BANDAS LATINAS

El ‘libro de estilo’ de los Latin Kings españoles: «Esto no es un club de amigos»

Latin King
El lider de los Latin King.
Luis Miguel Montero

La Guardia Civil detenía el pasado 15 de febrero al jefe de los Latin Kings en España junto a otras 34 personas en toda España. La operación Torcidos se llevó a cabo después de que los agentes constataran que el antiguo líder español de los Latin Erik Javier Velastegui Jara, King Wolverine, intentaba reconstruir la banda después de que la casa madre de los Latin Kings en Chicago dejase de reconocer su liderazgo por ingresar en prisión por una violación. Este delito es muy grave, según el libro de estilo de los Latin Kings españoles, que fue incautado por la Guardia Civil gracias a que el testigo protegido TP2022/02 lo aportó a la causa contra ellos. Ese libro de estilo, englobado dentro de la literatura de la banda, lo deja muy claro: «Esto no es un club de amigos». De hecho, los detenidos están imputados por pertenencia a organización criminal y en algunos casos por tráfico de drogas.

Ese libro de estilo sólo tiene 17 folios, suficiente para lo que se denomina literatura de los Latin Kings. El documento original es en realidad una copia traducida del ideario de los latin italianos elaborado en el año 2000 por la Alkqn (Almighty Latin Kings and Queens Nation) o la Topoderosa nación de los reyes y reinas latinos.

Entre sus páginas, por ejemplo, se recogen los «Propósitos del Alkqn», que serían «prometer prosperidad y libertad a través del amor y entendimiento para todas las personas oprimidas, opresivas del mundo» y «tratar que nuestra gente haga conciencia de nuestros problemas sociales y políticos, además de las condiciones de que somos sujetos a vivir bajo estas personas tercermundistas».

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Portada del libro de los latin.

El manual también hace referencia a los colores de la banda, cuyo uso califica de «opcional»: «Negro. Representa el color sólido y dominante del universo (…). Dorado. Representa el fabuloso brillo del sol en su punto más alto y el esplendor de una esperanza brillante en la gente oprimida (…)». En la siguiente página recoge el «saludo nacional», donde se entrelazan los dedos meniques y se juntan los índices.

La simbología es tan importante para los Latin Kings que incluso las manos representan cuestiones concretas. La mano izquierda «representa los cinco puntos de Chicago, amor, honor, obediencia, sacrificio y rectitud». La mano derecha se refiere a «los cinco puntos de New York, respeto, honestidad, unidad, conocimiento y amor». Los seis dedos ocultos (esconden tres en cada mano al hacer el saludo clásico) «significan los seis que fallarán y el triángulo que se forma en la corona significa nuestras metas y propósitos». La mano derecha nunca debe cubrirse: «Un hermano o hermana nunca cruzará su brazo o pie izquierdo sobre la derecha porque su derecha representa su saludo. Un hermano o hermana no debe cubrir con anillos (la derecha), pulseras, porque es su lado dorado y debe brillar como la luz del sol». Cuando estén reunidos, los Latin Kings deben poner «la mano derecha sobre la izquierda delante y hacia abajo».

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Postura de las manos.

Para justificar los castigos físicos, el manual recoge «la enseñanza en fase probatoria» donde explican que «esto no es un club de amigos, por lo tanto, todos y cada unos estaremos juzgados por nuestros reglamentos establecidos por nuestras sagradas escrituras». Una de las ceremonias de iniciación para entrar en la banda consiste en que varios miembros golpean al nuevo.

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Otra página del libro.

En teoría, la banda respeta a las mujeres y los niños. Un apartado del manual está dedicado a las «reinas» o queens: «Una reina es la que sirve a su nación en buenos y malos momentos dispuesta a brindarle amor a sus hermanos y hermanas sin importarles las consecuencias». Precisamente, los líderes de Chicago decidieron expulsar de la banda a Erik Javier Velastegui, alias King Wolverine, el jefe en España, cuando se hizo firme la condena por la violación cometida por él y uno de sus hombres de una joven en Madrid.

Pero Velastegui, al que le quedan tres años para salir de la cárcel, se negó a apartarse de la banda y junto a varios de sus miembros se convirtieron en torcidos o rebeldes y encargó a su lugarteniente en libertad, Tatam, mantener intacta la estructura y el poder de la banda para cuando saliera de la cárcel. Ante una eventual guerra entre los torcidos y los nuevos líderes reconocidos por Chicago, la Guardia Civil decidió intervenir y detenerlos.

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