Sánchez busca una reunión con Biden que haga olvidar el paseíllo de 29 segundos en Bruselas

Pedro Sánchez Joe Biden
Pedro Sánchez con Joe Biden en Bruselas.
Joan Guirado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere la foto de una reunión con Joe Biden al precio que sea. Tras el fiasco del paseíllo de 29 segundos en la cumbre de la OTAN, celebrada en junio pasado en Bruselas, el jefe del Ejecutivo quiere aprovechar ahora la crisis de Afganistán para forzar el encuentro con el mandatario norteamericano. Ambos han mantenido una conversación telefónica de una media hora este fin de semana. Tras la marcha de Iván Redondo, ahora es el nuevo jefe de gabinete, Óscar López, quien negocia con la Casa Blanca. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, también mantiene contactos con la administración Biden para encarrilar la cita.

Sánchez quiere convertir a España en el principal ‘hub’ de Occidente para la llegada de afganos que huyen de los talibanes. Eso convierte a nuestro país en uno de los puntos de recepción de las personas rescatadas y del personal en el país -también del Ejército de Estados Unidos- a través de las bases de Rota y Morón de la Frontera. En estas bases harán escala los militares norteamericanos antes de llegar a Kabul para ayudar a la repatriación, tras el acuerdo alcanzado por Sánchez y Biden vía telefónica.

Como ya ocurrió con el Aquarius -el buque de salvamento marítimo que atracó en Valencia tras varias semanas a la deriva en 2018- Pedro Sánchez quiere aprovechar esta crisis para marcar músculo y perfil social ante el resto de socios comunitarios, mientras países como Holanda o Bélgica fracasan en su misión. Una estrategia que, por el momento, le ha brindado el reconocimiento de la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von Der Leyen y una llamada con Biden. Ahora, el presidente socialista va a por el encuentro formal, que podría tener lugar tanto en Washington como en España, aprovechando una hipotética visita del presidente norteamericano a lo largo de las próximas semanas a alguna de las bases en España.

Ausente durante los primeros días de la crisis -mientras disfrutaba de sus vacaciones en el palacio de La Mareta (Lanzarote)- Sánchez pretende convertirse en un referente de la solución de la crisis de Afganistán, pese a que de momento no hay acuerdo ni en el marco de la UE ni a nivel internacional para la acogida de los afganos que ya han abandonado el país.

De momento, la mayoría, más de medio millar, pasan la cuarentena obligatoria que marca el protocolo anti-Covid en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Centenares de profesionales de las Fuerzas Armadas, policía, sanitarios y psicólogos trabajan con ellos. En los próximos días también serán vacunados y reubicados en diferentes puntos de España.

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