Gobierno de Pedro Sánchez

No hay Falcon para tanto Gobierno: una flota de 5 aeronaves para repartir entre 26 vips

falcon
Un Falcon 900 del Ejército del Aire.
Pelayo Barro

España nunca había tenido un Gobierno tan extenso como el que está en ciernes desde el segundo Ejecutivo de Adolfo Suárez. El Ejecutivo diseñado por Pedro Sánchez sentará en el Consejo de Ministros a 23 personas. Un aumento de cargos que complicará la gestión del uso de la flota Falcon, los aviones al servicio de la Casa Real, el presidente, los ministros y los presidentes del Congreso y Senado. Sólo hay cinco aeronaves y no suelen estar todas operativas a la vez.

Para esta próxima legislatura habrá 18 ministros, cuatro vicepresidentes y el propio presidente. Es decir, habrá por lo menos cuatro personas más con asiento en el Consejo de Ministros y con derecho a viajar en uno de los aviones del 45 Grupo de las Fuerzas Armadas, la unidad del Ejército del Aire que gestiona la flota reservada para los ‘Vips’ del Estado. Además del Gobierno, también están al servicio de la Casa Real y de los presidentes del Congreso y del Senado. Es decir, 26 personas como mínimo -también puede usarlos en determinadas ocasiones algunos secretarios de Estado y altos mandos militares-.

No hay para todos

Según advierten fuentes militares a OKDIARIO, el hecho de aumentar el número de miembros del Consejo de Ministros tiene un efecto directo en la gestión de las aeronaves, ya que a partir de ahora podrán darse situaciones de saturación. «Es muy probable que haya momentos en los que no haya aeronaves suficientes para todos los ministros que necesiten volar», aseguran.

La flota de Dassault Falcon 900 del 45 Grupo está formada actualmente por cinco aeronaves. Sin embargo, explican fuentes del Ejército del Aire, no siempre están todas operativas. Los más habitual es que dos de los Falcon estén en un hangar sometidos a tareas de mantenimiento o reparación. En caso de que se trate de «mantenimiento mayor», la aeronave pasa a estar en un taller del aeropuerto de Barajas.

Las tres aeronaves restantes, con base en Torrejón de Ardoz, suelen estar operativas para el uso de los vips que lo requieran. Pero también es habitual, explican estas fuentes, que la tercera de esas aeronaves se dedique a tareas de «entrenamiento» de los pilotos de la unidad. En caso de necesidad, esa tercera aeronave se activa de forma casi inmediata.

Uno reservado para Sánchez

Pese a que no hay una normativa escrita al respecto de su uso, el Ejército del Aire suele tener ‘reservadas’ dos unidades específicamente para el Rey y para el presidente del Gobierno, las más altas figuras del Estado y con una agenda muy dispuesta a viajes no previstos de última hora.  Cabe recordar que Sánchez es el presidente que más ha recurrido a los jets militares para sus desplazamientos, incluso para acudir a actos de partido.

Llegado el caso de que varios ministros tengan que desplazarse a una cumbre europea o a Canarias, por ejemplo, algunos «deberán recurrir a vuelos regulares». Otra opción, explican, es activar uno de los dos Airbus A310 que tiene la unidad, y que suelen utilizarse para largos viajes intercontinentales.

Se trata de aeronaves mucho más grandes, con un consumo de combustible mucho mayor y que han sufrido problemas técnicos en los últimos años. Se compraron de segunda mano en 2002 a Air France, y han provocado algún quebradero de cabeza al Ejército, como cuando dejaron tirado al entonces príncipe Felipe en Honduras en 2014. Defensa tuvo que enviar un segundo A310 a recogerle.

Vuelos regulares

La opción de los vuelos en línea regular no resulta descabellada si se tiene en cuenta el proceder en otros países como Reino Unido o Finlandia, donde los primeros ministros viajan en aviones comerciales.

Otros mandatarios, como la canciller alemana Angela Merkel, también han recurrido en el pasado a líneas regulares: en 2018 tuvo que coger un vuelo de Iberia para ir desde Madrid a la cumbre del G-20 en Buenos Aires, después de que su avión presidencial sufriese una avería.

‘Plan renove’ de Sánchez

Entre los planes que Sánchez tiene sobre la mesa se encuentra acometer una posible renovación de la flota de aeronaves presidenciales. El Ejército del Aire, como contó OKDIARIO, ya ha evaluado varios modelos candidatos a suceder a los Falcon. En concreto dos jets Gulfstream y un Bombardier. La flota actual, pese a que ya tiene cierta antigüedad, está plenamente operativa pero es limitada en cuanto a alcance. Los nuevos modelos permitirían viajes mucho a distancias mucho más largas. Por ejemplo, llegarían a Pekín sin necesidad de escala técnica para repostar.

Un plan de estas características supondría un desembolso aproximado de 50 millones por unidad adquirida. A ello, explican fuentes militares, habría que sumarle una serie de sistemas de protección que deben llevar estas aeronaves. Contramedidas para que puedan, por ejemplo, burlar un ataque con misiles antiaéreos.

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