Las mujeres en la antigua Persia: reinas y gobernantes poderosas

Las mujeres en la antigua Persia, a diferencia de otras civilizaciones, gozaban de mayor libertad y más derechos, superando incluso a la posición de las mujeres en el antiguo Egipto. Tanto de la realeza como no, a las mujeres persas se les concedieron ciertas libertades que, con el tiempo, les permitió alcanzar independencia económica y un lugar importante en la sociedad.

La vida de las mujeres en la antigua Persia

La sociedad en la antigua Persia era patriarcal, pero las mujeres eran tratadas con gran respeto. A las mujeres de la realeza se les concedía un título de respeto debido a las influencias del reino precursor del Imperio persa Aqueménida (c. 555-330 a. C.), el Imperio medo. Este fue fundado por Ciro el Grande, quien fue el responsable de promover y mantener la dignidad y la autonomía de las mujeres de todas las clases.

Durante el Imperio Aqueménida y, en especial, en el Periodo sasánida (224-651 d. C.) las mujeres persas disfrutaban de un alto status y en muchos casos se las consideraba iguales a los hombres. En general, las mujeres persas ostentaban de poder, influencia y oportunidades económicas.

Lamentablemente todo cambió con la caída del Imperio sasánida, a manos de los invasores musulmanes en 651 d. C. A partir de entonces, la mujer fue vista como una ciudadana de segunda clase, que requería el control y la dirección masculina.

Las mujeres persas en el Imperio aqueménida

En la sociedad del Imperio aqueménida, las mujeres tenían más derechos y responsabilidades y se regían por su clase social y su rango.

• La madre del rey
• La esposa principal (madre del heredero del rey)
• Las hijas del rey
• Las hermanas del rey
• Las esposas menores y concubinas del rey
• Las mujeres nobles (esposas y familiares de los cortesanos, los sátrapas y los militares)
• Las mujeres militares
• Las empresarias
• Las trabajadoras
• Las sirvientas y las esclavas

Mujeres de la realeza y nobles

Las mujeres de la realeza, en este caso la madre y esposa del rey, tenían su propio séquito y podían viajar junto al rey en campañas militares para supervisar la administración. La esposa principal podía firmar acuerdos y podía participar en reuniones importantes con el rey y otros invitados.

A las hijas y hermanas del rey, por su parte, se les permitía sellar tratados, acuerdos y negocios mediante su matrimonio. Sin embargo, podían tener sus propias tierras y realizar sus propios negocios, al igual que las esposas menores.

Las mujeres militares y empresarias

En el periodo persa aqueménida, las mujeres también podían servir en el ejército. De hecho, hay registros que evidencia la existencia de mujeres que se convirtieron en grandes guerreras. Una de ellas fue la guerrera Artemisia I de Caria, que vivió durante el reinado de Jerjes I. Fue almirante de la flota persa en la Batalla de Salamina en 480 a. C. y muy admirada por el rey debido a su gran valentía.

También hay evidencia de mujeres persas, empresarias y mercaderes, siendo una de ellas Irdabama, quien viajaba constantemente para hacer negocios y controlar la producción y el mercado en la región actual de Shiraz en Irán, Babilonia, Egipto, Media y Siria.

Trabajadoras, sirvientas y esclavas

Las mujeres trabajaban junto a los hombres y solían desempeñarse como supervisoras y gerentes. Por lo general, recibían el mismo sueldo de los hombres, según las destrezas de su trabajo, sin embargo, las mujeres embarazadas y las mujeres que tenían un mes de posparto recibían sueldos más altos.

Las esclavas, en este periodo, eran tratadas como sirvientas y recibían una compensación por sus servicios.

Las mujeres partas

No se tiene mucha información sobre la vida de las mujeres persas durante el periodo parto, debido a la destrucción de tantos registros y obras tras la caída del imperio. Sin embargo, existe evidencia de que el estilo de vida y las actividades de las mujeres partas seguían en menor o mayor medida el mismo modelo aqueménida.

Las mujeres sasánidas

El imperio sasánida conservó muchas de las prácticas del imperio aqueménida, pero le concedió mayor libertad de expresión y autonomía a las mujeres. Según los registros oficiales, las mujeres sasánidas de la realeza tenían más poder e influencia que las de los imperios anteriores y suelen ser mucho más representadas en el arte.

Las mujeres de la realeza

Las mujeres sasánidas de la realeza eran conocidas como “reinas”, incluyendo las hermanas, hijas u otros familiares del rey, mientras que la «reina de las reinas» hacía referencia a la mujer de mayor rango entre las esposas del rey.

En este imperio, las mujeres podían elegir sus propios maridos, siempre y cuando no pertenecieran a un rango más elevado.

Las mujeres militares y otras

En este periodo, en particular, existió una gran cantidad de mujeres en los ejércitos de expedición persas que combatieron en diversas guerras de la época. La guerrera más famosa del Imperio sasánida fue Apranik, quien comandó un ejército al frente al ejército invasor de árabes musulmanes durante el reinado de Yazdegerd III (632-651 d. C.).

En cuanto a las mujeres comerciantes, se tiene evidencia de que tenían la misma libertad para hacer negocios que los hombres. Las trabajadoras, las sirvientas y las esclavas eran tratadas de la misma forma que en el imperio aqueménida, por lo que también recibían paga y trato justo.

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Breve historia de los persas

La antigua Persia