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Ésta es la verdad sobre el chocolate blanco que no conocías

Chocolate blanco
Tarta de hocolate blanco.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El chocolate blanco es uno de los productos más consumidos en todo el mundo, reconocido por su tonalidad clara y sabor único. Sin embargo, a pesar de llevar el nombre de «chocolate», carece de pasta de cacao, lo que lo excluye técnicamente de la categoría de chocolate genuino. Este tipo de chocolate se distingue por su alta concentración de azúcares y grasas, en contraste con el chocolate negro o con leche, y carece de los beneficios asociados al cacao puro.

Cabe señalar que no todos los chocolates blancos son iguales. Los productos de baja calidad tienden a tener un color blanco en lugar de marfil, lo que sugiere que algunos fabricantes pueden sustituir la manteca de cacao por grasas más económicas. Por lo tanto, es esencial prestar atención al color del chocolate antes de consumirlo para garantizar su calidad y autenticidad.

¿El chocolate blanco es chocolate?

El chocolate blanco, aunque lleva cacao en forma de manteca, se distingue del chocolate convencional por la ausencia de pasta de cacao. En su proceso de elaboración, se extrae la manteca de cacao de las vainas, la cual se combina con leche (a menudo en polvo) y azúcar. Esta mezcla resulta en un producto de tono claro y sabor dulce, en contraste con la intensidad del chocolate negro o con leche.

La normativa define al chocolate blanco como aquel que contiene al menos un 20% de manteca de cacao y un mínimo de 14% de extracto seco de leche. Este marco regulatorio establece los criterios para identificar y etiquetar este tipo de chocolate, asegurando la calidad y composición del producto.

Aunque su origen se remonta a la década de 1930 en Suiza, donde Nestlé fue pionera en su comercialización, el chocolate blanco ganó popularidad global después de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, ha sido un ingrediente destacado en una variedad de dulces y postres.

Inconvenientes para la salud

En términos cardiovasculares, las grasas saturadas y los azúcares presentes en el chocolate blanco pueden contribuir al desarrollo de afecciones como el aumento del colesterol LDL, la hipertensión arterial y la aterosclerosis.

Por otro lado, su alto contenido en calorías y grasas puede conducir a un aumento de peso significativo si se consume en exceso. Además, su elevado contenido de azúcares añadidos podría desencadenar problemas en los niveles de glucosa en sangre, predisponiendo al organismo a la resistencia a la insulina o la diabetes tipo 2.

Además, el elevado contenido de azúcar puede propiciar la aparición de problemas dentales, como caries, y contribuir a una potencial adicción al azúcar, donde el consumo regular conduce a un deseo compulsivo de más alimentos azucarados.

Por último, la falta de fibra en el chocolate blanco puede impactar negativamente en la salud digestiva, y su uso como «comida reconfortante» puede tener implicaciones psicológicas a largo plazo al depender de él para la satisfacción emocional.

¿Qué tipos existen?

La clasificación del chocolate se basa principalmente en su color, el cual está estrechamente vinculado a su contenido de leche, aunque hay otros factores a considerar.

El chocolate negro, con un mínimo del 55% de cacao, generalmente carece de leche y productos lácteos. Por otro lado, el chocolate con leche, que contiene entre un 25% y un 40% de cacao, se distingue por la adición de leche y azúcar en su composición.

Por su parte, el chocolate blanco se elabora principalmente con leche y manteca de cacao, con la presencia de altas cantidades de azúcar.

El chocolate rosado, también conocido como «ruby», destaca por su contenido de cacao del 47,3%, combinado con leche y azúcar. Su característico color rosa es natural, derivado del grano de cacao Ruby, que también le confiere un sabor único a frutos rojos.

Chocolate blanco
Chocolate blanco

¿Cómo elegir el mejor?

La calidad del chocolate negro se determina en gran medida por la calidad de los ingredientes utilizados en su elaboración. La pasta de cacao, proveniente del molido de los granos de cacao, aporta tanto el sabor como los nutrientes fundamentales al chocolate negro.

A su vez, el cacao en polvo, obtenido al pulverizar la pasta de cacao, añade sabor y color al producto final. La manteca de cacao, por su parte, otorga al chocolate su textura suave y capacidad de fusión característica. La proporción de azúcar añadida varía según el grado de dulzura deseado, siendo aproximadamente un 30% en un chocolate al 70%.

Al buscar un chocolate de calidad, es importante verificar que esté hecho con 100% manteca de cacao, sin adición de grasas vegetales alternativas. La presencia de estas grasas, como el aceite de palma, en más del 5% debe ser indicada claramente en la etiqueta, ya que comprometen la calidad del chocolate. Al revisar la lista de ingredientes, asegúrate de que no haya presencia de grasas diferentes a la manteca de cacao o lácteas para garantizar la autenticidad y calidad del producto.

¡Ahora ya conoces la verdad sobre el chocolate blanco!

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