PLANES EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Descubre las 4 villas de la Sierra Norte: auténticas, rurales y muy madrileñas

Buitrago del Lozoya, Rascafría, Patones de Arriba y Torrelaguna albergan un Patrimonio histórico y arquitectónico único en la Comunidad de Madrid, que está esperando a que lo descubras

SIERRA NORTE
Patones de Arriba. ©iStock

La Sierra Norte de Madrid cuenta con una naturaleza inigualable y multitud de ecosistemas que conviven alimentados por las subcomarcas de la Sierra de La Cabrera y la Sierra del Rincón, y los ríos Lozoya y Jarama. De hecho, las cuatro villas de las que hablamos hoy, Buitrago del Lozoya, Rascafría, Patones de Arriba y Torrelaguna, cuentan con la distinción de Villas de Madrid, por ser destinos singulares y únicos, y por la riqueza del patrimonio cultural, gastronómico, enoturístico y natural que albergan.

En el Valle del Lozoya encontramos, como su nombre indica, a Buitrago del Lozoya y a Rascafría. Dos municipios unidos por el río del mismo nombre, que nace en Peñalara y atraviesa transversalmente el norte de la Comunidad. Deja a su paso un cañón natural en torno al que podemos encontrar un conjunto de yacimientos arqueológicos que forman parte del proyecto El Valle de los Neandertales, visitar también la Necrópolis de Sieteiglesias; y embalses como La Pinilla, Riosequillo, Puentes Viejas, El Villar y El Atazar.

El Valle del Río Jarama, por su parte, actúa como frontera natural entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara, y es la cuna de las villas de Patones de Arriba y Torrelaguna. Una zona plagada de Yacimientos paleolíticos como el Yacimiento de la Dehesa de la Oliva, con restos de lo que antaño fue una ciudad romana, o Atalayas andalusíes como la de Arrebatacapas, e incluso un Puente romano.

Joyas que coronan esta comarca y que, junto a fortalezas, monasterios, plazas centenarias, tradiciones ancestrales, bodegas, viñedos, y cultivos hacen de la Sierra Norte de Madrid un destino único que desde la Comunidad nos invitan a visitar para conocer la verdadera historia de la región.

Buitrago del Lozoya, la localidad fortificada

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Buitrago del Lozoya. ©iStock

En medio del río que le da nombre se alza Buitrago del Lozoya. Una localidad fortificada rodeada por agua y por una muralla medieval de siete torres que es, según explica Elena Rubio, Técnico de Turismo de la Sierra Norte, «el recinto amurallado más importante y mejor conservado de la Comunidad de Madrid». Esta muralla es musulmana y castellana y guarda lo que queda del Castillo de los Mendoza, hogar del I Marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza; en el que se refugiaron Reyes y Reinas. Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica, trasladó a parte de su corte durante al menos un verano invitado por el marqués. Su hijo Enrique IV protegió a su hija, y heredera al trono, Juana La Beltraneja de aquellos que conspiraban contra él; y su propia madre, Juana de Portugal, se unió a ella poco después, desterrada por el propio Rey.

Pasear por las calles empedradas de Buitrago es viajar en el tiempo hasta la época medieval, sus edificaciones del siglo XIV: la Torre del Reloj, una de las antiguas torres de defensa; la Iglesia de Santa María del Castillo, de estilo neomudéjar y declarada Monumento Nacional en 1931; y algunos de los accesos a la muralla como la Puerta del Gorronal y el Arco del Piloncillo, son de obligada visita. No menos importante es el Puente del Arrabal, que comunica el casco antiguo con el arrabal de Andarrío.

Por supuesto, no podemos hablar de Buitrago sin mencionar el Museo Picasso con el que cuenta esta localidad. Una «colección única en la que podemos encontrar piezas que el artista malagueño regaló al que fuese su barbero, amigo y buitragueño, Eugenio Arias», explica Rubio, y que incluye «cerámicas, litografías, dibujos y carteles con su firma. Algo que nadie puede imaginar en una localidad de menos de 2.000 habitantes».

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Museo Picasso ‘Colección Eugenio Arias’. ©Turismo Comunidad de Madrid

¿Dónde comer?

Si pasas por Buitrago del Lozoya y quieres probar auténticos platos recuperados de la cocina serrana tradicional, tienes que probar el Cocido serrano, el Rabo de novillo estofado, las Patatas secas con torreznos, los Judiones estofados con matanza, o los Chorrillos de cordero.

¿Dónde dormir?

