Los nacionalistas flamencos abren una crisis de Gobierno en Bélgica al no acoger a una familia siria
El partido nacionalista flamenco N-VA, principal formación de la coalición en el poder en Bélgica, rechaza la decisión de la justicia de otorgar una visa humanitaria a una familia siria de Alepo, provocando una polémica que desestabiliza al gobierno de derecha.
El Primer ministro, el liberal francófono Charles Michel, en el poder desde hace dos años, lanzó el viernes un «llamamiento a la calma y mantener la sangre fría», cuando las tensiones son cada vez más frecuentes incluso al interior de la mayoría parlamentaria.
La polémica surgió el jueves, cuando el secretario de Estado encargado del Asilo y la Migración, Theo Francken (del N-VA), anunció que rechaza otorgar visas humanitarias a la familia siria, pese a una decisión de la corte de apelaciones de Bruselas que condena al Estado belga a hacerlo, bajo pena de multas de 4.000 euros por día.
La familia siria, una pareja y dos niños de 5 y 8 años, vive actualmente en espera de viajar en Alepo, y una familia belga de Namur (sur) está dispuesta a recibirla.
Theo Francken, partidario de una línea dura en materia de asilo y migración, dijo que apelará la decisión de justicia. Pero la virulenta campaña de apoyo a Francken lanzada por su partido, la Nueva alianza flamenca, ha provocado muchas reacciones.
El N-VA «critica a los jueces en general y los presenta como adversarios políticos. Es un ataque inaceptable hacia nuestro Estado de derecho», declaró el jefe de la oposición socialista francófona y antecesor de Charles Michel, Elio Di Rupo.