El PSOE planea una nueva moción de censura en marzo y obliga a Mañueco a adelantar elecciones
Las encuestas electorales apuntan a un claro triunfo del PP en Castilla y León en unas futuras elecciones regionales. El PSOE no lo acepta, y tras una primera moción de censura fracasada en marzo de este año, los socialistas vuelven ya a tantear apoyos para intentarlo de nuevo. Su objetivo: convencer a más diputados de Cs para que traicionen al PP y le regalen en los despachos lo que no logran en las urnas.
El Estatuto de Autonomía de Castilla y León deja claros los plazos para plantear las mociones de censura en la Cámara regional. El artículo 36 del Estatuto señala que “las Cortes de Castilla y León pueden exigir la responsabilidad política de la Junta mediante aprobación por mayoría absoluta de sus miembros de la moción de censura. Ésta deberá ser propuesta, al menos, por el 15 por 100 de los procuradores y habrá de incluir un candidato a presidente de Castilla y León”, pero “los firmantes de una moción de censura no podrán presentar otra mientras no transcurra un año desde la presentación de aquélla, dentro de la misma legislatura”.
Los socialistas plantearon ya una el 10 de marzo. Aquella se votó el 22 de ese mismo mes y el resultado fue negativo para el PSOE. La moción de censura en Castilla y León, la segunda que impulsaban los hombres de Pedro Sánchez en dos semanas en una comunidad presidida por el PP, salía trasquilada. Y es que la operación no contó con el apoyo de los suficientes escaños como para derrocar a Alfonso Fernández Mañueco. El PSOE no sumó a sus 37 votos -35 de parlamentarios socialistas y dos de Podemos― los cuatro que necesitaba para alcanzar la mayoría absoluta de 41 diputados necesaria.
El candidato era ya Luis Tudanca, quien intentó que Ciudadanos rompiera su pacto con el PP y traicionara a Mañueco. Pero los 29 votos del PP, los 11 de Cs y el de Vox, unidos a tres abstenciones garantizaron la continuidad del PP al frente del Gobierno de Castilla y León. Las tres abstenciones, eso sí, se repartieron entre la de la ex procuradora de Cs que había dejado su partido días antes y la de los escaños de Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila, una escisión del PP. Ahora el PSOE busca nuevas deserciones de Cs para conseguir sumar esos 41 votos.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, es consciente del clima. Y ha tenido que barajar ya un escenario de adelanto electoral ante la tensión creciente con Ciudadanos en Castilla y León; La idea, de hecho, ha sido ya barajada por su partido y consiste en celebrar elecciones autonómicas en primavera.
El último foco de tensión grave con Ciudadanos se ha producido recientemente por culpa de la consejera de Sanidad, Verónica Casado. El Partido Popular de Ávila, con su presidente Carlos García al frente, exigió, de hecho, la dimisión de Verónica Casado. Y es que la consejera anunció, sin pactar con nadie, la destitución de la gerente de Asistencia Sanitaria de Ávila, María Antonia Pedraza. La orden: sustituirla por Carlos Navarro.
Se trató de un movimiento personal. Pero que se sumó a una serie de actos que en el PP se consideran contrarios al espíritu del pacto con Ciudadanos. Y es que el cese de Pedraza se unió a la oposición de los populares al plan de reestructuración sanitaria propuesto por la Consejería. El popular Carlos García señaló ya en ese momento el «rechazo total y absoluto al cese de María Antonia Pedraza”.
Por todo ello, Mañueco y su equipo se preparan para una convocatoria de elecciones anticipadas en el inicio del año, con idea de celebrar los comicios en la próxima primavera.