Juan Carlos I dice que volverá a residir en España cuando gobierne Feijóo: «Con Sánchez es imposible»

Juan Carlos I dice que volverá a residir en España cuando gobierne Feijóo: «Con Sánchez es imposible»
Manuel Cerdán

Juan Carlos I ha confesado a su círculo más íntimo que tiene previsto volver a residir en España cuando gobierne el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Sus palabras fueron contundentes: «Con el presidente Pedro Sánchez es imposible», según ha podido saber OKDIARIO de fuentes próximas al ex monarca.

No es la primera vez que el Rey emérito comparte con sus familiares y amigos la idea de hacer las maletas y regresar a su país, pero siempre se ha topado con la plena oposición de La Moncloa y la aquiescencia de La Zarzuela, que suscribieron un pacto no escrito para mantener al emérito alejado de España.

Ya hace un año, como adelantó OKDIARIO, Juan Carlos I reconoció ante sus amigos haberse equivocado en dos de las últimas decisiones adoptadas en la recta final de su vida: «Me arrepiento de haber abdicado y de irme de España». El Rey emérito renunció a la Corona en junio de 2014 a favor de su hijo Felipe VI y decidió fijar su residencia en Emiratos Árabes Unidos en el verano de 2020. El ex jefe del Estado, en un principio, había contemplado establecer su residencia en Roma, Londres o Lisboa. La primera que se vio obligado a descartar fue la capital portuguesa por la negativa de su presidente Marcelo Rebelo de Sousa.

Juan Carlos I vive en la actualidad en el complejo presidencial del emir y presidente de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Mohamed bin Zayed, en la capital Abu Dabi, donde disfruta de su residencia fiscal. También se desplaza a menudo a Dubái, donde es amigo del vicepresidente y emir, Mohamed bin Rashid.

Hasta hace unos meses residía en una urbanización de megalujo en la isla Zaya Nurai de Abu Dabi a gastos pagados por la realeza emiratí. En esas instalaciones recibió a la mayoría de los empresarios y amigos que reunieron en una colecta los 4,4 millones para regularizar con Hacienda su situación fiscal a causa de los vuelos en jets de Air Partners pagados por su primo Álvaro de Orleans a través de Zagatka.

El Rey emérito abandonó España en agosto de hace tres años tras verse presionado por los escándalos relacionados con su patrimonio en el extranjero y la existencia de cuentas bancarias en Suiza a nombre de fundaciones y sociedades offshore en paraísos fiscales. Todo comenzó con las grabaciones a su ex compañera sentimental Corinna Sayn-Wittgenstein por el comisario José Villarejo, que fueron reproducidas por OKDIARIO en julio de 2018. Meses después, este periódico desveló que el fiscal de Ginebra, Yves Bertossa, había abierto una investigación contra Juan Carlos I, su primo Álvaro de Orleans Borbón y los testaferros helvéticos Dante Canonica y Arturo Fasana.

Las confesiones íntimas de Juan Carlos I sobre la resistencia a su regreso del presidente Sánchez no poseen ningún sesgo de frivolidad. Hay que recordar que la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se mostró categórica cuando a finales de julio de 2020 manifestó: «Mientras gobernemos nosotros, Juan Carlos no volverá a España». Las palabras eran pronunciadas en un acto público ante la mirada atónita del discreto jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín.

La pose de Moncloa

El Gobierno socialista no se ha escondido a la hora de opinar sobre el regreso del ex monarca. Su presidente siempre contesta con tibieza apelando a la responsabilidad por el «perjuicio que puede acarrear a la imagen de la Corona». Sin embargo, el fondo de la cuestión está más relacionado con mantener la cohabitación con sus socios de Gobierno que por otro tipo de motivaciones. Sánchez está más preocupado por las tensiones que podrían provocar una crisis de Gobierno por la beligerancia de Podemos y el resto de socios que apoyaron la investidura, entre quienes se encuentran los republicanos de ERC, siempre en guardia para soterrar los cimientos de la Corona.

De cara a la opinión pública, La Moncloa mantiene una postura ecléctica, como cuando la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, afirmó que el regreso de Juan Carlos I era «una decisión privada», que correspondía sólo al emérito y a su hijo, el actual Rey de España, siempre que diera explicaciones sobre su conducta acerca de los fondos en el extranjero. La Moncloa no se conforma con el archivo de la Fiscalía del Supremo de las investigaciones por la fortuna oculta en varios paraísos fiscales, principalmente por la presión de los socios de la investidura Frankenstein.

El propio Sánchez en más de una ocasión ha escenificado esa posición con la consigna monclovita: «Es un acuerdo al que deben llegar entre Felipe VI y Juan Carlos I». No obstante, según fuentes del Gobierno, ésa sólo sería la estrategia electoralista. La opinión generalizada en La Moncloa es que Juan Carlos I no puede regresar a España hasta que regularice con la Agencia Tributaria todo el dinero que, supuestamente, posee en el extranjero y aclare cuál fue su procedencia.

Los comentarios de Juan Carlos I sobre su regreso a España fueron efectuados en su último desplazamiento desde Abu Dabi a Europa. Desde su autoexilio en 2020, Juan Carlos I ha pisado territorio español en sólo dos ocasiones. La primera en mayo de 2022 y la segunda esta misma semana.

No es la primera vez que Juan Carlos ha comentado su intención de regresar a España para estar cerca de su gente y poder disfrutar con su equipo en las competiciones náuticas, pero nunca por sentirse abandonado o en soledad. Uno de sus allegados comentó a OKDIARIO: «Algunos de sus amigos miraron para otro lado cuando tuvo que abandonar España, pero los incondicionales siempre han estado ahí, viajando con frecuencia a Abu Dabi. Todas las semanas tenía a alguien a su lado».

El Rey emérito no tiene pendiente causa alguna con la Justicia española ni con la Agencia Tributaria. Todos los procedimientos fueron archivados o regularizados con el fisco español. En primer lugar, se vio obligado a abonar 4,4 millones por los vuelos privados de la compañía Air Partners pagados en secreto por su primo Álvaro de Orleans, con cargo a cuentas de Fundación Zagatka y, más tarde, otros 300.000 euros por el caso de las tarjetas black. En ese asunto, Juan Carlos I y todos los miembros de la familia real se servían para cubrir sus gastos domésticos de unas tarjetas que les proporcionaba el coronel Murga, que había trabajado para el ex monarca en La Zarzuela, con cargo a unas cuentas que nutría el inversor mexicano Allen Sanginés-Krause.

El 20 de diciembre de 2021 OKDIARIO publicó: «Juan Carlos I sabe que su regreso a España está condicionado por el discurrir de las investigaciones judiciales y por la presión política ante el Gobierno de Pedro Sánchez de los partidos republicanos e independentistas como Podemos o ERC. En ese escenario, la opinión de la Casa Real cuenta poco. El Rey Felipe VI está condicionado a lo que decida La Moncloa y sus socios comunistas y separatistas».

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