Nueva Orleans emerge diez años después del Katrina

Obama Katrina
Barack Obama visitó Nueva Orleans una década después del desastre natural (Jewel Samad/Getty)
Rafael Gallego

“Por primera vez en 50 años, la ciudad está en una trayectoria ascendente en todos los aspectos”. Mitch Landrieu es el actual alcalde de Nueva Orleans. Miembro del Partido Demócrata, lo es desde que el año 2010 venciese a Ray Nagin, ‘mayor’ de la ciudad durante la crisis que causó el salvaje huracán Katrina, de cuyo paso por la ciudad de Nueva Orleans se cumplen ahora diez años. Para el alcalde Landrieu “no se puede rechazar el hecho de que le hemos dado la vuelta por completo a esta situación”, declaraciones al New York Times.

En algunos aspectos, es así exactamente como ha sucedido. La proverbial capacidad de regeneración que posee el pueblo norteamericano se ejemplificó en una ciudad que quedó devastada tras el paso del Katrina. 1.400 personas murieron, decenas de miles resultaron heridas, el 80% de la ciudad quedó anegada. La declaración federal de zona catastrófica fue de 230.000 kilómetros cuadrados, la superficie del Reino Unido.

Ha ocurrido que la ciudad ha regresado con fuerza. Ahora cuenta con mejores colegios, donde antes había un viejo hospital central ahora se encuentra uno de los más avanzados del país. Crece el optimismo en niveles generales. Pero crece, también, a más velocidad en algunos lugares que en otros.

Casas reconstruidas se alternan aún con huecos abandonados (Getty)
Caption2: Casas reconstruidas se alternan aún con huecos abandonados (Getty)

El 30% de la población se encuentra en límites de pobreza, una cifra similar a la que se daba en el año 2000, lo que significa que la media está lejos de crecer al nivel del país. Las clases medias y altas han regresado con fuerza, sí, pero según un estudio realizado por Bloomberg, Nueva Orleans se ha convertido en la segunda ciudad con un mayor índice de desigualdad.

La población de raza negra ha disminuido en grandes cantidades, viven en Nueva Orleans 100.000 menos afroamericanos que cuando llegó el Katrina a la ciudad: en su mayor caso, habitantes que decidieron que les salía más rentable regresar a sus lugares de origen que reconstruir lo perdido. Viven también 11.000 blancos menos, pero con una mayor renta.

Los hispanos han hecho de la necesidad virtud y han llegado en gran número a una ciudad que cada vez habla más español. En 2005 vivían en Nueva Orleans 58.000 latinos, esa cifra alcanza ahora los 103.000. Han llegado para trabajar y se están convirtiendo en una comunidad especialmente emprendedora.

Geografía complicada

Orográficamente, Nueva Orleans está en un lugar complicado, podría decirse que su emplazamiento es un reto a la naturaleza. En plena desembocadura en el Delta del Missisippi y bajo el lago Pontchartrain, la ciudad está por debajo del nivel del mar en un lugar de alta actividad de huracanes. El riesgo es cada vez mayor por la erosión de las costas, se ha realizado un gran trabajo para la reconstrucción y mejora de los diques, pero por definición seguirían sin estar preparados para contener otro Katrina: ese huracán se clasificó con una potencia tal que ocurre ‘entre cada 150 a 500 años’, mientras que las barreras aguantan tormentas clasificadas como ‘una cada cien años’.

Uno de los distritos más afectados y que más ha tardado en recuperar el pulso es el llamado ‘Lower Nine’. Acaba de instalarse el primer supermercado al que no es obligatorio ir en coche para conseguir productos frescos, un CVS más a mano que el clásico hiper Walmart en la periferia.

El regreso de Obama

Barack Obama ha visitado Nueva Orleans una década después y ha querido tirar de simbolismo yendo a este Lower Nine en primer lugar. Antes de llegar a presidente visitó la ciudad devastada -fue el primer senador en hacerlo- y se comprometió a trabajar activamente en su recuperación. “Hace poco hubiera sido bastante improbable que nos reuniésemos todos en este distrito” aseguró Obama, “pero ahora esta nueva comunidad se levanta como un símbolo de la extraordinaria resiliencia que tiene este pueblo, toda la costa del golfo, todos los norteamericanos, de hecho».

Según informó la agencia Associated Press, el secretario de prensa de la Casa Blanca Josh Earnest aseguró que Obama está presionando al gobierno federal y diferentes organismos para comenzar a invertir en la prevención, dado que las tormentas y fuegos salvajes únicamente irán en aumento debido al calentamiento global.

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