Como no podía ser de otra manera, si te quedas en Buitrago, tienes que alojarte como un verdadero rey, y puedes hacerlo en una gran variedad de alojamientos que han aprovechado construcciones originales con sus paredes de piedra y vigas de madera; y con vistas al Castillo de los Mendoza.

Rascafría, un monasterio en medio del valle

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Monasterio de Santa María de El Paular. ©Turismo Comunidad de Madrid

La Villa de Rascafría, fundada en la Edad Media, «se sitúa a los pies de los puertos de montaña de Cotos y La Morcuera, y en el fondo de un valle fluvial formado durante siglos por el agua que bajaba de las cumbres de Peñalara y el Río Lozoya», nos explica Rubio, que anima encarecidamente a visitar la gran joya y atractivo turístico de esta localidad: el Monasterio de Santa María de El Paular.

La primera piedra de este recinto, considerado Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico Nacional, la colocó el Rey Juan I de Castilla, en 1390. Cuenta con una iglesia y un palacio en su interior, así como con una colección inédita de pinturas de Vicente Carducho que pueden visitarse de la mano de los propios monjes que aún residen allí.

Para llegar hasta el monasterio te recomendamos cruzar el llamado Puente del Perdón, que recibe su nombre por ser el sitio donde antiguamente los reos suplicaban por su vida, y que a día de hoy se mantiene regio sobre el río Lozoya. No puedes dejar de visitar tampoco el Bosque finlandés, un parque que alberga especies de árboles propias del norte de Europa, el Arboreto Giner de los Ríos que cuenta con más de 200 especies procedentes de Asia, Europa, Norteamérica y Sudamérica, las Presillas de Rascafría, unas piscinas naturales situadas en el cauce del río, o el Molino de Los Batanes, un antiguo molino de papel que pertenecía al Monasterio.

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Puente del Perdón. ©Turismo Comunidad de Madrid

¿Dónde comer?

Si quieres reponer fuerzas después de un buen paseo por Rascafría, puedes hacerlo con unos Judiones con matanza, un buen plato de caza, o un tradicional Asado de cordero o cochinillo, así como productos silvestres propios del valle como mansarones, setas de cardo, zarzamoras, o endrinas. No te olvides de comprar productos gourmet y de llevarte vinos, quesos y chocolates artesanos.

¿Dónde dormir?

En Rascafría tienes hoteles, alojamientos rurales y albergues rodeados de naturaleza e historia con vistas a la sierra y localizados en pleno valle. Un destino ideal para parejas y grupos.

Patones de Arriba, una aldea detenida en el tiempo

Patones de Arriba. ©Turismo Comunidad de Madrid

Una visita a la Villa de Patones de Arriba es un viaje al pasado. «Un maravilloso pueblo escondido entre montañas donde parece que el tiempo no ha avanzado», relata Rubio incidiendo en que además «se ha convertido en uno de los mejores destinos gastronómicos de la Comunidad de Madrid». Se dice que data de la época de la Reconquista, que se libró de la ocupación francesa por su ubicación, y durante un tiempo pudo llamarse incluso reino porque contó con su propio monarca: una suerte de regidor local, conocido como Rey de Patones, que representaba e impartía justicia entre los vecinos y que se mantuvo vigente durante varios cientos de años.

Este municipio, declarado Bien de Interés Cultural, es además uno de los mejores exponentes de la llamada arquitectura negra, nombrada así por sus construcciones de pizarra oscura, principalmente en viviendas. Junto a estas, es de obligada visita la Antigua Iglesia de San José, hoy en día reconvertida en Oficina de turismo; el Lavadero y la Fuente Nueva, dos construcciones tradicionales y perfectamente conservadas y las ruinas de lo que fue la Ermita de la Virgen de la Oliva, de la que sólo se conservan el ábside y parte de la nave central.

Además de por su arquitectura, esta villa de la Sierra Norte es conocida por el Yacimiento de la Dehesa de la Oliva, situado en una privilegiada situación geográfica que le otorga una defensa natural y en el que se han encontrado evidencias de la Prehistoria, de la Edad de Hierro, de la época romana y de la medieval. Es importante destacar que si quieres visitar Patones de Arriba, sólo podrás hacerlo ascendiendo a pie por la Senda Ecológica del Barranco, o con el servicio de lanzadera que sale desde el parking disuasorio situado en Patones de Abajo, ya que no se puede acceder con el coche.

Puente del Arroyo de Patones. ©iStock

¿Dónde comer?

