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La escena de Sam Elliott que explica su nominación a mejor actor secundario en los Oscar 2019

Sam Elliott está nominado en la categoría de mejor actor secundario por su papel en 'Ha nacido una estrella'

La escena de Sam Elliott que explica su nominación a mejor actor secundario en los Oscar 2019
Sam Elliot - Ha nacido una estrella

Cuando llegan fechas tan señaladas como la celebración de los Premios Oscar, una frase ya de por sí manida suele popularizarse aún más: nunca llueve a gusto de todos. Es cierto, y es lógico. Para nominar unos trabajos hay que descartar otros, lo que provoca que siempre, sin excepción, haya discrepancias. Este año, Sam Elliott es uno de los protagonistas en este sentido, aunque no estamos convencidos de que le guste gozar de esta posición.

Sam Elliot tiene un pequeño papel en ‘Ha nacido una estrella’. Un pequeño papel que, sin embargo, le ha valido su nominación a los Premios Oscar en la categoría de mejor actor secundario. Junto a él, Richard E. Grant, por ‘¿Podrás perdonarme algún día?’, Adam Driver, por ‘Infiltrado en el KKKlan’, Sam Rockwell, por ‘El vicio del poder’ y Mahershala Ali, el gran favorito, por ‘Green Book’. Ninguna interpretación debe ser comparada con otras, es algo que tenemos claro y que llevamos por bandera. Lo que sí podemos comparar es el tiempo que los intérpretes están en pantalla, y Sam Elliott, que para muchos puede ser incluso el tapado de la edición, tiene un tiempo ridículo comparado con el de Mahershala Ali, que en realidad podría estar incluido en la categoría de mejor actor principal.

La participación de Sam Elliott en ‘Ha nacido una estrella’ fue, para muchos, casi simbólica. Apenas cuatro escenas en las que está bien, porque Sam Elliott siempre está bien, pero que no justifica esta nominación que ha acarreado alguna que otra ausencia que ha dolido.

Volvimos a ver ‘Ha nacido una estrella’ poco después de conocerse las nominaciones. Y nos mantenemos: Sam Elliott está bien, porque siempre está bien. Contenido, correcto, a la altura de las circunstancias. Y sentimos que una escena, una sola escena, podría explicar esta nominación.

Esta escena tiene lugar en la segunda mitad de la película, en el tramo final prácticamente. El personaje al que da vida Bradley Cooper, Jackson, vuelve a casa tras pasar una temporada en el centro de rehabilitación. Le lleva su hermano, Bobby, Sam Elliott, de quien se ha distanciado por problemas pasados pero a quien siempre puede recurrir. Justo antes de despedirse, Jackson le asegura a Bobby que es él, y no su padre, por quien ha sentido siempre algo parecido a adoración.

Entonces Bobby, sin responder, pone en marcha el coche y se gira unos segundos. Cuatro, cinco. No más. Se gira para poder mirar por el retrovisor, y es entonces cuando apreciamos su rostro, en el que hay emociones y sentimientos de todo tipo. Todo lo que el espectador está sintiendo al asistir a esa escena entre los dos hermanos, lo vemos reflejado en el rostro de Sam Elliott. Y es fácil sentir un escalofrío con esa capacidad del actor para transmitir, en un tiempo tan efímero, sentimientos tan grandes.

No creemos que su nominación se deba a esta única escena, pero sí creemos que puede explicar un poco por qué una de las nominaciones más polémicas de esta 91º edición también ha gustado a muchos otros.

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