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Del huerto al plato: cómo plantar chirimoyas en casa

Del huerto al plato: cómo plantar chirimoyas en casa
chirimoya

Por su sabor, que recuerda a la piña y a la vainilla, cada vez son más los interesados en saber cómo plantar chirimoyas en casa. Podría parecer un procedimiento complicado pero, con algunos conocimientos básicos y algo de experiencia, no tendrás problemas. Antes deberás conocer cuáles son las condiciones que deberían cumplirse tanto del terreno como ambientales.

Esta fruta, que se conoce sobre todo por sus propiedades nutricionales, puede influir positivamente en la salud de quien la consume. Aunque muchas veces pasa desapercibida en las tiendas y en los supermercados, poco a poco va suscitando interés en el público.

Cómo plantar chirimoyas en casa

Características del árbol de la chirimoya, el chirimoyo

El árbol de la chirimoya o Annona cherimola por su nombre científico, es una planta originaria de los territorios de Perú y Ecuador. Posee un crecimiento lento y es fácilmente reconocible gracias a su tallo cilíndrico de corteza gruesa, y sus hojas finas ovaladas. Sumado a eso, tiene una fina capa de pelitos que se perciben al tacto o si uno se aproxima y que le da un aspecto único.

Sus flores, de un tono morado casi imperceptible, no tienen valor ornamental. Su apariencia extraña no es su principal punto fuerte. Sin embargo, el secreto de esta especie no está relacionado con el sentido de la vista sino con los sentidos del olfato y el gusto. Primero, porque es aromática e inunda los ambientes con su agradable fragancia. Y segundo, por la exquisitez de los frutos.

Al ser polinizadas las flores, natural o artificialmente, aparece el producto por el que se han hecho famosas a nivel internacional. Hablamos de un conjunto de frutos, ya que se desarrollan en serie en cada receptáculo, con una cáscara suave y delgada. Echándole un vistazo, podemos percibir líneas minimalistas en sus contornos. Éstas permiten diferenciar los frutos.

El interior, la parte comestible, es blanca y carnosa. Es dulce desde el primer bocado, y nos evoca los sabores de la piña y la vainilla. Justamente, aquí es donde están las semillas que vamos a usar para su cultivo. Tienen un centímetro aproximadamente y puedes utilizarlas si te han sobrado algunas de la última vez que compraste chirimoyas, por lo que la inversión inicial es casi inexistente.

Condiciones del terreno y ambientales para sembrar las semillas de chirimoya

  • El suelo es un factor esencial que no debemos olvidar antes de proceder a la siembra de las chirimoyas, revisando que drene bien. Recuerda que sus raíces son muy delicadas, y por su sensibilidad el exceso de humedad en el suelo podría causarles la muerte.
  • Añade materia orgánica con nutrientes y asegúrate de que el rango de pH sea el óptimo. Es decir, 6 a 7.5. Ni más ni menos.
  • En cuanto a la ubicación, debe recibir unas 6 a 8 horas de luz diaria pero manteniéndola a resguardo de las tormentas.
  • La ventaja de la chirimoya es que, por su origen, está acostumbrada a la temperatura baja y la escasez de agua.
  • Si en la zona donde vives los climas son extremos, será conveniente resguardarla en invierno y verano.

¿Cómo germinar las semillas de chirimoya?

Hechas estas aclaraciones, el primer paso para la siembra de la chirimoya es comprar una fruta lo más fresca posible y limpiarla deshaciéndote de todos los restos de pulpa adherida a las semillas. Esto es importante ya que se pudrirán durante la germinación.

Con las semillas listas para su cultivo, llévalas a un recipiente con agua y déjalas en remojo durante aproximadamente un día. Ablandarás la capa exterior de las semillas y las probabilidades de que la germinación sea exitosa se multiplicarán varias veces. Transcurrido ese plazo, quita las semillas del agua y sécalas por completo. Observarás que uno de sus extremos es más delgado.

Los expertos recomiendan limar o cortar levemente el extremo más delgado de las semillas, para favorecer que salga de allí la raíz. Especialmente, si la fruta no estaba demasiado fresca. Si no tienes las herramientas adecuadas, aconsejan no hacerles cortes omitiendo ese paso y directamente introduciéndolas en un medio húmedo como puede ser un papel de cocina empapado.

Ventila las semillas para que no se echen a perder, localizándolas en un espacio cálido y procurando que no se sequen de más. Deberás tener paciencia porque se requieren dos o tres semanas para ver la raíz blanca en el extremo que has limado.

Paralelamente, puedes repasar las necesidades del medio de siembra ahorrando tiempo para que el cultivo resulte bien.

Pon las semillas en vasos desechables con tierra para que vayan adaptándose a este medio. De nuevo, mantenla siempre húmeda. Finalmente, pasa a la germinación en sí llevando varias semillas a la tierra a una distancia prudencial unas de otras. Pueden crecer juntas. Luego, toca rescatar las que tengan más fuerza y pasarlas al jardín o a una maceta más generosa.

Si respetas estas indicaciones, no deberías tener inconvenientes en tu primera experiencia plantando chirimoyas.

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