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Por qué tener plantas antiestrés en casa, ¿cuáles incorporar?

Por qué tener plantas antiestrés en casa, ¿cuáles incorporar?
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El estrés es una de las principales amenazas a las que nos enfrentamos, un trastorno que afecta todos los años a millones de personas y para el cual existen todo tipo de terapias y tratamientos. Sin embargo, hay uno secreto; que pocas personas conocen. Se trata de las plantas antiestrés. Pero, ¿cuáles son esas plantas, por qué tenerlas y cómo adoptarlas en nuestra casa?

Éstas son algunas de las preguntas que se hacen aquellos que acaban de enterarse de los efectos positivos de incluir ciertas especies de plantas en sus hogares. La ciencia ha descubierto que hay algunas plantas que tienen un impacto casi inmediato en quienes conviven con ellas, y hay cuantiosos estudios sobre la biofilia y el amor que genuinamente sentimos por «lo natural».

Las plantas antiestrés, claves para la salud mental

Este vínculo innato e indisoluble de los individuos con la naturaleza se explica a partir de que se trata de seres vivos. Así como se ha hallado que las mascotas pueden ayudarnos a lidiar con la ansiedad y la depresión, hay plantas que pueden reducir los niveles altos de estrés a los que estamos sometidos.

Cuidarlas, o simplemente verlas, activa una serie de mecanismos fisiológicos que producen hormonas de la felicidad en el organismo. Esto relaja el cuerpo humano y evita que el metabolismo deba trabajar bajo tanta presión.

Plantas ideales para tu casa

Si bien es mejor tener una planta cualquiera -o varias- que no tener ninguna, hay especies que son perfectas para este propósito. Saber las clasificaciones y subclasificaciones de plantas antiestrés te ayudará a aprovecharlas al máximo de sus posibilidades.

Aloe Vera

No son pocos los que tienen un ejemplar de esta planta en sus jardines sin tener idea de los beneficios que trae en el plano mental. Podríamos comenzar con otras, pero decidimos empezar con ella porque no sólo es una de las suculentas más comunes sino también una de las plantas más fáciles de cuidar. Si no estás acostumbrado a mantener plantas, es una gran alternativa.

Es una buena opción para la mayoría de personas, ya que purifica los espacios al neutralizar el benceno y el formaldehído. Solamente tendrás que ocuparte de regarla cuando la tierra esté húmeda, procurando que, sí está en maceta, no se encharque.

Ficus Benjamina

Las subespecies del Ficus están entre las más extendidas. De porte vertical, que parece un árbol de tamaño pequeño, destaca por su tronco trenzado que la convierte en una solución si buscas decorar y no únicamente liberarte de las tensiones. Recuerda que es una planta que crece a ritmo acelerado, por lo que debe tener margen suficiente para poder desarrollarse.

No precisa un mayor mantenimiento, y basta un entorno con temperaturas de entre 20° y 25° para que pueda lucirse.

Drácena marginata, un punto tropical perfecto

Ésta sobresale porque es menos famosa que las anteriores pero, a pesar de no tener la popularidad de las demás, es atractiva.

Exótica, es capaz de conjugar los beneficios de las especies antiestrés con una apariencia que se sale de lo habitual, con mucha frecuencia su aspecto atrapa a quienes la observan por primera vez. Es originaria de Madagascar, por lo que tendrás un tema interesante de conversación con aquellos que le echen un vistazo detenidamente, y crece mejor en climas de unos 20° C.

¿Un dato curioso? Si le falta agua dejará caer algunas de sus hojas para informarte de ello. Increíble, ¿no?

Jazmín

No hay nadie que se resista a la fragancia del jazmín. Si al oler su aroma te olvidas por completo de tus compromisos y obligaciones, entonces deberías tener al menos un ejemplar que te acompañe. Es una planta trepadora, con un aroma que nos calma igual que pueden hacerlo los ansiolíticos químicos. Claro que con la ventaja de que no hay contraindicación alguna al oler estas plantas.

Es posible cultivarla tanto en el interior como en el exterior, y sus cuidados son menos exigentes de los que seguramente pensabas.

Al contrario de lo que se cree, su mayor exigencia está en la luz. Debe recibir una buena cantidad de horas de rayos solares directos para poder florecer y regalarnos esa fragancia embriagadora. Aromatizarás tus salas comunes y jardines con una inversión mínima.

Lavanda

Si hablamos de plantas aromáticas, ésta es una de las preferidas por la mayoría. Si te consideras un fanático de la lavanda, y sueles inundar tus habitaciones con su fragancia, ¿por qué no adoptar una? Relacionarte con ella te ayudará a reducir el estrés.

Su principal cuidado es la ubicación, ya que debe recibir luz solar durante todo el día y agradece una ventilación constante.

Por supuesto, éstas son algunas plantas antiestrés. Pero hay numerosas especies y subespecies con estos mismos efectos. Dependerá de qué características tienen y todo lo que puede darle a tu decoración y espacio, sea interior, patio, jardín o terraza.

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