El PSOE ofrece a la Generalitat controlar las guarderías para adoctrinar a niños de hasta 3 años

Guardería. @IStock
Guardería. @IStock
Carlos Cuesta

El PSOE no pierde oportunidad para allanar el camino a un entendimiento con los separatistas. Y la forma de conseguirlo es avanzar en un autogobierno pleno, que quede a un paso de una independencia de facto. El siguiente peldaño lo pretenden dar los socialistas en materia educativa, donde el adoctrinamiento nacionalista es exagerado, pero donde los separatistas siguen queriendo ampliar su poder para expandir el efecto de su fábrica de votantes nacionalistas. Y el área donde ya se negocia esa expansión es en las guarderías: la primera etapa educativa, donde la edad de los niños va de los 0 a los 3 años.

El PSOE tiene en mente una nueva reforma educativa nacional. Una que abra el camino a un mayor autogobierno autonómico en materia escolar. Y, en concreto, tal y como reconoce ya el PSC, pretenden ahora «recuperar la corresponsabilidad de la Generalitat en la financiación de las guarderías municipales». La medida se vende como la fórmula de «garantizar una financiación estable de estos servicios, bajo los criterios de corresponsabilidad, calidad y equidad». Pero lo cierto es que, esa cofinanciación traerá de la mano un evidente aumento de poder de la Generalitat en estos centros educativos y una uniformidad en toda la región con los parámetros educativos mostrados por la Generalitat ya en el resto de tramos de edad.

Esta nueva entrega de poder se complementa con la oferta trasladada ya a ERC donde se recoge una completa reforma de la ley educativa nacional -la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa)- con el fin de dar aún más poder sobre la educación a los nacionalistas. El cambio pretende acabar con los controles nacionales a la imposición del catalán. La reforma, de esta manera, supondrá la imposibilidad legal, no sólo de garantizar una mínima enseñanza en castellano en las escuelas de esa comunidad autónoma, sino también de que los padres puedan defenderse con posibilidades reales de triunfo en los tribunales frente a los abusos lingüísticos.

Esa reforma parte de una serie de ideas base. La primera es que, como señalan desde el PSC, «defendemos un sistema educativo justo, equitativo y respetuoso con las competencias del Estatuto de Autonomía de Cataluña». La segunda es el avance en un sistema que potencie «el arraigo territorial y la defensa del modelo de escuela pública de Cataluña». La tercera es directamente «derogar la LOMCE como primera medida de apoyo al modelo de Escuela catalana». Y esa derogación supone literalmente abrir la puerta a la eliminación de los controles lingüísticos.

Hay que recordar que estas cesiones suponen la entrega de los últimos bastiones de potencial control nacional en un panorama educativo tomado por el nacionalismo. Porque lo cierto es que hoy en Cataluña existen un total 4.635 centros de Infantil, Primaria y Secundaria y de ellos ni uno oferta educación con el castellano como lengua vehicular de enseñanza. Así, para un total de 1.196.148 alumnos, sólo 15.000 alumnos (menos del 1%) pueden estudiar en colegios que oferten la educación en castellano. Y todos ellos son privados.

La situación ha llegado a tal punto que las denuncias por adoctrinamiento han ascendido ya hasta la propia Unicef. La asociación Cataluña Pueblo de España, fundada en Lausanne (Suiza), ha denunciado ya en una carta dirigida a la directora general del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta H. Fore, la manipulación de los niños por parte del independentismo y el adoctrinamiento que se produce en las aulas de Cataluña.

El presidente de la entidad, François Meylan, explica en su escrito que Cataluña «sufre una profunda fractura social, causada por actos de discriminación, manipulación y violencia psicológica o incluso física por parte del aparato separatista catalán» y apela a la necesidad de garantizar en la región los principios que defiende Unicef en su carta fundacional: «La supervivencia, la protección y la satisfacción de los niños son imperativos del desarrollo universal cuyo respeto es esencial para el progreso de la humanidad».

Ahora los socialistas ponen a pleno tiro de este adoctrinamiento la franja de edad más sensible: la de los niños hasta 3 años.

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