Juegos Olímpicos de París 2024

El momento más esperado cada cuatro años: así fue el encendido del pebetero olímpico… ¡en un globo!

Marie-José Perec y Teddy Riner encendieron el pebetero de los Juegos Olímpicos de París 2024 en un globo aerostático

Rafa Nadal formó parte de los relevos y recibió la llama olímpica de manos de Zidane

Inauguración de los Juegos Olímpicos en directo hoy: sigue la última hora de la ceremonia en vivo

pebetero Juegos Olímpicos
El globo aerostático en el que está situado el pebetero olímpico. (Getty)
Miguel Zorío

El momento más esperado ya ha llegado, la llama olímpica ya ilumina las calles de París después de que Marie-José Perec y Teddy Riner encendieran el pebetero olímpico. Todo comenzó con Zinedine Zidane entregándole la antorcha a Rafa Nadal en Trocadero para hacer uno de los relevos finales de camino al Estadio Olimpico para encender el pebetero, en el que fue sin duda el gran momento de la ceremonia inaugural. El ganador de 14 Roland Garros tuvo su particular homenaje en tierras francesa de esta manera.

Acto seguido, el español se montó en un barco junto a Serena Williams, Carl Lewis y Nadia Comaneci camino del pebetero olímpico para hacer el siguiente relevo en el tramo final de la ceremonia. Los cuatro han sido campeones olímpicos y fueron juntos por el río Sena hasta dar el último relevo antes de encender el pebetero. Sin duda, la aparición de Rafa Nadal fue un auténtico bombazo y una gran sorpresa para todos. Finalmente, el tenista español le pasó la llama a Amélie Mauresmo, tenista francesa y ex número uno de la WTA.

La última sorpresa estaba por llegar. Tony Parker tomó el relevo de Mauresmo, que a su vez se la cedió al triatleta paralímpico Alexis Hanquinquant. Tras pasar por varios atletas, finalmente la llama llegó a manos de Marie-José Perec, triple campeona olímpica, y Teddy Riner, triple campeón olímpico de judo, que encendieron juntos la llama olímpica de París 2024 que estaba en un globo aerostático que se quedó en el aire, donde permanecerá durante todos los Juegos.

La antorcha olímpica ya está en la capital francesa tras recorrer miles de kilómetros a relevo, partiendo desde Atenas hasta la Plaza del Trocadero de París, donde estaba colocado el pebetero olímpico. Tras un largo recorrido, la llama olímpica ha puesto el punto y final a una ceremonia de inauguración novedosa que rompió con lo tradicional y se celebró a lo largo del río Sena.

Camino a París

Durante su camino hasta París, la antorcha olímpica ha pasado por las manos de deportistas de la talla del ex futbolista francés Bixente Lizarazu o el artista Snoop Dog. Pero el gran misterio estaba por resolver. La organización mantuvo hasta el último segundo la sorpresa de quién sería el encargado de hacer el último recorrido. Zinedine Zidane fue una de las novedades de esta ceremonia.

La leyenda de la selección francesa fue uno de los encargados de portar la antorcha olímpica por las calles de París, camino del Trocadero para el encendido del pebetero de los Juegos Olímpicos. Mientras la llama recorría las calles de la capital francesa, los barcos de las diferentes delegaciones desfilaban por el río Sena durante 6 kilómetros hasta llegar al destino final, donde esperaban miles de aficionados.

Ocho años después, tras no poder contar con gente en las gradas en Tokio 2020 por la pandemia, en París 2024 se volvió a ver a numerosos seguidores y famosos en las gradas. Nadie quiso perderse esta novedosa ceremonia de inauguración que se ha emancipado del Estadio Olímpico con el objetivo de promocionar al máximo todos los lugares icónicos de la Ciudad de la Luz. El El punto de partida donde los atletas se montaron en ‘gabarras’ fue el puente de Austerlitz, pegado al Jardín des Plantes.

Desde ahí recorrieron el Sena rodeando las dos islas del centro de la ciudad, la Île Saint Louis y la Île de la Cité, además de transitar por debajo de los diez puentes y pasarelas del recorrido. Mientras tanto, el encargado de llevar la llama olímpica al pebetero de los Juegos Olímpicos corría por los tejados de las casas parisinas, pasando por uno de los talleres de Louis Vuitton, incluso tirándose por una cuerda para continuar su camino. Finalmente, esa persona, que llevaba la cara tapada y una capucha para que no se le pudiera identificar, fue la encargada de darle la antorcha a Zidane para que siguiera su camino. Con esa llama abrió las puertas del Instituto de Francia para continuar con su recorrido.

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