Hallazgo asombroso: recuperan un diamante de 137 quilates del Imperio Austriaco gracias a una simple maleta
Últimamente hemos visto grandes robos de joyas en los museos, pero en esta ocasión ha sido el turno de una buena noticia. El Diamante Florentino, asociado a la antigua dinastía de los Habsburgo, ha reaparecido.
Hace más de un siglo que se le perdió la pista, pero medios internacionales como The Guardian o The New York Times han informado de que se encontraba en una cámara de seguridad en un banco de Canadá.
Ahora las autoridades y los historiadores debaten qué hacer con el histórico Diamante Florentino. Es una joya de 137 quilates y lo más probable es que acabe expuesto en un museo.
Encuentran el diamante perdido tras la caída del imperio austriaco
El Diamante Florentino desapareció hace más de un siglo, coincidiendo con el fin del imperio austrohúngaro. La joya se caracteriza por tener un tono amarillo.
En el pasado formaba parte del patrimonio imperial, pero su rastro se perdió por completo en un momento de caos político y desplazamientos forzados hace más de un siglo.
Durante años circularon teorías de todo tipo. Algunos creían que había sido robado. Otros, que se había vendido en secreto. Incluso se especuló con que había sido recortado para evitar su identificación. Pero no había pruebas sólidas y cada rumor chocaba con otro distinto.
La desaparición de esta joya coincidió con la salida de Europa de diversas posesiones vinculadas a la familia imperial. Ese contexto de fuga y protección patrimonial bastó para que el diamante quedara fuera del radar, lo que ayudó a generar una leyenda que fue creciendo con el paso de las décadas.
Cómo acabó una joya del imperio austrohúngaro en un banco de Canadá
De entre todas las teorías, lo que nadie imaginaba es que apareciera el Diamante Florentino en una cámara de seguridad en un banco canadiense. Pero tiene todo el sentido del mundo.
Gracias al cambio de continente, pudo escapar del radar de los museos europeos, los colecciones privados y de cualquier circuito especializado. La joya permaneció escondida durante más de cien años.
¿Pero cómo acabó en Canadá? Según ha contado Carlos de Habsburgo, nieto del último emperador de Austria, el Diamante Florentino viajó en una simple maleta, para realizar el traslado de la forma más silenciosa posible. La posterior custodia bancaria hizo el resto.
Qué harán ahora con el Diamante Florentino de los Habsburgo
Grandes imperios como el romano o el austrohúngaro cayeron, pero en el segundo caso todavía quedan descendientes muy directos. Por ello, siguen teniendo el control de joyas como esta, de un gran valor patrimonial.
En todo caso, la familia Habsburgo ya ha adelantado que su intención es que el diamante sea exhibido próximamente como gesto de agradecimiento hacia Canadá.
Esto se debe a que el país americano dio refugio a la emperatriz Zita tras su huida de Europa en 1940. Su futura exposición permitirá que el público contemple de nuevo una joya que, durante generaciones, se creyó perdida para siempre.
En lo referido a los orígenes del Diamante Florentino, se remontan como mínimo a 1657 cuando el joyero francés Jean Baptiste Tavernier lo contempló entre las posesiones de Fernando II de Médici.