El diario de Roures brama por una ‘filtración’ que perjudica a su comisario protegido Martín Blas

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Jaume Roures, el comisario Martín Blas y el policía Rubén Eladio.

El diario de Roures enloquece por la publicación de un informe policial de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) sobre Marcelino Martín Blas, uno de los comisarios investigado en varios asuntos turbios de la Policía, como el caso Kitchen por el espionaje al tesorero del PP, Luis Bárcenas. Público califica las informaciones periodísticas sobre su protegido Martín Blas de “filtraciones” cuando, durante años, el diario podemita ha venido desvelando el contenido de dosieres confidenciales de la UAI.

La hemeroteca de Público es la prueba más evidente de que su reportera estrella, Patricia López, entraba y salía de la sede de la UAI con plena impunidad mientras fue su comisario Martín Blas (23-2-12/7-4-15) y su número dos Rubén Eladio López.

El propio ex director Adjunto Operativo de la Policía (DAO), Eugenio Pino, entregó en un Juzgado la prueba que lo documentaba en una querella que presentó contra Martín Blas. En el informe policial del registro de visitas a las dependencias de Asuntos Internos aparecía el nombre de la periodista del trostkista Roures,  especializada en “cloacólogía”

Martín Blas es uno de los protagonistas principales de la conocida como “guerra entre comisarios”, que culminó con la operación Tándem y con José Villarejo en la cárcel. Público logró instaurar el término “cloacas de Interior” cuando se refería a las rencillas policiales, pero dejando fuera a Martín Blas, que en 2015 tuvo la osadía de pretender detener a varios periodistas.

Encabezamiento del informe policial que desvela los vínculos del comisario Martín Blas con la ‘Operación Kitchen’.

El dossier de la UAI sobre Martín Blas sobre sus relaciones con la operación Kitchen, fechado el 20 de octubre pasado, demuestra que el comisario colaboró con Villarejo en la conocida como “operación Cataluña”, algo que siempre ha negado el ex jefe de la UAI. OKDIARIO ya desveló algunas de las conversaciones entre ambos comisarios, en las que se escuchaba a Martín Blas reconocer sus actuaciones en Barcelona.

En una de esas conversaciones con Martín Blas, que fueron intervenidas durante la operación Tándem, Villarejo le dice a su compañero: “Nos vemos y hablamos y tomamos un cafecito como siempre. ¿Vale?”. Martín Blas le contesta: “Vale, venga”.

El que fuera jefe de la UAI, entre febrero de 2012 y abril de 2015, también está pendiente de las investigaciones en Andorra sobre las coacciones a directivos del BPA para obtener las cuentas de los Pujol en la entidad bancaria del Principado. Pero todos esos antecedentes sobre los asuntos oscuros del comisario de la UAI, imputado en la pieza Kitchen, carecen de valor para el diario podemita de Roures.

Proteger a Martín Blas

Lo más sorprendente es que Público, que se ha especializado en los últimos años en desvelar informes policiales –algunos secretos– de la Unidad de Asuntos Internos (UAI), se queja ahora de que otros periodistas publiquen informaciones sobre sus policías protegidos. El diario podemita desveló la conversación del ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el jefe Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso.

Martín Blas, a quien sus compañeros le reconocen un pasado ligado a la extrema derecha, le sigue ahora el juego a Roures y a los independentistas catalanes. El comisario no sólo fue uno de los invitados estrellas en el montaje de la comisión del Parlamento catalán sobre una supuesta operación Cataluña, sino que además participó activamente en el documental de la productora de Roures sobre las supuestas cloacas de Interior.

Eso sí, los cloacólogos de la productora del empresario trotskista, que ha sido condenada en Estados Unidos por pagar sobornos a dirigentes de la FIFA, dejaban fuera a Martín Blas y a su ayudante, el inspector Rubén Eladio López. Ambos fueron apartados de la investigación del caso Nicolás por la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid. La magistrada calificaba sus investigaciones de “netamente prospectivas” y “carentes de base objetiva suficiente”. La Fiscalía, así mismo, acusaba a ambos policías de “falta de imparcialidad”.

En la información publicada ayer, el diario de Roures señalaba al sucesor de Martín Blas en la Unidad de Asuntos Internos, Francisco Migueláñez, de “intentar influir sobre otros jueces, como Arturo Zamarriego, que llevaba caso del Pequeño Nicolás, para que se lo quitara a Martín Blas, cuando el magistrado decidió formar la comisión judicial en la que prohibía informar a Interior de las investigaciones”. Público se escuda, para mantener tan dura acusación, en los “agentes que participaron en dicha investigación”.

Cuando la verdad no cuadra

Días antes, la misma reportera de Roures redactaba un alegato a favor del general Félix Sanz Roldán, tras su declaración en el juicio de su querella contra José Villarejo. Pero Patricia López se hacía un lío en su crónica pseudojudicial. En uno de sus párrafos escribía: “Las presuntas amenazas que Corinna Larsen le expuso a José Manuel Villarejo y al ex presidente de Telefónica Juan Villalonga en abril de 2015 se habrían producido en mayo de 2012 en un hotel de Londres, quince días antes de que el Rey Juan Carlos I le hiciera la transferencia de los 65 millones de euros”. La tres últimas líneas destacadas en negrita.

La reportera de Público tergiversaba los hechos porque la transferencia de los 65 millones de euros a Corinna se realizó antes de la visita de Sanz Roldán al hotel Connaught de Londres, pero la realidad no le cuadraba. Tanto que calificaba la donación de Juan Carlos I de “presunta”, cuando el propio Rey Emérito lo ha llegado a reconocer públicamente.

La misma reportera se quejaba de que “lo peor del juicio” había sido “la revelación del policía preso (Villarejo) de sus conocimientos sobre el atentado de Las Ramblas”. Sorprendente su comentario porque su diario, con la firma de Carlos Enrique Bayo, publicó un largo serial sobre la implicación del CNI en el atentado de Barcelona. Estos fueron algunos de sus titulares: “El cerebro de la masacre de Las Ramblas fue confidente del CNI hasta el día del atentado”, “El CNI escuchaba los móviles de los asesinos de Las Ramblas cinco días antes de la matanza” o “El CNI quiso poner al imán en Barcelona pero el jefe local se negó a que lo controlara Madrid”.  Finalmente, Público tuvo que rectificar y admitir que muchas de sus informaciones habían sido fakes.

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