Sánchez convierte a Bolaños en su nuevo ‘hombre fuerte’ para diluir a las vicepresidentas

Félix Bolaños
Félix Bolaños en un acto del PSOE en Fuenlabrada. (Foto: PSOE)
Joan Guirado

Sin vicepresidencia política, cargo que hasta ahora ocupaba Carmen Calvo y desde la cual coordinaba toda la acción del Gobierno, el nuevo titular del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, pasa a ser el nuevo hombre fuerte del Ejecutivo. De hecho, el entorno de Pedro Sánchez lo ha bautizado ya como el nuevo ‘número 2’, si bien jerárquicamente este cargo recae en la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. Con Bolaños actuando como segundo del Ejecutivo a nivel político -encargado de la relación con sus socios de Podemos- el presidente pretende diluir internamente el papel de las vicepresidencias. La de Calviño debe servir básicamente para que Europa confíe en sus planes, reconocen.

Gran conocedor del engranaje de la administración del Estado y del funcionamiento de La Moncloa, Bolaños es el máximo responsable de lograr que el nuevo gabinete funcione. Sobre él, Sánchez descarga todas las funciones posibles que hasta ahora tenía delegadas en Carmen Calvo y le atribuye aún más, como parte de las relaciones con el Govern y la gestión de los fondos europeos. La función más importante que desempeñará, desde su nueva atalaya, es la de presidir la poderosa Comisión de Secretarios y Subsecretarios de Estado, el órgano que decide qué temas van o no a la mesa del Consejo de Ministros.

Por las manos de Bolaños pasarán también todas las cuestiones jurídicas y de gran calado, afecten al departamento que afecten. El Ministerio de la Presidencia más técnico de la historia jugará así un papel transversal en una coalición difícil de gestionar. Su despacho continuará cerca del que ocupa Sánchez y el contacto que mantendrán ambos, como hasta ahora, será presencial prácticamente todos los días. Cuando el jefe del Ejecutivo esté de viaje y Calviño ocupe la Presidencia en funciones, el ministro de la Presidencia ejercerá de lugarteniente en La Moncloa, aunque, aparentemente, la Presidencia en funciones recaiga en Calviño.

Nuevo ‘núcleo duro’

Con la salida de Carmen Calvo, José Luis Ábalos e Iván Redondo del Ejecutivo -tres de los nombres que hasta ahora eran conocedores de todos los secretos presidenciales- el presidente conforma un nuevo ‘núcleo duro’. Con ello demuestra que en el sanchismo nadie es imprescindible excepto él. Y que no es una persona que se deje llevar por lealtades o compromisos.  Durante los primeros días de julio el presidente maduró en solitario la remodelación del Gobierno. Únicamente Bolaños conocía sus planes. Sabía que iba a ser ministro, aunque no fue hasta el viernes 9 de julio, a última hora, cuando conoció qué responsabilidad asumiría. Ahora, pasa a formar parte del núcleo duro presidencial, junto a la portavoz Isabel Rodríguez y Óscar López.

Redondo pudo ser el ministro

Aunque la salida de dos de sus colaboradores más cercanos, Calvo y Ábalos, estaba decidida desde días antes, el papel que debía desempeñar el otro gran nombre del entorno de Sánchez, Iván Redondo, estuvo en duda hasta casi el último minuto.

Sánchez valoró, cuando su ‘gurú’ jefe le pidió abandonar el cargo, darle más protagonismo y convertirlo incluso en ministro. Algo similar a lo que ocurrió en su día en Extremadura mientras asesoraba a José Antonio Monago. Si ascendía a un Ministerio, concretamente al de la Presidencia, Redondo dejaría de verse cuestionado y se haría con todo el poder. En esa operación, Bolaños hubiese ido a Justicia o Transportes.

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