¿A quién pertenece el centro político?
Los sociólogos y politólogos creen que identificarse como una fuerza de centro transmite una imagen de moderación con la que los partidos lo que buscan es entrar en la batalla del sentido común dejando la irracionalidad en los extremos.
El PP se reivindica como centrista y moderado, los socialistas reclaman también el centro político y Ciudadanos abandera la herencia de Adolfo Suárez. Una estrategia de «marketing» que, según algunos de los expertos en Sociología consultados por Efe, «sale barata» a los partidos. De este modo, tal y como explica el politólogo Pablo Simón, etiquetarse como una fuerza de centro «transmite una imagen de moderación» con la que los partidos lo que buscan es entrar «en la batalla del sentido común» dejando la irracionalidad en los extremos.
En todo caso, cree que el centro es hoy menos importante que «cavar en determinadas trincheras», lo que viene determinado -señala- por el contexto multipartidista en el que se mueve la política. Por eso, él entiende que en este escenario no es necesario ser «hegemónico» en el centro porque «la fragmentación es tal que no ganando en el centro puedes ganar elecciones».
Simón (sociólogo): «La fragmentación es tal que no ganando en el centro puedes ganar elecciones»
Además, aunque los electores se sitúan mayoritariamente en el centro izquierda, afirma, «esto no significa nada porque la derecha sigue ganando elecciones. No hay un correlato en ese sentido».
Por el contrario, otro de los expertos en análisis electoral consultados por EFE, Narciso Michavila, ve claro que es en el caladero del centro donde está la victoria electoral porque la mayor parte de la ciudadanía «lo que busca es el equilibrio y la moderación». Debates como el recién traído de las armas por VOX, los toros o la pena de muerte movilizan a una parte minoritaria de la sociedad por muy controvertidos que sean, lo que significa, según el experto, que el debate de la polarización se produce más en las élites políticas que en la sociedad.
Los partidos con vocación de gobierno, insiste este experto, «no tienen más remedio que estar en el centro y tienen que atrapar todo». Un centro que en el caso de España se escora a la izquierda, lo que convierte a su electorado, junto al francés, señala Michavila, en el más centroizquierdista del tablero europeo. De hecho, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado mes de marzo y publicado este martes, el 21,2% de los consultados se situaba en el cinco de una escala del uno al diez, en la que el uno representa la extrema izquierda y el diez la extrema derecha. Un 13,9% lo hacía en el cuatro y un 14,6% en el tres.
Llama la atención el viraje cada vez más a la derecha que los españoles ven en Ciudadanos.
En cuanto a los partidos, llama la atención el viraje cada vez más a la derecha que los españoles ven en Ciudadanos, ya que partió de un 6,4 en el CIS de abril de 2016, que prácticamente coincide con su debut político nacional, a escalar hasta el 6,9 como marcan los datos del sondeo de marzo, donde lleva instalado los últimos meses.
Sin embargo, no hay cambios significativos en las otras tres principales formaciones y el PSOE, por ejemplo, sigue en el entorno del cuatro (centro izquierda) durante los últimos tres años, con un 4,1 en el estudio de marzo. Muy parecida continua la percepción que los españoles tienen del PP, que se mueve todo el tiempo alrededor del 8 (derecha), un 8,1 en marzo, y lo mismo sucede con Podemos, que casi no se aparta del 2 (extrema izquierda) y se coloca en un 2,3 en este último análisis.
En este contexto ideológico, el politólogo José Ignacio Torreblanca cree que «es un mal momento» para el centro político porque con una competición a cinco como la que se plantea el 28 de abril y con cuestiones que se han convertido «en binarias o emocionales», como la crisis de Cataluña, «la ruptura se produce en el centro». Es lo que le ha pasado a Podemos, explica, donde se ha quedado fuera del partido «esa visión más centrista y moderada» y a Ciudadanos, advierte, le puede pasar también si se ve obligado a pactar con VOX o con el PSOE.