El índice de ‘paz mundial’ crece por primera vez en cinco años
Desde hace ya trece años, el think tank mundial Institute for Economics and Peace elabora cada mes de junio el Global Peace Index, un informe que evalúa la presencia o la ausencia de violencia en 158 países, abarcando el 99,7% de la población mundial. Emplea un total de 23 indicadores, tanto cualitativos como cuantitativos, nacionales e internacionales, que viran alrededor de tres ámbitos concretos: el grado de seguridad, el número de conflictos internos y regionales activos, y el nivel de militarización de cada Estado. También tiene en cuenta las guerras supranacionales en las que interviene y el gasto militar derivado de ellas.
A grandes rasgos, analizando el informe del año 2019 emitido hace tan solo unos días, se puede observar que el nivel global de paz ha aumentado con respecto al año 2018 (un 0,09%) por primera vez en cinco años. A pesar de que se han registrado mejoras en 86 países, factores como el incremento de la tensión en la zona del golfo Pérsico, el aumento del número de acciones terroristas en regiones de África y Oriente Medio y el estancamiento gubernamental en la búsqueda de soluciones pacíficas para algunos de los conflictos más activos han provocado que un total de 76 países vieran su seguridad nacional deteriorada con respecto al año pasado.
Más concretamente, además de los focos de tensión señalados, hay elementos comunes a todos los países que varían cada año. Mientras que factores como las luchas por conflictos externos y la percepción de criminalidad nacional han aumentado en un 0,7% y un 0,4% respectivamente, otros como la exportación de armas, el gasto militar o las muertes por conflictos internos se han visto reducidos entre un 0,4 y un 0,8%. El estudio también señala el aumento del flujo de refugiados y las tensiones provocadas por la política exterior impulsada por grandes potencias como Estados Unidos como desequilibradores globales. Este año, se han incluido también las consecuencias de la crisis climática entre los factores analizados por su papel clave en determinar el grado de estabilidad de una región.
A pesar de este tenue aumento de la seguridad global, aplaudida por analistas internacionales, el Institute for Economics and Peace ha advertido que el mundo es mucho más conflictivo y menos seguro que hace una década, en concreto la paz ha disminuido un 3,78% desde el año 2008. Al igual que hace una década, las regiones del norte de África y de Oriente Medio siguen siendo las que más inseguridad interna cosechan, localizándose además cuatro de los diez países menos pacíficos del mundo entre estas dos áreas (Siria, Yemen, Irak y Libia).
En contraposición, Europa se ha posicionado de nuevo, pese a acumular varios años de deterioro, como el área con más nivel de paz del mundo. Aun así, el contexto comunitario europeo continúa mostrándose agitado, especialmente por el resurgimiento de nacionalismos, de movimientos políticos extremistas y por el agravamiento de la situación en torno a los flujos de refugiados y la imposibilidad de encontrar una solución eficaz a esta. Euroasia ha mejorado exponencialmente, acumulando 12 países que han visto mejorado su índice de paz general. El mayor empeoramiento regional se ha producido en Norteamérica, por el aumento imparable de delitos violentos registrados, por la tasa de homicidios y las condiciones de paz estadounidenses, empeoradas por la política exterior impulsada durante los últimos años desde el Estado. Por países, Nicaragua, Burkina Faso y Zimbabwe encabezan la lista.
Islandia y Afganistán: los polos opuestos en la violencia y la paz
Dentro del estudio Global Peace Index, el Institute for Economics and Peace ha elaborado una clasificación de los 158 países, ubicando en orden descendente a aquellos que tienen mayor índice de paz a los que menos. Para ello, ha diferenciado el llamado ‘estado de paz’ en muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo.
Los países que han logrado, mediante el estudio, el contraste y el análisis de los factores cuantitativos y cualitativos tomados alzarse con el estatus de ‘estado de paz muy alto’ únicamente son 13 de los 158. De ellos, Islandia lidera la clasificación seguida de Nueva Zelanda y Portugal. Más han sido los clasificados con ‘estado de paz alto’, un total de 61. Entre estos 61 se encuentran Finlandia (14), Suecia (18), Alemania (22), Rumanía (25), Botswana (30), España (32), Italia (39), Reino Unido (45) o Argentina (75)..
Un total de 42 países han pasado a ostentar el rango de ‘estado de paz medio’, entre los que se encuentran Perú (80), Marruecos (90), China (110) o Brasil (116). Han sido 27 los Estados clasificados con ‘estado de paz bajo’, entre los que se encuentran Honduras (123), los propios Estados Unidos (128), Egipto (136) o Venezuela (144). La peor valoración, ‘estado de paz muy bajo’ se la han llevado 43 países, cuyos últimos puestos están ocupados por regiones con conflictos extremos en activo, como son Irak, Yemen, Sudán del Sur, Siria y Afganistán, último en la cola.
En base a los datos aportados por el informe se puede concluir que las tensiones y los conflictos que se iniciaron hace años y que provocaron la caída drástica de la seguridad a nivel global siguen sin desaparecer. La potenciación de ciertas desestabilizaciones en regiones como el golfo Pérsico o el norte de África han agravado una situación en la que los conflictos armados no encuentran soluciones eficaces y los organismos internacionales no dirigen de manera correcta sus actuaciones. Los brotes de violencia continúan siendo reales y las estrategias de intimidación por parte de algunas esferas intergubernamentales no hacen más que incentivar las crisis regionales. Más allá de eso, la seguridad nacional de ciertos países sigue sin ser tan buena como cabría esperar, lo que deriva en una precepción de criminalidad y de inseguridad por parte de la población que no puede remitir sin la puesta en marcha de medidas concretas.
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