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Todos los errores que estás cometiendo con el alcohol isopropílico

Todos los errores que estás cometiendo con el alcohol isopropílico
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Son tantos los productos de limpieza que hay en el mercado, que muchas veces corremos el riesgo de no estar usándolos exactamente como deberíamos. Conocer algunos de los errores que estás cometiendo con el alcohol isopropílico te permitirá reducir el peligro al utilizarlo y, de paso, obtener mucho mejores resultados cuando intentes desinfectar superficies, textiles, etc. ¿Cuáles son las ventajas y las precauciones que deberías tener al manipular este producto?

A pesar de la efectividad del alcohol isopropílico para la limpieza, el problema es que algunos usuarios se olvidan de sus efectos en el cuerpo humano. Especialmente nuestra piel es sensible al contacto con este alcohol incoloro, inflamable y de un olor intenso. ¡Procura tener cuidado al manipularlo!

Errores que estás cometiendo con el alcohol isopropílico

Su fortaleza, su debilidad

El alcohol isopropílico es un desinfectante inteligente que funciona como germicida, denominación que se le da a los productos que matan virus y bacterias. Ahora bien, su fortaleza es su debilidad. Esa capacidad para deshacerse de los microorganismos es la misma que lo vuelve una sustancia dañina en la piel.

Justamente por eso deberías prestar atención a los errores que la mayoría cometen cuando manipula el alcohol isopropílico. Intenta evitarlos al limpiar con él.

10 errores comunes al limpiar con alcohol isopropílico

No ponerse guantes

Esto es lo peor que puedes hacer. Absolutamente siempre que vayas a limpiar con alcohol isopropílico debes ponerte guantes. Y deben ser de la talla correcta. Cuando te pones guantes de una talla incorrecta el líquido podría filtrarse por las muñecas, así que compra unos guantes que uses sólo con este desinfectante.

Inhalarlo

Al utilizarlo, mantén tu nariz lo más lejos que puedas del alcohol isopropílico. Haz lo posible por utilizarlo en espacios abiertos o que tengan buena ventilación. Cuando lo utilices en espacios cerrados, aplícalo sobre la superficie y retírate hasta que haga efecto. No te quedes esperando que actúe cerca de la sustancia.

La inhalación involuntaria del alcohol isopropílico, así sea por unos segundos, puede causar daños irreversibles en las vías respiratorias.

No guardarlo correctamente

El almacenamiento del alcohol isopropílico no es un tema menor. Debes guardarlo lejos de las fuentes de calor porque, de lo contrario, podría explotar. Suponiendo que tengas un mueble para todos tus productos de limpieza, ponlo al fondo de éste para impedir que tus hijos lo manipulen por accidente.

Mezclarlo con lejía

Si crees que mezclando alcohol isopropílico y lejía vas a multiplicar la limpieza y la desinfección de las superficies, déjanos decirte que estás equivocado. Cuando mezclamos lejía con alcohol isopropílico, que contiene etanol e isopropilo, se genera cloroformo. Éste es un compuesto tóxico conocido porque históricamente ha servido para «dormir» a las víctimas de los criminales. El cloroformo puede afectar tus ojos y tus pulmones, causándote una irritación.

Cerca del fuego

Así como debes mantenerlo lejos de las fuentes de calor, debes mantenerlo lejos del fuego. Si estás fumando o hay llamas cerca, espera un poco para usarlo. Esta sustancia es altamente inflamable, por lo que podría incendiar toda tu casa en segundos si la usas cerca de unas velas encendidas, una chimenea, etc.

Utilizarlo en cualquier superficie

Otro error muy común. Aunque el alcohol isopropílico es útil en diversas superficies, puede deteriorar las que hayan sido lacadas, pintadas o barnizadas. Generalmente hay productos de limpieza que han sido creados para esas superficies en concreto, así que no hace falta limpiarlas con esta sustancia.

Utilizarlo en cualquier tela

Antes de aplicarlo en la lana, la seda, el rayón y el acetato, prueba a remover sus manchas con otros productos de limpieza para no recurrir a este alcohol. Suponiendo que eso no dé resultado, entonces inténtalo para remover manchas como las de tinta, grasa o césped, entre algunas de las más frecuentes.

Usarlo en la piel

Es muy habitual que se lo confunda con el alcohol etílico, que es el que se usa en las heridas de la piel. Pero el alcohol isopropílico tiene un efecto opuesto, provocando lesiones más graves en la zona afectada. No importa qué parte de tu cuerpo haya sufrido, no vayas a pasarle un paño con esta sustancia.

Tampoco es un desinfectante de manos. Recuerda que es un desinfectante de superficies y, ocasionalmente, de algunas telas. No más que eso.

Ingerirlo

Aquí ya estamos hablando de extremos, pero estamos obligados a hacerlo porque de vez en cuando nos topamos con noticias de alguien ingiriendo por error esta sustancia. A diferencia de ciertos productos de primeros auxilios, como el peróxido de hidrógeno, que son seguros en cantidades mínimas, el alcohol isopropílico destruye todo a su paso. Esto incluye los órganos de tu sistema digestivo. Mantenlo fuera del alcance de los niños y los adultos mayores.

No reaccionar a tiempo ante la exposición

Si has estado expuesto a esta sustancia, dirígete cuanto antes a un centro de atención para que un profesional de la salud analice el caso. Si estás temporalmente imposibilitado de salir de casa y el producto ha entrado en contacto con tus ojos, enjuágalos durante 15 minutos con abundante agua tibia.

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