La increíble historia de la Reina Victoria y su sirviente indio
La historia de la Reina Victoria y su sirviente indio, Abdul Karim, es un testimonio del poder de las relaciones humanas.
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Durante años la familia real británica ocultó la historia de la Reina Victoria y su sirviente indio, Abdul Karim, quien se había convertido en su asistente y amigo más íntimo. La relación entre ambos fue tan controvertida y escandalosa para los miembros de la familia real que, tras su muerte, los hijos de la reina exigieron quemar todas las cartas y borrar de su diario las referencias de Karim para desaparecer su rastro de la historia real.
Cien años después, una periodista llamada Shrabani Basu se percató de una pista durante su visita a la casa de verano de la reina Victoria. A partir de este increíble hallazgo se pudo descubrir su relación controvertida con Karim.
¿Cómo se conocieron la reina Victoria y Abdul?
Según relata la periodista Shrabani Basu, la reina Victoria había mostrado un gran interés en los territorios de la India y durante su visita a este país en 1887, solicitó expresamente la ayuda de personal indio para servir el banquete organizado para los jefes de Estado. Karim y otro sirviente indio fueron elegidos y presentados a la reina como «regalo de la India» por su jubileo de oro (50 años de reinado). Desde entonces, Karim trabajó para la monarca a lo largo de 14 años.
La reina escribió en su diario su primera impresión de Karim al conocerlo: “es alto y con un magnífico semblante serio”. Su trabajo inicial consistía en servir como ayudante y asistente personal de la reina, pero poco a poco, su papel en la vida de Victoria se transformó en algo mucho más significativo.
Abdul Karim llegó a ser el intérprete de la reina y, a su vez, su maestro en todo lo relacionado con la cultura india. Victoria, que había estado fascinada por la India desde su juventud, encontró en Karim a un compañero que podía enseñarle sobre las costumbres, tradiciones y la lengua de su vasto imperio.
¿Cómo surgió la inusual amistad entre la reina y su sirviente indio?
La primera vez que Karim sirvió a la reina tras su llegada a Gran Bretaña, fue el 23 de junio de 1887, a la hora del desayuno en Frogmore House en Windsor. Pero no fue sino hasta el 20 de agosto de ese mismo año que Karim logró impresionar a la reina con sus dotes para la cocina, al prepararle pollo al curry con dal y pilaf. Según el biógrafo de Victoria, A. N. Wilson, a la reina le gustó tanto el plato que lo incorporó a su menú habitual.
La reina, que cada vez se interesaba por la cultura india, le pidió a Karim que le enseñara urdu o entonces conocido como hindustaní, para poder hablar con sus sirvientes. Ello propició un mayor con acercamiento con su Karim, quien también recibió clases de inglés por órdenes de la reina. Al poco tiempo, Karim fue promocionado a «Munshi y escribano indio de la reina emperatriz» y más adelante a secretario altamente condecorado.
Más allá de su curiosidad por la cultura india, la razón por la que la reina mostró especial interés en Karim se debía a que él, a diferencia de los demás, la trataba inocentemente como a un ser humano y no como la reina. La periodista Basu cuenta que él siempre estaba ahí para escucharla y que solía hablarle mucho de la India y de su familia.
¿Era la relación entre ambos?
Según Basu, la reina escribió una serie de cartas dirigiéndose a Karim como “tu madre que te quiere” y “tu amiga más íntima”. En algunas ocasiones, la reina incluso se despedía en sus cartas con un aluvión de besos, lo cual era muy inusual en aquella época.
Para la periodista, la relación entre la reina y su sirviente Karim era apasionada, pero desde un punto de vista platónico y maternal. Después de la muerte de su marido Alberto y de su confidente John Brown, Karim se convirtió en un amigo íntimo, alguien en quien podía confiar y aprender.
La estrecha amistad con la reina, le permitió a Abdul llevar una espada, lucir medallas en la Corte y tener el privilegio de acompañar a Victoria durante sus viajes a Europa. La familia de Karim también fue agasajada por parte de la monarca, ya que se les permitió viajar desde la India a Inglaterra.
Cuando Karim se casó, Victoria invitó a su esposa a reunirse con él en Inglaterra. Además, les proporcionó hogar en las principales propiedades reales en el Reino Unido y terrenos en la India. Todas estas atenciones generaron un gran descontento en la familia real, así como entre el personal de servicio, quienes mostraban tener prejuicios raciales y sociales.
Poco antes de su muerte, la reina pidió que Karim formase parte del cortejo fúnebre y que conservase las propiedades que ella le obsequió. Sin embargo, la corte real sólo permitió que Karim estuviese en la procesión del funeral, pues uno de los hijos de la reina, Edward VII, le ordenó que regresase a la India inmediatamente y lo despojó de sus propiedades.
Conclusión
La amistad entre la Reina Victoria y Abdul Karim es un recordatorio de que, más allá de las normas sociales y las expectativas de la época, el amor y la amistad pueden surgir en los lugares más inesperados. Su relación desafió las convenciones y dejó un impacto duradero en la historia, mostrando que las barreras culturales pueden ser superadas cuando hay un deseo genuino de conexión y comprensión.
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