‘The New York Times’ critica a Obama por cobrar 400.000 $ por una conferencia
Barack Obama ha decepcionado a ‘The New York Times’. En un editorial, el diario da cuenta de que el ex presidente de Estados Unidos cobrará 400.000 dólares por dar una conferencia para una firma de Wall Street en septiembre y se pregunta si con esto está «traicionando» sus principios y manchando su imagen pública, apenas erosionada en ocho años de mandato y favorecida por su sucesor, Donald Trump.
Recuerda el medio extractos de dos de los libros de Obama antes de ocupar el despacho oval. En ‘La audacia de la esperanza’ (2006) y ‘Los sueños de mi padre’ (2008), habla de grandes fortunas con las que debe relacionarse por su tarea como senador o para financiar sus aspiraciones y las describe como personas «inteligentes» e «interesantes» pero ajenas al mundo y despreocupadas del hambre o la desigualdad.
Para el ‘Times’, es «desalentador» que un dirigente «cuya histórica candidatura se basaba en un examen moral de la política» se uniformice ahora con el esto de mandatarios retirados, recordando también -ya sin reproches- que tanto él como su mujer, Michelle, han firmado un contrato con la editorial Random House por en torno a 65 millones de dólares a cambio de sendas memorias que se espera sean un éxito internacional.
«Apego indecoroso con los donantes más ricos»
La cabecera valora que los Obama, «como pareja y familia», llevaron a la Casa Blanca «empatía» y calidad en el trabajo y las formas en un «periodo tempestuoso económica, militar y diplomáticamente», subraya, «en marcado contraste con la vulgaridad cotidiana de sus actuales ocupantes». Por ello, recalcan los opinadores, era «imaginable» que el hasta hace poco hombre más poderoso del mundo «rompería con una práctica cuyos males observó tan astutamente».
Su decisión de estar en uno u otro lado, expone el artículo, marcará igualmente el destino del Partido Demócrata, «que ha perdido el contacto con los trabajadores como las elecciones aclararon tan dolorosamente». Y añade: «Por primera vez, los demócratas son vistos fuera de contacto con los los ciudadanos ordinarios, a lo que contribuyó el apego indecoroso de sus responsables con los donantes más ricos».
Así, dado que el matrimonio está poniendo en marcha una fundación «para elevar una nueva generación de políticos», el texto propone que se cedan los honorarios por actos de esta naturaleza a esta organización u otras causas benéficas enfocadas en ese objetivo. «Desde sus primeros días, Obama luchó por ser un servidor público en la era de las influencias. Ahora que se compromete a construir futuros líderes estadounidenses, esperamos que establezca un estándar más alto para los ex presidentes», concluye.