Todos los socios de Sánchez salvo Bildu han perdido votos el 28M: 300.000 menos para ERC

La debacle del PSOE de Pedro Sánchez en las elecciones celebradas el pasado domingo se traslada también a sus socios. Los partidos que sostienen a Sánchez en La Moncloa y facilitan su legislatura se han visto igualmente castigados en las urnas. Todos, excepto Bildu, que en los últimos tiempos se ha convertido en el aliado preferente del socialista.

La formación de Arnaldo Otegi ha impulsado su representatividad en los comicios municipales, pasando de 1.262 concejales y 348.359 votos en 2019 a 1.399 ediles y 366.339 papeletas cuatro años después.

No obstante, los proetarras son la excepción entre los partidos que ejercen de muleta del Gobierno socialcomunista. La caída de ERC, por ejemplo, es extraordinariamente llamativa: entre ambas elecciones, se ha dejado 304.233 papeletas. Junts -más distanciado del PSOE- se mantiene más estable, con un saldo en contra de 5.787 votos.

Mientras, el PNV, el gran perjudicado por el ascenso de Bildu, pierde 81.379 votos en cuatro años, bajando del umbral de los 1.000 concejales. Sus 322.579 votos se traducen en 986 ediles.

Podemos, socio de coalición del PSOE, también ha sufrido un batacazo histórico, quedándose sin representación en la Comunidad de Madrid. La formación morada tampoco entra en el Consistorio madrileño ni en otro tan emblemático como el de Valencia. El partido afronta un fin de ciclo en plena irrupción del partido de Yolanda Díaz, Sumar, con quien negocia ahora aceleradamente una candidatura conjunta para las generales.

Caída de ERC

La caída experimentada por ERC sitúa a la formación de Oriol Junqueras en una situación compleja en su batalla por liderar el espacio separatista. En 2019, los republicanos fueron la fuerza más votada en las municipales. Ahora, se sitúan por detrás del PSC y de Junts. Todo ello, en un escenario marcado por la irrupción de Vox, que entra en ayuntamientos tan representativos como los de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona.

La caída del partido que preside la Generalitat lastra a todo el separatismo pese a las importantes cesiones que ha recibido por parte de Pedro Sánchez, como los indultos a los líderes del procés, la reforma del delito de malversación o la supresión de la sedición. Especialmente simbólico ha sido el resultado de Gabriel Rufián en Santa Coloma de Gramenet. La apuesta de ERC por su cabeza de lista en el Congreso ha sido un fracaso, pues el partido sólo ha ganado un concejal más que hace cuatro años.

Ascenso de Bildu

Los comicios también abren un importante frente en el País Vasco, con una guerra entre el PNV y Bildu que se salda en favor de los proetarras. Los de Otegi se han impuesto en plazas estratégicas como Vitoria y han estado a punto de hacerlo en San Sebastián. Un hito a un año de las autonómicas.

Precisamente, Bildu fue uno de los protagonistas de la campaña al concurrir a los comicios con 34 terroristas condenados en sus listas, siete de ellos con delitos de sangre. Una polémica que impactó de lleno en el PSOE. Pese a las críticas, Sánchez reafirmó al partido como socio preferente emplazándole a aprobar sus nuevas medidas legislativas.

Hasta 15 condenados han conseguido acta y serán designados concejales. Dos de ellos forman parte de los siete que cumplieron condena por asesinatos, Begoña Uzkudun y Juan Carlos Arriaga Martínez. Si cumplen su promesa, renunciarán al acta.

Uzkudun, que concurría como número tres en la lista de la Alcaldía de Régil (Guipúzcoa), fue condenada en 1989 a 18 años por el asesinato de José Larrañaga Arenas y a 106 años de reclusión mayor por encubrimiento en el atentado cometido en Zarauz el 28 de junio de 1986, en el que fueron asesinados el guardia civil Francisco Muriel Muñoz y José Carlos Marrero Sanabria. En 1990, fue condenada a 21 años y 3 meses de prisión por pertenencia a organización terrorista, depósito de armas y falsificación de documentos.

Juan Carlos Arriaga, número tres en la lista a la alcaldía de Berrioplano (Navarra), fue condenado en 1989 a 29 años de prisión por el asesinato en 1984 de Jesús Alcocer Jiménez. El etarra realizó el control y seguimiento de los movimientos de la víctima.