Monumental enfado de Sánchez con Armengol «por haberle mentido con Aldama» como hizo Santos Cerdán

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vive sus peores horas en La Moncloa tras descubrir que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, le ha «hecho un Santos Cerdán», según indican fuentes socialistas a OKDIARIO. El presidente se encuentra «hundido» tras constatar que personas de su máxima confianza le han mentido de forma sistemática sobre sus relaciones con Víctor de Aldama y ser supuestamente traicionado por su círculo más cercano.

La presidenta del Congreso habría asegurado a Sánchez que jamás se había visto con el empresario investigado en la trama de hidrocarburos, una versión que se ha demostrado falsa. Pero la verdad era otra: Armengol sí había mantenido un encuentro con Aldama en Palma, según han confirmado fuentes socialistas.

Lo que más preocupa en Moncloa es que Armengol ya no aparece únicamente salpicada por la trama de las mascarillas, sino que su relación con Aldama se extiende a otros ámbitos empresariales, multiplicando los frentes judiciales abiertos.

El patrón Cerdán se repite

La situación reproduce el esquema vivido con Santos Cerdán, de quien Sánchez declaró públicamente: «No debimos confiar en él», fingiendo haber sido engañado por su hasta entonces secretario de Organización. «Cerdán es de las personas en las que más confiaba Pedro», reconocen desde el Gobierno, lo que explica la magnitud del disgusto presidencial.

Tanto Cerdán como Armengol negaron inicialmente sus vínculos con Aldama, para después verse obligados a reconocer los hechos cuando las evidencias resultaron irrefutables. En el caso de la presidenta del Congreso, había reiterado este viernes que le «repugna todo tipo de corrupción política», aunque eludiendo aclarar si cuando era presidenta de Baleares se había reunido con De Aldama, como sostuvo el imputado en la trama de hidrocarburos y del caso Koldo en el programa de Iker Jiménez.

Armengol, el nuevo punto débil

Fuentes cercanas a Moncloa confirman que Sánchez considera ahora a Francina Armengol como su «gran punto débil», especialmente tras la querella interpuesta por HazteOir por falso testimonio ante la comisión parlamentaria del Senado. La asociación se basa en el artículo 502.3 del Código Penal, que castiga este delito con penas de entre seis meses y un año de cárcel.

La presidenta del Congreso había defendido en la comisión del caso mascarillas que no conocía a Víctor de Aldama, una declaración que ahora queda en entredicho tras confirmarse que formó parte de una comitiva.
Mientras tanto, Santos Cerdán mantiene su particular farsa. Pese a anunciar su dimisión «de todos los cargos» el jueves tras conocerse el informe de la UCO, el político navarro sigue figurando en la web oficial del Congreso como diputado en activo, conservando su aforamiento y sueldo público.

La renuncia al escaño, que en estos casos suele ser automática, no consta como recibida, lo que permite a Cerdán mantener su estatus parlamentario mientras la investigación judicial avanza.