Juncker contra Cameron, Johnson y Farage por el Brexit: «Un patriota no dimite en las dificultades»
Este martes, el Pleno del Parlamento Europeo revisaba las conclusiones del Consejo de la semana pasada, al cierre de la presidencia holandesa de la Unión. Un Consejo de jefes de Estado y de Gobierno que se convirtió en extraordinario por ser el primero tras la victoria del Brexit. Del mismo modo, la sesión de la Eurocámara se ha visto marcada por las cuestiones relativas al proceso de salida de Reino Unido de la UE y a la crisis institucional que esta grave circunstancia abre. Así, la intervención del presidente de la Comisión ante los eurodiputados ha supuesto un aldabonazo en favor de Europa y una carga de demolición contra los promotores del referéndum convocado en Gran Bretaña el pasado 23 de junio: «No son patriotas, un patriota no dimite cuando vienen las dificultades», ha dicho Jean-Claude Juncker a propósito de la cadena de renuncias de líderes políticos iniciada el mismo viernes 24 al conocerse los resultados.
Ese día, David Cameron, todavía primer ministro, anunció su intención de dejar el cargo, ya que considera que no es «el capitán que debe llevar a Reino Unido a este nuevo puerto». Se da la circunstancia de que él fue quien convocó el referéndum que abría la puerta a un cambio radical del ‘estatu quo’ europeo, pero lo hizo para que éste no cambiara. Y, claro, perdió.
En la semana siguiente, fue su máximo rival, el ex alcalde de Londres Boris Johnson, el que presentó su renuncia a competir por el liderazgo del Partido Conservador. Tras haberse apropiado del liderazgo de la campaña del ‘leave’, Johnson decidió que él no era el hombre indicado para «reunificar un partido dividido».
Y este fin de semana, era el líder del UKIP, Nigel Farage, el que anunciaba que ya no quería seguir al frente de su partido, el más nacionalista y eurófobo de Reino Unido. Eso sí, a pesar de expresar su deseo de volver a la actividad privada, permanecerá cobrando su sueldo de eurodiputado en una cámara que desprecia. Su partido anti-UE ya ganó las elecciones europeas de mayo de 2014, en un anticipo de cómo los británicos votan en masa en todo lo que tenga que ver con Europa… aunque sea para darle una patada al continente.
Esa cadena de huidas es la que ha afeado en la mañana de este martes Juncker en la sede de Estrasburgo del Parlamento Europeo. «Son retronacionalistas, no son patriotas», ha dicho el presidente de la Comisión. Y luego ha querido ponerles nombre, aunque se ha parado en el último momento antes de pronunciar el de Cameron, torciendo el gesto: «Ésos que han contribuido a la situación actual en Reino Unido, Johnson, Farage… y otros».
Para Juncker es «incomprensible que los ganadores del Brexit no presenten ya la petición de salida». En su opinión, esto sólo significa una cosa: en realidad, no preveían su propia victoria. “No tenían plan sobre qué hacer a partir de ahora. En lugar de eso, huyen».
«La Unión de los europeos»
En un discurso de apenas cinco minutos, en os que ha utilizado el francés, el alemán y el inglés, Juncker ha abogado por que «la Unión Europea sea la Unión de los europeos», por impulsar «las reformas que hagan falta». El presidente de la Comisión ha dicho estar de acuerdo en que «no podemos seguir como estamos», aunque ha defendido su programa de Gobierno y su plan de inversiones «por el crecimiento y el empleo», que es su primera prioridad: «De hecho, ¿no estamos ya haciendo lo que hay que hacer para no estar como estábamos?».
El presidente de la Comisión se ha mostrado firme con la credibilidad y la legitimidad de las instituciones europeas, poniendo el acento sobre las medidas impulsadas por su gobierno «desde julio de 2014». Ha recordado a los eurodiputados y, con ellos, a los europeos que no hay que «revisar las reformas, sino que hay que acelerarlas».
El empeño de Juncker es el de hacer política y, con ella, poner a Europa en el centro de la agenda, sin obviar el Brexit, pero pasando sobre él, como un hecho consumado «que habrá que negociar, pero nunca antes de que el Gobierno de Londres lo active». Porque Europa es más importante, y su proyecto solucionará los problemas de sus ciudadanos sólo si las instituciones trabajan de la mano, según Juncker.
Para concluir, y en advertencia a quien quiera desde Londres –o desde el populismo, por ejemplo, del discurso de Marine Le Pen– buscar un arreglo de conveniencia, Juncker ha concluido: «El Parlamento, el Consejo y la Comisión están de acuerdo: el que quiera unidad de mercado deberá respetar la libertad de movimientos. Eso es lo que hay que hacer».
Felicitaciones por la firmeza
Casi todos los portavoces han felicitado al Consejo y a la Comisión por su firmeza ante los gobernantes británicos. Así lo ha hecho, Manfred Weber, el alemán líder de los populares en la Eurocámara, recalcó que los 27 Estados que permanecen en la UE no pueden ser rehenes del caos político en Londres. Sobre Farage, Johnson y Cameron, ha dicho que son unos «cobardes» y ha reclamado una nueva cultura de la responsabilidad para desmontar los mitos sobre Europa.
El líder de los Liberal Demócratas (ALDE), el belga Guy Verhofstadt, ha descrito la salida de Reino Unido como un “terremoto” y ha reclamado «una reforma de la Unión, o ésta morirá», en su ya conocido discuros en favor de Europa como federación de Estados. «El Consejo tiene que reconocer que los ciudadanos no están en contra de Europa, sino en contra de esta Europa» ha subrayado, recordando el último Eurobarómetro, donde los ciudadanos han pedido «más Europa, no menos».
Finalmente, el presidente del Grupo socialista, el italiano Gianni Pittella, ha felicitado al Consejo Europeo por resistir el “chantaje” británico y ha coincidido con el discurso de Juncker en que si un país quiere acceso al mercado único tiene que aceptar la libertad de movimientos de las personas. No obstante, ha coincidido con Verhofstadt en que es necesario relanzar el proceso de integración europea.