La ruptura con En Marea tensa la convivencia en el grupo parlamentario de Podemos

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Irene Montero, Iñigo Errejón y Pablo Iglesias. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Podemos se enfrenta a otra crisis abierta. Las negociaciones entre el partido de Pablo Iglesias y los que hasta ahora habían sido sus socios, En Marea, quedaron este jueves por la noche liquidadas. De esta forma, no concurrirán juntos a las elecciones autonómicas del próximo 25 de septiembre.

El motivo de discordia ha sido la fórmula para presentarse a esos comicios. Podemos se negaba a hacerlo en forma de partido instrumental y con su marca diluida y a la altura del resto de organizaciones que forman parte de En Marea. Los de Iglesias eran partidarios de una coalición al estilo En Comú Podem, la candidatura catalana que controla Ada Colau.

La ruptura tiene consecuencias, más allá de que ambas candidaturas concurran por separado el próximo 25 de septiembre. Y una de las más importantes para Iglesias es cómo gestionar ahora su propio grupo parlamentario.

Sólo dos diputados son de Podemos

Los socios gallegos aportaban cinco diputados al grupo de Unidos Podemos. De ellos, solo dos, Ángela Rodríguez y Antón Gómez Reino, pertenecen a Podemos. Alexandra Fernández y Miguel Anxo Fernán Vello son de la órbita de Anova y Yolanda Díaz, de EU.

La confluencia venía reclamando con insistencia disponer de grupo propio en el Congreso, algo que le fue denegado la pasada legislatura fallida. En esta ocasión, volvieron a insistir, aunque al igual que entonces acabaron aceptando integrarse en el grupo de Unidos Podemos.

La coalición reclamó a Iglesias contar con “visibilidad y margen de iniciativa política”: esto es, portavocía propia- que irían alternando entre sus diputados- y autonomía de decisión.

Pero ahora, la incógnita es cómo será esa convivencia. Sin duda, complicada. Los diputados gallegos podrían optar también por pasarse al Grupo Mixto, el camino que siguieron los de Compromís en señal de protesta por no disponer de grupo propio.

Iglesias envió a Echenique y Bescansa para contener la crisis

La ruptura afecta también a nivel municipal. El pasado 24-M, Podemos logró hacerse con varias alcaldías de peso, como las de Santiago, Ferrol o La Coruña. El alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, afin a Iglesias, ha sido precisamente uno de los más críticos con las resistencias del secretario general a concurrir en la fórmula de las mareas. Ferreiro ha considerado que Podemos “no está siendo bastante valiente” por su decisión de no integrarse en un partido instrumental.

Iglesias envió a Galicia a dos negociadores de peso, Pablo Echenique y Carolina Bescansa, para tratar de contener esta crisis y lograr un acuerdo in extremis. Ambos se reunieron este jueves durante más de siete horas con la dirección de En Marea, sin soluciones. Desde Podemos se insiste no obstante, aunque aún hay margen y la ruptura no es definitiva.

El debate en la confluencia viene de lejos y tuvo su punto álgido hace meses, cuando líderes como Xosé Manuel Beiras reclamaron repensar la relación con Podemos. En los últimos tiempos, Iglesias ha visto cómo antiguos e importantes integrantes de su partido se incorporaban a los espacios de las mareas, en favor de una alianza plena.

Fuentes de la confluencia gallega señalan  que tras la celebración de la asamblea constituyente de En Marea,  el 30 de julio, se dobló el número de inscritos, lo que interpretan como un masivo trasvase desde el espacio de Podemos.

Podemos admite que “es una mala noticia” para el 25-S

El malestar en ambas formaciones es una realidad. Fuentes de Podemos admiten a OKDIARIO que la ruptura es una “mala noticia” que condiciona sus expectativas electorales. “Todos tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad”, reconocen.

Por parte de En Marea, reprochan a Iglesias que haya priorizado sus intereses antes que integrarse en el nuevo partido, en una relación de igual a igual con el resto de los socios. La decisión contraviene el deseo de las propias bases de Podemos en Galicia, que la semana pasada habían avalado en asamblea, con un 75% a favor, la concurrencia con En Marea en las elecciones.

Podemos se enfrenta así a un escenario incierto en Galicia y sin apenas margen de reacción. Las encuestas avanzan que, de ir en solitario, sólo lograría la mitad de los diputados que podría lograr En Marea, seis por doce, según la encuesta de Sondaxe.

Para los de Iglesias, acudir unidos era la forma más eficaz para afrontar estos comicios, en los que el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, no encontrará aparente competencia. Según este mismo sondeo, el PP rozaría, con 37 escaños, la mayoría absoluta, que se sitúa en 38 diputados. Los socialistas conseguirían 15.

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