El socio de Moreno: “Cuando supe que no cree en Dios vi que no podía escribir textos espirituales”
El socio de Moreno se siente estafado pese a declarar que la serie «no era un negocio, era un mecenazgo»
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El empresario argentino Alejandro Roemmers se desplazó el pasado 9 de marzo a Madrid para declarar ante el juez del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional por la operación Titella, en la que se acusa de estafa, blanqueo de capitales y otros delitos fiscales al productor televisivo José Luis Moreno. Durante el interrogatorio, Alejandro Roemmers llegó a justificar su intervención en los guiones de Glow and Darkness porque “cuando supe que Moreno no cree en Dios entendí que no podía escribir textos espirituales”.
Durante hora y media, Roemmers respondió a preguntas del juez, del fiscal, y de los abogados de todas las partes. La comparecencia se celebraba a petición de la defensa de Moreno. El empresario argentino respondió a todas las preguntas de las partes, incluido el fiscal y su propio abogado, que actuaba en representación de Franciscus S.L. que tiene el 63% de la sociedad Dreamlight Productions, realizadora de Glow and Darkness y cuyo 37% es propiedad de Moreno.
Cuando su abogado comenzó a interrogarle sobre los guiones de la serie, Roemmers dejó claro que «no, yo no era guionista» y luego explicó que «lo que hacía era corregir los diálogos que no me gustaban, sobre todo las palabras de Francisco de Asís, eso me lo reservaba». Roemmers añadió que «además yo no, la verdad que no soy una persona que de ninguna manera discrimine por raza, creencias ni nada por el estilo. Pero me enteré más adelante que Moreno no cree en Dios y entonces claro, entendí por qué él no podía escribir bien esos textos espirituales y eso lo escribí yo».
El abogado le recordó que «usted figura como guionista de la serie en un 30%», a lo que el empresario respondió que «él me ha querido poner ahí y no me pareció mal, creo que me puso con un 30% o algo así, que es hasta generoso. Yo creo que mi aporte es menor, pero él lo dispuso así. Yo no se lo pedí».
Luego Alejandro Roemmers respondió a su abogado sobre su intención de contratar a la productora Claire Randall, que justificó porque la persona que había puesto encargado en la productora (Josep Fay) «quería estar un poco más asegurado de lo que pagaba, sobre todo cuando veía que había tantas facturas de la sociedad del señor Moreno, pero bueno, ya lo expliqué, no hubo forma de lograr ningún tipo de control».
Resultó curioso escuchar a Roemmers hablar de la personalidad de José Luis Moreno: «Se indignaba y me decía cómo puedes dudar de mí… Considero que este hombre es un gran actor, eso no lo podemos negar y un gran ilusionista, ha tenido encandilado a los públicos de muchos países y habla muchos idiomas».
También contó que durante sus reclamaciones a Moreno el productor le llegó a prometer que «iba a ingresar dinero por un anticipo de una serie sobre el presidente de Nueva Guinea y decía que había una avidez tremenda por la serie tanto en Amazon, como en Apple o en Disney (…) la idea era siempre que había mucho dinero, que la serie iba a valer cientos de millones de euros».
Pero la decepción llegó cuando el productor fue a visitarle a Cannes y le llevó un capítulo, el primero, para exhibirlo. Roemmers aseguró en su declaración que «tuvimos una desilusión grande, porque lo que vimos no era un capítulo de una gran serie, era una cosa de lo que nosotros llamamos telenovela de tarde, de la televisión hecha así… mediocre, sin final, nada que ver con los que son las series modernas de Netflix, toda la filmación eran planos para ubicar cronológicamente» y recuerda un momento que le llamó la atención especialmente: «El San Francisco recién nacido se veía que era un niño de plástico y eso lo vio la gente que estaba conmigo también y bueno, eso lo mejoraron después en postproducción».