El Rey destaca la preocupación por la subida histórica de la luz y la cesta de la compra
No es ajeno el Rey a las difíciles circunstancias que afrontan los españoles. La compleja coyuntura económica, los todavía elevados datos de desempleo, las pésimas previsiones de los organismos internacionales marcan la lenta recuperación, en un contexto aún adverso. Un momento que los ciudadanos afrontan además con el impacto de la subida récord de la luz -que este año ha encadenado cifras históricas- y del IPC. Una situación que no pasa desapercibida para don Felipe. En un discurso de profundo contenido social, el Rey ha recordado que «ha aumentado el número de personas en situación de vulnerabilidad y hoy en día existe preocupación en muchos hogares por la subida de los precios, el coste de la energía o por las dificultades para encontrar un empleo estable, especialmente para los jóvenes».
Felipe VI ha hecho hincapié en que «muchos ciudadanos continúan padeciendo las consecuencias sociales, económicas y también emocionales derivadas de la pandemia». Ha destacado que la «economía ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de los trabajos que se habían visto temporalmente suspendidos» y que «la cifra de ocupados evoluciona a un ritmo realmente positivo». Pero no ha evitado los grandes retos que aún afronta España. Sus palabras adquieren un especial significado en un contexto en que el Gobierno se ha mostrado incapaz de aliviar a los españoles la carga que supone el incremento de la factura eléctrica y de la cesta de la compra.
El Rey, consciente de esta coyuntura, ha evitado caer en un mensaje sombrío. Conocedor de las posibilidades de la sociedad española para encarar con éxito sus desafíos, ha pedido no instalarse en el conformismo, ni en la desolación. «Debemos reaccionar», ha señalado.
«Creo sinceramente que los desafíos que tenemos por delante representan para España, como para muchas otras naciones, un auténtica encrucijada», ha admitido el monarca. Pero también ha insistido en que esos retos «son una oportunidad histórica, incluso una exigencia para ponernos al día, para actualizar y modernizar nuestro país, manteniéndonos firmes en nuestros principios democráticos y en los valores que inspiran nuestra convivencia».
«En lo que hagamos o decidamos de ahora en adelante está en juego que podamos seguir progresando junto a las naciones más avanzadas o que perdamos el paso en nuestro camino», ha señalado también.
El monarca ha realizado un elogio cerrado de la sociedad española. «Las circunstancias, muchas de ellas nada fáciles, que nos ha tocado vivir, sobre todo a lo largo de estos últimos 40 años, nos han forjado como una sociedad fuerte y responsable; y enormemente solidaria, como hemos comprobado desde el comienzo de esta pandemia. Son nuestros valores cívicos, junto al talento, la vitalidad y la energía que tenemos en la industria, en los servicios o el campo, los que deben estar muy presentes en la construcción de nuestro futuro», ha reivindicado don Felipe, que ha recordado también que «el cambio tan profundo de España en estas más de cuatro décadas de democracia y libertad ha sido extraordinario, y no ha sido fruto de la casualidad». «Se ha basado en el esfuerzo y el sacrificio de muchas personas, de millones de españoles. Y se ha debido a muchas razones: sentido de la historia, grandes acuerdos, generosidad, responsabilidad y visión de futuro».