Si lo que buscas es carnes a la brasa, asados y recetas caseras puedes aprovechar para comer en los tradicionales restaurantes de Patones, donde además podrás disfrutar también de la mejor cocina creativa, de calidad y con toques internacionales. Esta localidad cuenta además con un mercado gastronómico en el que se pueden adquirir vinos, quesos, embutidos, ahumados de la sierra, y frutas y verduras de huerta local.

¿Dónde dormir?

Si quieres alojarte en Patones de Arriba, puedes hacerlo en algunos de los hoteles rurales con más encanto de la Comunidad de Madrid. Casas originales del pueblo, reformadas y perfectamente integradas en el entorno que te harán disfrutar de una experiencia única.

Torrelaguna, entre Cisneros y Al-Ándalus

Plaza de Torrelaguna. ©iStock

La Villa de Torrelaguna tiene una historia digna de contarse. Un pueblo de marcado carácter medieval, que invita a perderse por su monumental plaza Mayor y a recorrer los restos de la antigua muralla, como la Puerta del Santo Cristo de Burgos, el Arco de San Bartolomé, o la Puerta de la Malacuera (llamada popularmente ‘La Puerta del Sol’), que conservan elementos originales de los accesos al antiguo recinto.

«Torrelaguna cuenta además con varias casas solariegas como la Casa de Los Vargas, o la de la Alhóndiga, palacios como el de Arteaga, o el de Salinas y edificios eclesiásticos como el Convento de las Carmelitas, o la Ermita de la Soledad», explica la experta en la Sierra Norte, poniendo el acento en la Iglesia de Santa María Magdalena, «su secreto mejor guardado y una de las joyas del gótico madrileño, con detalles renacentistas, retablos barrocos y platerescos y un altar mayor de estilo churrigueresco atribuido a Narciso Tomé».

El Convento y Abadía de Concepcionistas Franciscanas Descalzas data de la época de Concilio de Trento y es otro de los puntos de obligada visita junto a la Cruz de Cisneros, levantada en 1802 para marcar la casa donde nació Francisco Jiménez de Cisneros, cardenal, arzobispo de Toledo, cabeza de la Inquisición durante el reinado de los Reyes Católicos e incluso regente de la Corona de Castilla hasta en dos ocasiones. Un personaje que nunca olvidó su origen, y que contribuyó al desarrollo de la villa con la construcción de la iglesia parroquial, un hospital, o la conducción del agua, entre otras. Aunque hay que señalar que de Torrelaguna también era originaria Santa María de la Cabeza y que allí, según dicen, también vivió San Isidro Labrador, patrón de Madrid.

Torrelaguna puede presumir además de contar con un Puente Medieval y con la Atalaya de Arrebatacapas, una de las seis torres defensivas construidas por los musulmanes en la llamada Marca Media de Al-Andalus para proteger Toledo de los reinos cristianos.

Casa solariega de la ‘Alhóndiga’ o ‘Alfolí de la Sal’ ©iStock

¿Dónde comer?

En Torrelaguna podrás comer en lo que fue un antiguo mercado de abastos -o alhóndiga- y en varios locales que cuentan con cuevas-bodega del S.XIV. No te vayas sin probar uno de sus magníficos asados al horno de leña y el popular Chorizo a la garrota, y de acercarte a cualquiera de sus panaderías para adquirir dulces típicos, como los soplillos, horneados en sus tradicionales obradores.

¿Dónde dormir?

En esta villa de la Sierra Norte podrás sentir que has viajado en el tiempo. Sólo tendrás que elegir entre alguno de los hoteles y alojamientos rurales que trabajan a diario para recrear un ambiente tradicional, moderno y actual para los visitantes.

Una ruta perfecta para descubrir las cuatro villas

Valle del Lozoya. ©iStock

Si te has quedado con ganas de conocer estas cuatro villas, desde Sierra Norte nos proponen un itinerario perfecto para poder descubrir todos sus secretos. Una ruta en coche de dos días empezando por Patones y Torrelaguna, en la que visitaremos los enclaves más importantes de ambas localidades, nos empaparemos de la historia de la región y nos alojaremos como auténticos reyes en la última de ellas. El segundo día, pondremos rumbo hacia Buitrago del Lozoya y Rascafría, donde nos dejaremos deslumbrar por dos de las joyas arquitectónicas más imponentes de la Comunidad de Madrid y donde podremos degustar además la mejor gastronomía local.

Un itinerario perfecto para los amantes de la Comunidad de Madrid, y también para los que la descubren por primera vez. Recorre, admira y saborea todo lo que la Sierra Norte tiene guardado para ti.

Más información en Turismo de la Comunidad de Madrid.

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