Pedro Sánchez, en busca del 30% tras exhumar a Franco
Casado y con dos hijas, Sánchez busca en estas elecciones conseguir la mayoría que no le dieron las urnas el 28 de abril para gobernar España en solitario.
«Cada día en Moncloa es un día ganado», le espetó una vez un colaborador muy cercano a Pedro Sánchez (Madrid, 1972), cuando a finales del 2018, conscientes de la dificultad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, plantearon por primera vez la celebración de elecciones anticipadas. Esa frase concuerda con el ‘Manual de Resistencia’, el libro que publicó Sánchez este mismo año, y que demuestra su capacidad de resistir en la cima de la política tras ser abandonado por sus compañeros de partido en 2016, cuando le desahuciaron de Ferraz, y este mismo año, cuando sus socios podemitas y separatistas no apoyaron su investidura. Se le puso entre ceja y ceja exhumar al dictador Francisco Franco y a este acto electoral pagado por el Gobierno se agarra ahora el PSOE para mejorar sus resultados el 10 de noviembre. Paradojas de la vida, Sánchez será el último presidente de Franco. Y es que en estos comicios, el líder del PSOE, busca corregir el resultado del 28 de abril consiguiendo una mayoría que le permita gobernar en solitario.
Pedro Sánchez es un experto en pulverizar récords. Su resurgir en la secretaría general del PSOE tras ser fulminado por su «no es no» a Mariano Rajoy, las dos veces que el pleno del Congreso le ha negado su confianza para presidir el Gobierno, haber ganado por primera vez una moción de censura en España y ser el primer Presidente en ejercicio en publicar un libro, son algunos de los hitos que, junto a la exhumación de Franco, escribirán su perfil en la historia política de nuestro país. Pero también la polémica. La falta de explicaciones por su ‘tesis fake’ con la que se convirtió en doctor en Economía, el uso indiscriminado de los recursos del Estado como el avión Falcón para su uso privado o los pactos alcanzados con separatistas y pro etarras han puesto sombras en una carrera meteórica.
Pisó el Congreso de los Diputados por primera vez el año 2009, de rebote, tras la renuncia del ex ministro Pedro Solbes. En ese mismo momento abandonaba el acta de concejal del Ayuntamiento de Madrid. Con su llegada a la política nacional empezaba también a darse a conocer en el PSOE. Inicialmente ayudó a Trinidad Jiménez a arrebatar a Tomás Gómez el liderazgo del PSM -cuando él llegó a la secretaría general del PSOE lo fulminó- y posteriormente aprovechando su condición de diputado que revalidó en 2013, también de rebote gracias a la renuncia de su mano derecha ahora, Cristina Narbona, visitando varias agrupaciones del PSOE para conocer la opinión de los afiliados en un momento de gran desánimo tras la vuelta del PP al poder.
Casado con Begoña Gómez y padre de dos hijas, antes de trasladarse al Palacio de La Moncloa, vivía en un piso de alto standing en una de las urbanizaciones más caras de Pozuelo de Alarcón. Fuera de la política, Pedro Sánchez, ha desarrollado su actividad profesional como profesor en la universidad y como asesor en varios puestos en la Unión Europea y en Bosnia, en la Alta Representación de las Naciones Unidas. Su ambición le llevó a prometer, a su primera novia, que «algún día seré presidente».