Carlos Palanca, el héroe olvidado de los 200 de Saigón
La Historia de España está llena de héroes muy conocidos. Grandes nombres de nuestro país que han contribuido a que España sea una de las naciones con más historia del mundo. Pero hay otro nombres olvidados, bien porque sus gestas no fueron puestas en valor durante su tiempo, o bien porque la historia siempre es caprichosa y se olvida de algunos nombres importantes de nuestro pasado.
El Coronel Carlos Palanca nació en Valencia en 1819, y muchos aficionados a la historia lo recordarán por ser uno de los generales españoles que se mantuvo firme durante la estancia de España en Asia, especialmente en Filipinas. La política exterior de la época en Asia, estaba marcada por el imperio Francés, que mantenía zonas de especial interés en China.
Desde mediados del siglo XVIII España mantenía misioneros en lo que se conocía como la Cochinchina, que se dedicaban a intentar convertir a los indígenas de la zona. Una labor escasa, ya que estos indígenas no veían con buenos ojos la presencia de extranjeros en su zona.
En el año 1858, todo esto cambió cuando se produjo el asesinato de varios misioneros españoles en el Reino de Annam, lo que hoy conocemos como Vietnam. La reacción española no se hizo esperar y, junto a tropas francesas, organizaron una respuesta para castigar a los responsables.
Francia necesitaba a España ya que no tenía bases en la zona, y sería un gran pretexto para entrar en una zona desconocida y después apropiársela de mala manera. Un contingente de 1.600 soldados españoles desplegaron sus tropas por la zona comandados por Bernardo Ruiz de Lanzarote, el comandante Carlos Palanca y el comandante del estado mayor, Miguel Primo de Rivera.
La gesta no fue fácil: las condiciones climáticas, la selva, las fiebres y demás enfermedades desconocidas hasta ahora para los cuerpos del ejercito español, diezmaron las fuerzas de los nuestros, aunque peor lo pasaron las tropas francesas, poco acostumbradas a la zona.
Tanto fue así, que la misión cambió para llegar hasta la ciudad de Saigón, que fue tomada en 1859, con las tropas españolas en vanguardia. Aquí llegó la verdadera razón por la que Francia decidió ayudar a España en esta alocada conquista: el reparto de la zona dejó muy mal parada a España, que se la tomó como auxiliar, siendo Francia quien se llevaría todo lo mejor de esta intervención.
Palanca vuelve a España para avisar
Carlos Palanca decidió volver a España para avisar de la situación al rey, dejando a Lanzarote al mando. Una vez en España, las autoridades españolas no le hicieron mucho caso, estaban más preocupadas por Cuba y las campañas en Marruecos. Palanca volvió a Saigón y se encontró un panorama desolador para los nuestros, con las tropas muy diezmadas, ya que Francia comenzó su expansión por Indochina.
La consecuencia de esto fue la retirada vergonzosa de Palanca y sus tropas de Saigón, dejando vía libre a los franceses en aquellos territorios por los que los españoles había luchado durante cinco largos años.
Con tan solo 200 hombres, Palanca y sus tropas siguieron defendiendo territorios en Filipinas, a pesar de ser olvidados por las autoridades en España. Ellos mismos, con Carlos Palanca a la cabeza, sufragaban su estancia con su dinero, sin recibir ayuda del gobierno español que se encargó de silenciar el papel de España en Vietnam.
En 1862 se firmó la paz entre el Reino de Annam y Francia, por lo que España no recibió nada y Palanca y los suyos volvieron a Filipinas en las peores condiciones: con ropa cogida a vietnamitas, harapos y con armas recogidas del suelo.
En Manila fueron recibidos como héroes, pero en España nadie se acordó de la enorme labor de Carlos Palanca y sus hombres en Saigón.
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