El dinero que tienen escondido en paraísos fiscales desata una pelea entre Urdangarin y Cristina
El dinero offshore de Urdangarin fue primero a Belice pero acabó en el paraíso fiscal de Delaware
La infanta Cristina y Urdangarin separados desde 2019, cuando él empezó a tener permisos penitenciarios
La infanta Cristina viajará a Abu Dabi para visitar al Rey Juan Carlos tras la traición de Urdangarin
Las sociedades offshore y el dinero de las mordidas de Nóos que Iñaki Urdangarin y su socio Diego Torres lograron desviar en 2012 a cuentas de paraísos fiscales ha provocado una dura pelea con Cristina de Borbón tras la separación de la pareja. Los fondos de las cuentas ocultas de la trama societaria siguen en paradero desconocido y ascienden a varios millones de euros, según confirman a OKDIARIO fuentes judiciales que participaron en la investigación de la causa.
Urdangarin, aunque fue condenado por el Tribunal Supremo a cinco años y diez meses de prisión por malversación, logró blanquear parte del botín a través de sociedades fantasmas de Panamá y Belice, con destino final a Delaware, en Estados Unidos, constituidas por el experto en ingeniería financiera, el catalán Salvador Trinxet Llorca.
Urdangarin y Torres llegaron a facturar a diferentes instituciones públicas más de 20 millones de euros, de los que la mayor parte resultaba ser un pingüe beneficio. Sólo los contratos con los Gobiernos de Baleares y Valencia y otras instituciones públicas les generaron unas ganancias opacas de más de seis millones. Al mismo tiempo, los socios fundadores del Instituto Nóos dispusieron de cuentas conjuntas o por separado en Suiza y Luxemburgo, como desvelaron en su día Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta en El Mundo.
Todo ese dinero nunca pudo ser perseguido por la Fiscalía Anticorrupción, quedando a buen recaudo en el limbo de los paraísos fiscales. La condena del Tribunal Supremo sólo les obligó a devolver al erario público 600.000 euros de manera solidaria. Cuando la Policía allanó el despacho de Salvador Trinxet en Barcelona no encontró ni un solo papel sobre la trama económica y, lo peor, no pudo vaciar los ordenadores de datos significativos porque los archivos estaban alojados en un servidor fuera de España.
También hallaron una cuenta en Suiza en el Credit Suisse de Lausana, a través de la cual Urdangarin y su mujer habían cobrado una comisión de 375.000 euros de Aguas de Valencia. Era el pago a una gestión para conseguir un contrato de un trasvase del Mar Rojo al Mar Muerto. La intermediación se debía a un amigo del Rey Juan Carlos, que tenía buenas relaciones con la familia real jordana, según convenció Urdangarin a los responsables de la empresa valenciana.
A día de hoy, una parte de los fondos ilícitos de Nóos sigue en paradero desconocido, de ahí el conflicto suscitado en el domicilio de los ex duques de Palma a la hora de hacer el reparto de bienes del más que probable divorcio que se consumará en las próximas semanas. La infanta Cristina debería aparecer como beneficiaria junto a Urdangarin de parte de los bienes expoliados del Instituto, pero es poco probable que sea ella quien disponga de las claves para poder acceder a las cajas de seguridad o a las cuentas opacas.
Más dinero ‘offshore’
Y no es ese el único dinero que se repartió el matrimonio de Urdangarin y doña Cristina. Como ya publicaron en su día Inda y Urreiztieta, autores del libro Urdangarin: un conseguidor en la corte del rey Juan Carlos, la Policía halló en un registro en el domicilio de Miguel Tejerina, cuñado de Miguel Torres, un croquis de cómo se había desviado el dinero y una chequera con salidas de dinero y entre paréntesis la iniciales “DT” (Diego Torres) e IU (Iñaki Urdangarin). La información afectaba a varios millones, pero nadie siguió su rastro.
La Justicia sí logró bloquear una cuenta en el Credit Agricole de Luxemburgo con 900.000 euros a nombre de Diego Torres, el socio de Urdangarin. La cuenta, según fuentes judiciales, no tenía ninguna vinculación con Nóos.
Urdangarin y la infanta Cristina utilizaban, asimismo, una sociedad paralela a Nóos titulada Alternative General Services en la que figuraba como responsable Robert Cockx. Otras personas que les ayudaron en Suiza fueron José María Treviño y Alex Sánchez Mollinger.
Otra partida de dinero fantasma se relacionaba con la compra del palacete de Pedralbes, en Barcelona. El padre de la infanta Cristina les hizo un préstamo ficticio en 2008 de 1.200.000 euros en dos entregas, que fue considerado como una donación. El dinero procedía de una cuenta de Juan Carlos I, pero nadie quiso profundizar por si encontraban por el camino a Fasana y Canonica y la Fundación Zagatka.
El nombre de la fundación, gestionada por los testaferros suizos de Juan Carlos I, no vio la luz hasta que OKDIARIO desveló las investigaciones en Ginebra, tras la difusión de las grabaciones de José Villarejo a Corinna Sayn Wittgenstein.
El reparto del botín
Una fuente que conoce en profundidad el caso Nóos señaló a OKDIARIO que Urdangarin y Torres disponían las cuentas en Suiza a un 50%. Se podrían calificar sus fondos como la calderilla de Nóos, ya que su verdadero fortín estaba radicado en los paraísos fiscales del Caribe. Del dinero de la cuenta suiza Torres se compró un chalet y un barco y Urdangarin lo transfería a la patrimonial Aizoon, que compartía con la infanta, desde donde se cubrían sus gastos y los endosos de las tarjetas de crédito.
Una parte importante del botín, gestionado por el apoderado Trinxet, quedaría pendiente de inventariar y, a partir de ahí, es donde surge el problema. ¿Cómo se pueden incluir esos fondos en la partición de bienes y quiénes van a gestionar las negociaciones para el reparto? De momento, la infanta Cristina, tras el anuncio de la separación, se ha desplazado a Abu Dabi para reunirse con su padre. Posiblemente, viaje a los Emiratos en busca de ayuda para afrontar el proceso del divorcio.
Urdangarin siempre ha negado -también durante la vista del caso Nóos- disponer de cuentas en paraísos fiscales, sin embargo, en la sentencia del Tribunal Supremo, se hace referencia a las sociedades offshore Blossmhills Assets, constituida en Belice, pero controlada por la panameña Skyline Associate Corp.
Pero lo que no pudieron enjuiciar los tribunales fueron los siguientes pasos de todas estas offshore que acabaron bajo el control de otra instrumental: Netglobal LLC-Advance Partnerts Corporation Serie, con sede en 3500 South Dupont, Highway en Dover (Delaware-EEUU).
Urdangarin y Torres se sirvieron del testaferro Salvador Trinxet Llorca, un personaje que se mueve en las grandes ligas del blanqueo de dinero y de la ingeniería financiera. El entonces conde de Palma prefería alejarse de la red de su suegro, controlada desde Ginebra por los también testaferros Dante Canonica y Arturo Fasana, y colocar su dinero al otro lado del Atlántico.
Trinxet trabajaba para la pareja Urdangarin-Torres desde 2007, desde que empezaron a desviar dinero del Instituto Nóos. El grupo llegó a disponer de 27 sociedades panameñas, de las que Trinxet figuraba en ocho.