Hallazgo colosal: una estatuilla revela por primera vez cómo se peinaban los vikingos hace 1.000 años

Entre los años 793 y 1100 d. C., los vikingos protagonizaron una etapa histórica marcada por expediciones marítimas, comercio a gran escala, conquistas y asentamientos en distintas zonas de Europa.
El guerrero vikingo, figura central de aquel periodo, desarrolló un estilo de peinado particular, pensado no sólo para resistir el clima y el combate, sino también para proyectar estatus y personalidad.
Si bien en las series actuales se les suele mostrar con melenas desordenadas, moños guerreros o trenzas al estilo Ragnar Lothbrok, lo cierto es que hasta ahora nunca se había encontrado una representación realista y detallada de cómo llevaban el pelo los vikingos de verdad. Y eso acaba de cambiar gracias a un hallazgo inesperado.
Cómo era el peinado de los vikingos según una figura de hace mil años
En el Museo Nacional de Dinamarca, una figurilla de apenas tres centímetros de altura (tallada en marfil de morsa) ha sacado a la luz lo que podría ser el primer «retrato» fiable de un hombre vikingo del siglo X.
Se trata de una pieza de juego que representa al rey en el tablero del Hnefatafl, un antecesor del ajedrez que los vikingos llevaban consigo en sus viajes.
La figura fue hallada en 1797 en una tumba ecuestre cerca del fiordo de Oslo, en la región de Viken, durante la época en que gobernaba Harald Bluetooth. Pese a haber sido una de las primeras piezas registradas en el museo (con el número 589), pasó desapercibida durante más de dos siglos hasta que el conservador Peter Pentz la redescubrió en los depósitos del museo mientras preparaba una exposición.
Lo que más llamó la atención de Pentz no fue el material ni el contexto funerario, sino el nivel de detalle con el que está representado el peinado del personaje. Raya al medio, ondulación lateral que deja las orejas al descubierto, la nuca recortada y un pequeño rizo sobre la sien. Un estilo pensado, medido y, desde luego, alejado de la imagen de bárbaro desaliñado.
Así era la barba de los vikingos según una figura milenaria
La barba del personaje también tiene un papel fundamental. Lleva bigote prominente, patillas marcadas y una perilla larga trenzada. Cada elemento está en su sitio; nada parece improvisado.
No es un guerrero cualquiera, sino ante alguien que, además de poder, mostraba una preocupación clara por su imagen.
La elección del marfil de morsa (uno de los materiales más costosos en la Escandinavia medieval) refuerza la idea de que se trata de una figura de élite. No es una pieza decorativa, sino un símbolo de estatus. Y el hecho de que represente al rey del tablero en un juego de estrategia tan extendido entre los siglos VIII y XI refuerza esa lectura.
Según los especialistas, esta es la primera vez que se puede describir con precisión cómo llevaba el cabello un varón vikingo desde todos los ángulos. Hasta el pequeño mechón sobre la oreja está esculpido.
Más que un simple trozo de marfil, esta pieza nos acerca a los vikingos de forma insólita, no como estereotipos, sino como personas. Porque incluso en el siglo X, la forma de peinarse decía mucho más de lo que parece.