Los socios proetarras del PSOE culpan a Ucrania y a la OTAN de la invasión rusa
Uno de los aliados estrella del PSOE, Bildu, acaba de redactar un documento en el que extiende las culpas del ataque ruso a Ucrania, más allá de Putin. Según los proetarras, la propia Ucrania y, por supuesto, la OTAN, han contribuido a una escalada que ha acabado en la guerra. Una dialéctica que recuerda fielmente a los argumentos batasunos empleados en la justificación de los asesinatos de ETA.
Bildu ha registrado una proposición no de ley en el Congreso en la que critica la «agresión militar contra Ucrania». Señala que «estos hechos han supuesto una violación flagrante de la Carta de Naciones Unidas y generan un escenario sumamente peligroso tanto en la escena regional como en la internacional, incluido el peligro de una crisis humanitaria».
Pero no ven una culpa exclusiva de Putin en el ataque a Ucrania. La “agresión”, como llaman los proetarras a la guerra contra Ucrania, es “del todo rechazable e injustificable”, afirman. La versión de uno de los socios estrella de Sánchez, apunta que ese ataque “viene precedida de una escalada de la tensión en la zona”.
“Por un lado, las relaciones bilaterales entre Ucrania y la Federación de Rusia se han visto deterioradas a partir del conocido como primer Maidan, en 2004, pero, especialmente a raíz del segundo Maidan, o, Euromaidan, en noviembre de 2013”, apuntan, en un mensaje equidistante. Es más, para los proetarras, “tras esos hechos, en marzo de 2014, Crimea declaró su independencia y posteriormente se anexionó a la Federación de Rusia”. Una versión un tanto curiosa, cuando la realidad es que esa declaración de independencia llegó tras otro ataque militar ruso, en aquella ocasión, en Crimea en 2014.
Con el inicio de 2014, Crimea protagonizó una de las crisis más graves entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría. Todo sucedió después de que el entonces presidente de Ucrania, el prorruso Viktor Yanukóvich, fuera derrocado, pero no por protestas prorrusas, sino todo lo contrario: por movilizaciones en defensa de un mayor acercamiento a la UE. Y en ese momento, Moscú decidió intervenir.
El Kremlin argumentó que Yanukóvich había solicitado ayuda por carta al presidente de Rusia, Vladimir Putin, pidiendo una intervención militar para restaurar el orden en Ucrania. Y Putin, de hecho, ya había enviando miles de soldados de refuerzo a sus bases en Crimea gracias al Tratado de Partición de 1997. Pero, para Bildu, aquello fue una declaración de independencia limpia de polvo y paja.
Los proetarras prosiguen y afirman que “del mismo modo, en abril de ese mismo año, las protestas contra el Gobierno interino en varias zonas de Ucrania, especialmente en el este del país, desembocaron en enfrentamientos en la zona de Donbás, que con el tiempo se convirtieron en un conflicto abierto entre fuerzas prorrusas y el ejército ucraniano”. Y, con esa explicación, señalan que ese “conflicto ha costado la vida a miles de personas y que a pesar de la firma de acuerdos de paz Minsk 1 y Minsk 11, auspiciados por la OSCE, no ha cesado. Ambas partes han denunciado continuamente su incumplimiento, responsabilizando de ello a la parte contraria”.
Y Bildu, en base a ello, reparte culpas entre Rusia y Ucrania. Los de Otegi culpan igualmente a la OTAN: “Del mismo modo, cabe señalar que la adhesión de varios Estados a la OTAN que en el pasado pertenecieron al Pacto de Varsovia bajo la esfera de la URSS, en lo que se ha llamado la Ampliación hacia el Este de la OTAN, ha generado grandes recelos en el Gobierno de Vladimir Putin, y, la posible adhesión de Ucrania ha generado una reacción y una escalada dialéctica continua por parte del presidente ruso y su Gobierno”.
Esta postura de los proetarras llega después de que se sepa, tal y como ha publicado OKDIARIO, que Podemos ha criticado la decisión de la Unión Europea (UE) de enviar armas a Ucrania ante la invasión rusa porque «no va en la línea de la distensión» y ha pedido centrar los esfuerzos en «encauzar» el conflicto con medios diplomáticos, ante las vías de diálogo abiertas entre ambos países.
Además, Podemos ha cuestionado el posible veto a los medios rusos, al entender que puede generar una «espiral peligrosa» y afectar a los corresponsales extranjeros en Moscú, así como una mayor reflexión sobre el impacto de las sanciones económicas, dado que deben centrarse en los oligarcas rusos y no en la población.