El secretario de Defensa de EEUU trata en Irak la situación de las tropas norteamericanas
Mark Esper, secretario de Defensa de Estados Unidos, llega a Irak para resolver la situación de las tropas norteamericanas llegadas a territorio iraquí después de su partida de Siria poco antes de la ofensiva que desató Turquía el pasado día 9 en el noreste sirio contra las milicias kurdas de la zona.
Esper contempla en su agenda la reunión con su homólogo iraquí Mohamed al-Hakim y el primer ministro del país, Adel Abdul Mahdi, para conversar sobre la retirada de soldados estadounidenses de Siria y su emplazamiento en el Kurdistán iraquí, además de sobre el rol que desempeñará Irak en toda esta problemática.
El secretario de Defensa estadounidense ya adelantó que este contingente militar retirado de Siria no se quedará de forma indefinida en Irak y que volverá a EEUU.
Todo ello después del acuerdo que sellaron en la ciudad rusa de Sochi Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, y Vladimir Putin, presidente de Rusia, para detener definitivamente la ofensiva turca en el noreste de Siria, la cual estaba en suspenso por el alto el fuego decretado que vino propiciado por el pacto al que llegó el propio Erdogan en su pasada reunión en Ankara con Mike Pence, vicepresidente de EEUU, y Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano.
Un entendimiento turco-estadounidense que incluyó el beneplácito previo de la Administración Trump para que se materializase el principal deseo de Erdogan, que era el de la salida total de las milicias kurdosirias de las Unidades del Protección del Pueblo (YPG, por sus siglas en kurdo) de la zona se seguridad creada y delimitada por un espacio de 32 kilómetros de ancho y 240 de largo; un área establecida tras la marcha de las tropas estadounidenses del noreste sirio.
Plazo de retirada
En Sochi, Rusia y Turquía acabaron pactando definitivamente la ampliación del plazo en 150 horas más para que las fuerzas kurdas se retirasen de esta zona de seguridad. Además, este repliegue de EEUU fue aprovechado por Rusia para ocupar los puestos abandonados.
Dentro de la esfera política norteamericana hubo mucha crítica a la dirección tomada, tanto por parte del opositor Partido Demócrata como por parte del propio Partido Republicano del presidente Donald Trump, por la decisión de salir de Siria ya que esta suponía dar la espalda a las YPG (aliados básicos de EEUU para derrotar al grupo terrorista yihadista Daesh) cediendo ante las pretensiones de Turquía, y también propiciaba claudicar ante adversarios políticos en el plano internacional como Siria, Rusia e incluso Irán (socio del régimen de Bachar al-Asad).
Dentro de esta confluencia de intereses, Rusia se ha visto en una situación incómoda. El Estado ruso han sustentado al Gobierno de Al-Asad durante la guerra en territorio sirio y, precisamente, Damasco se alió con las fuerzas kurdosirias circunstancialmente para detener la operación militar turca en el noreste.
Escenario que puso en un brete a Rusia, socio preferente de la Siria de Al-Asad y nación amiga de Turquía, con la que había establecido una sólida relación de cooperación en materias tan importantes como el sector energético o Defensa, destacando aquí la última adquisición por parte turca del sistema ruso de defensa antiaérea S-400, maniobra que supuso un inconveniente grande para Occidente y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que crítico esta aproximación otomana a Rusia y que remarcó que este sistema no era compatible con el sistema de seguridad occidental.
Fuera de Siria
Esper ha explicado que todavía no se ha decidido durante cuánto tiempo estarán los militares estadounidenses en Irak, tema que abordará en profundidad con el responsable de Defensa iraquí. Lo que sí aseguró es que regresarán a EEUU después de un espacio de tiempo, de momento indeterminado, en un territorio ajeno a Siria. «A medida que nos vamos retirando del noreste de Siria, reposicionaremos temporalmente estas fuerzas en la región fuera de Siria hasta que vuelvan a casa», aseguró Mark Esper en la red social Twitter.
Por su parte, las Fuerzas Armadas de Irak alertaron sobre el hecho de que las tropas norteamericanas replegadas desde Siria hacia suelo nacional no tienen permiso para permanecer en el país y sí para pasar momentáneamente de cara a hacer escala y partir a otro país.
«No hay ninguna aceptación de la permanencia de estas fuerzas en Irak», indicó la Comandancia de las Operaciones Conjuntas en un comunicado citado por la agencia de noticias estatal NINA, en el que se reseñaba además que «todas las fuerzas estadounidenses que se habían retirado de Siria consiguieron un permiso para entrar en la región del Kurdistán» iraquí, pero «para trasladarse fuera de Irak».
Más de 100 vehículos blindados con destacamentos norteamericanos retirados del noreste sirio han llegado ya al Kurdistán iraquí después de que se decretase el cese de las hostilidades acordado por Turquía y Estados Unidos.