Frank Cuesta anuncia el dineral que pagará a su ex mujer Yuyee para recuperar su santuario

Nadie puede poner en duda que Frank Cuesta es un apasionado de los animales y que ha dado su vida por ellos, ya sea en televisión o con su conocido santuario en Tailandia. Lo que nadie esperaba es la noticia de que Yuyee, su ex mujer y madre de sus hijos, estuviera cerca de obligarle a cerrarlo, aunque todo podría llegar a una solución si el español paga una enorme cantidad de dinero.

Como ya explicó hace solo unos días, el motivo que le quita el sueño desde hace meses es la imposibilidad de tener los terrenos a su nombre. Solo las personas con nacionalidad tailandesa pueden tener propiedades a su nombre, por lo que hace cuatro años Frank y la madre de sus hijos llegaron a un acuerdo.

Frank se ha tirado 7 años luchando por la libertad de su ex esposa para que esta se lo devuelva chantajeándolo con 3.500€ mensuales para poder seguir en el santuario que él mismo compró y puso a nombre de Yuyee.

Esto da putоs escalofríos. pic.twitter.com/BCtyxigFt6

— Rеvеn (@RevenRV) August 2, 2024

El animalista gastó una enorme parte de sus ahorros en comprar el lugar en el que se sitúa ahora el conocido refugio y los puso a nombre de ella, con la condición de que cuando sus hijos fuesen mayores de edad pasaran a nombre de ellos. Zape, el hijo mayor de la pareja, decidió adopta la nacionalidad española, por lo que quedaba esperar a que Zorro -su segundo hijo-, cumpliera los dieciocho años.

Ese momento llegó hace unas semanas y Frank ha intentado continuar con lo acordado, pero no ha sido posible. Yuyee se ha negado por completo a cumplir su palabra y ahora exige a su ex marido que le haga una recomprar por los terrenos que él ya pagó hace unos años.

Frank Cuesta deberá recomprar el terrero

Todo este tema ha puesto en peligro la continuidad del proyecto, pero parece que la única vía para salvarlo es que Cuesta ceda y pague. Tras pedirle un alquiler de 3.500 euros mensuales, de los que ya ha pagado dos mensualidades, se ha abierto la opción de la compra.

Frank Cuesta va a pagar 250k euros por el santuario haciendo directos, pidiendo donaciones y con un crowfounding.
Dice que le van a insultar, yo al menos no. Creo que es lo correcto y es la primera vez que veo algo de honestidad en sus palabras. pic.twitter.com/cLNp4BOJ4o

— LaserLentAgain (@LaserLentAgain) August 4, 2024

Aunque el ex presentador de Frank de la Jungla y de Wild Frank aseguró que el terreno estaría valorado en un millón de euros, Yuyee le ha pedido una cantidad bastante inferior, aunque para nada barata. «Tengo que pagar 225.000 euros en cuatro veces», ha contado en un directo emitido en la plataforma Kick -rival de Twitch en el mundo del streaming-.

El acuerdo que le ofrece es dividir los terrenos en cuatro partes y pagar por cada una de ellas 56.250. Al realizarse cada uno de estos pagos se pondrá un cuarto del mismo a nombre de Zorro, el hijo de la pareja, por lo que no cumpla con los cuatro plazos no terminará este calvario.

Pese a los esfuerzos seguirá sin poder estar a nombre del propio Frank Cuesta, ya que hasta que no cambien la leyes del país, un ciudadano extranjero no podrá tener propiedades a su nombre. Todo el santuario estará a nombre de su hijo, en el que confía plenamente.

La razón para llegar a esta situación

Muchos recordarán al defensor de los animales luchar durante años por la libertad de su ex mujer, a la que encarcelaron por supuesta tenencia de drogas tras una detención en la que se le requisaron apenas unos miligramos de sustancias prohibidas. Él siempre aseguró que todo era una venganza de las autoridades por su continua defensa de los animales y las críticas al Gobierno tailandés.

Durante mucho tiempo consiguió dar visibilidad a su causa y en 2020 decidió dejar la televisión para centrarse en su familia y estar junto a ella tras conseguir su libertad, pese a que ya no eran pareja. Según cuesta, este vínculo se ha roto por completo después de que ella haya comenzado una relación sentimental, siendo el motivo por el que han comenzado las tensiones y los rencores.