la Resistencia italiana y utilizada por los partisanos entre 1943 y 1945.
Sin embargo, más allá de su propuesta política y simbólica, la Taberna Garibaldi no ha estado exenta de polémica desde su apertura, acumulando diversas críticas por parte de clientes y visitantes. Algunos han señalado que el ambiente es incómodo y ruidoso, mientras que otros han cuestionado la calidad de la comida y el servicio. Todo, mediante reseñas publicadas en plataformas como Google y Tripadvisor, donde los usuarios comparten habitualmente sus experiencias, generando un debate constante sobre este local en cuestión u otros.
Pablo Iglesias en un acto político. (Foto: Gtres)
La Taberna Garibaldi tiene una calificación global de 3,9 sobre 5 en Google, lo que, aunque no es una puntuación extremadamente baja, refleja una mezcla de opiniones entre los visitantes. Entre los comentarios destacados, algunos usuarios han elogiado la originalidad del local y su ambiente único, pero también han surgido críticas más contundentes. Por ejemplo, varios comensales han mencionado que el local es incómodo y ruidoso, lo que afecta la experiencia general. Otros han señalado que la calidad de la comida no cumple con las expectativas, a pesar de los precios accesibles, y que el servicio podría mejorar. Estas opiniones contrastan con las valoraciones más positivas, creando una impresión dividida sobre el lugar.
En cuanto a los comentarios específicos, destacan opiniones como: «Los platos carecían de frescura, el sabor era tan insípido que parecía comida prefabricada y recalentada una y otra vez», o «Encontramos un trozo de plástico en el provolone, no volveré a cenar. El hombre que nos atendió nos pidió perdón, pero lo suyo sería no habernos cobrado por semejante error». Otros usuarios también se quejam de la suciedad del lugar, señalando que «platos y vasos estaban sucios», e incluso comentando que «muy limpios no parecen ni los tipos que trabajan». Por otro lado, algunos comentarios más positivos resaltan lo contrario, como el de un cliente que dice: «Platos sencillos pero ricos. Precios contenidos».