Las maneras de almacenar hielo seco: lo que debes saber
El dióxido de carbono solidificado por las bajas temperaturas es común en la industria porque sirve para mantener las cosas frías. Ahora bien, si deseas aprovecharlo en casa querrás saber cómo almacenar hielo seco para que no se eche a perder enseguida.
No importa para qué quieras utilizarlo, ya que sus usos caseros son diversos, es importante aprender a manipular el hielo seco. Posee ventajas como que no derrama líquido porque se sublima. Es decir, pasa de sólido a gaseoso sin transformarse en líquido. Dicho esto, es un material peligroso. Son varios los riesgos de la mala manipulación así que debes ser extremadamente cuidadoso.
Diferentes maneras de almacenar hielo seco
Para que no cause congelamientos ni quemaduras graves en la piel, es clave que almacenes el hielo seco de la forma correcta. Una vez que lo hayas comprado iniciará el proceso de sublimación y no hay modo de detenerlo, a menos que lo conserves rápidamente. Por cada día fuera de un espacio congelado perderás entre dos y cuatro kilos de hielo seco del total.
Antes de manipularlo, debes cubrir tus manos con guantes de aislamiento térmico. Ésta es la única manera de estar 100% a salvo. Es conveniente que tengas todo preparado para sostenerlo en tus manos la menor cantidad de tiempo. Ponte manga larga si has estado manipulando este tema por primera vez. ¿Y dónde colocarlo? Lo ideal es dejarlo en un recipiente bien aislado térmicamente.
Hay muchas alternativas por las cuales optar, y una de las más efectivas es la típica nevera portátil de poliestireno extruido grueso. Aunque si no cuentas con una y dispones de una nevera portátil estándar debería ser suficiente. En todo caso, si trabajas regularmente con hielo seco, merece la pena que inviertas en una nevera portátil de poliestireno extruido grueso.
Un secreto que pocos conocen es que puedes aislarlo aún más si añades un poco de papel arrugado dentro de este recipiente. Ralentizarás la sublimación porque hay menos espacio muerto en el recipiente y eso hace más lenta su conversión a un gas.
Luego, a menos que necesites el hielo seco, esa nevera debe quedar herméticamente cerrada sin moverla ni tampoco trasladarla. Cualquier desplazamiento alterará el contenido y acelerará la sublimación. Deja el recipiente en un ambiente fresco, al que no lleguen rayos solares y con humedad controlada. En invierno, con temperatura bajo 0°, no está mal dejarlo fuera de la casa.
Cuando hay quemaduras por el hielo seco
En estas situaciones, si la quemadura está levemente enrojecida espera porque irá desapareciendo con el paso de los días. Pero si se forman ampollas o se desprende parte de la piel, consulta a un médico para que te indique un tratamiento de tipo tópico.
Otras precauciones a considerar
Por lo general, no deberías tener problemas al almacenar hielo seco en tu hogar o local comercial. No obstante, hay ciertos cuidados extra que reforzarán tu seguridad si convives con él. Mantén el hielo seco en un área totalmente ventilada, ya que si se sublima el dióxido de carbono puede ser mortal para los humanos y los animales. Si lo trasladas en coche o furgoneta, abre un poco las ventanillas para que entre aire y se renueve. Llévalo en el maletero. Ante un accidente, suele ser letal en el habitáculo.
Un error muy recurrente es el de almacenarlo en contenedores herméticos. Si se sublima, el gas intentará escapar pero no lo logrará. En cambio, lo que conseguirás es que se expanda creando una explosión que puede herir a quienes estén alrededor del contenedor.
Y por último, jamás lo guardes en el congelador. Justamente, el congelador es hermético y puede favorecer las explosiones.
¿Cómo desecharlo?
Para descartar los restos de hielo seco, sólo deja que se sublimen naturalmente en un ambiente abierto y lejos de los seres vivos.
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