Mas mete en la candidatura de CDC al Congreso al ex conseller que asesoró a un capo de la mafia rusa

Lliures
El ex conseller de Industria y Trabajo de la Generalitat, Antoni Fernández Teixidó.

Artur Mas ha propuesto a la dirección de Convergència colocar en el puesto número 2 o 3 de su candidatura al Congreso de los Diputados para las elecciones del 20D al ex conseller Antoni Fernández Teixidó, que trabajó como asesor del capo de la mafia rusa Malchas Tetruashvili.

Fernández Teixidó recaló en Convergencia en 1993 procedente del naufragio del Centro Democrático y Social (CDS), un partido en el que fue primero diputado nacional durante ocho años y luego secretario general, después de que Adolfo Suárez abandonara la vida política.

Gracias a su estrecha amistad con Jordi Pujol Ferrusola, el antiguo dirigente del CDS se convirtió en 2002 en conseller de Trabajo, Industria, Comercio y Turismo del último gobierno de la Generalitat presidido por Jordi Pujol Soley.

Pero el escándalo estalló tres años después de abandonar este cargo, cuando trascendió que, siendo diputado de CiU en el Parlament, Fernández Teixidor había firmado un contrato para asesorar a Malchas Tetruashvili, detenido en junio 2005 en la operación Avispa dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu contra la mafia rusa implantada en el levante español.

La operación incluyó 45 registros en Barcelona, Alicante y Málaga, así como la detención de 28 personas acusadas por blanqueo de capitales, quiebras fraudulentas y asociación ilícita. El cliente de Fernández Teixidó, Malchas Tetruashvili, estaba considerado por la Policía española como un capo de la mafia rusa y pasó varios meses en prisión por orden del magistrado de la Audiencia Nacional.

Al hacerse público estos hechos, Teixidó reconoció que en enero de 2005 -cinco meses antes de la operación policial- había firmado un «contrato mercantil» para prestar asesoría al Grupo Accionarial MT, la sociedad con la que Tetruashvili operaba en España. Una relación que se interrumpió cuando el capo ruso ingresó en la cárcel.

Medió ante la Delegación del Gobierno

Lo cierto es que la relación personal entre ambos se remontaba a 2002, cuando Fernández Teixidó acompañó al «empresario» ruso para facilitarle una entrevista con el subdelegado del Gobierno en Barcelona, con el fin de agilizar los trámites para que pudiera contratar a trabajadores extranjeros, según publicó el diario El País.

Cuando la Policía detuvo a Tetruashvili, la Policía encontró en su casa una carta que le había dirigido el político convergente en 2004, en la que le agradecía «muy sinceramente la cena que mantuvimos días atrás, se ponía a su disposición «para todo cuanto necesites» y enviaba cariñosos recuerdos a toda su familia.

Muy alejado de las posiciones independentistas hoy imperantes en CDC, Fernández Teixidó está considerado hoy uno de los representantes de la corriente liberal de este partido. De hecho, es uno de los principales impulsores del lobby liberal denominado Llibergència, junto a David Madí, el ex asesor de Artur Mas y ex director de Comunicación de CDC.

Madí
David Madí y Artur Mas juntos en una foto de archivo.

Aunque la decisión de colocar a Fernández Teixidó en uno de los puestos de salida de la candidatura de Convergencia al Congreso de los Diputados por Barcelona es una apuesta personal de Artur Mas, juega en su contra la mala relación personal que mantiene con el cabeza de lista, Francesc Homs, actual conseller de Presidencia de la Generalitat en funciones.

Homs responde a un perfil mucho más político: ha sido uno de los principales motores de la aventura independentista que ha conducido a Artur Mas a un callejón sin salida. En cambio, Antoni Fernández está llamado a actuar en Madrid como el representante del «sector negocios» de Convergencia, pero también muy próximo en su relación personal al actual presidente en funciones de la Generalitat.

Mientras ultima la lista de CDC para las elecciones generales del 20 de diciembre, Artur Mas sigue maniobrando para garantizarse la investidura como presidente de la Generalitat la próxima semana, pese al bloqueo de la CUP. Como informó OkDiario, en Convergencia no descartan que el grupo liderado por Antonio Baños «preste» finalmente dos de sus diez diputados para facilitar la investidura de Mas, con el fin de evitar que descarrile el proceso independentista.

El fin del sueño soberanista

Pero el entorno de Mas tampoco descarta ahora otra opción: que al menos dos diputados de Catalunya Sí que es Pot opten por abstenerse (o incluso se ausenten del Pleno de investidura), en cuyo casi bastaría el voto de los 62 diputados de Junts pel Sí para que Artur Mas sea ratificado en el cargo. Basta recordar que cinco diputados de la marca blanca de Podemos apoyaron la elección de Carme Cafarell como presidenta del Parlament, quien se estrenó en el cargo proclamando «Viva la República catalana».

En cualquier caso, Convergencia no quiere demorar ni un minuto más el proceso, ante el previsible batacazo que le espera en las elecciones generales del 20D. CDC no ha dejado de perder votos a medida que acentuaba su perfil independentista. Una tendencia que logró enmascarar en las elecciones autonómicas del 27S gracias a la candidatura conjunta Junts pel Sí formada junto a ERC.

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Los integrantes de la lista de Junts pel sí anoche (Foto: Getty)

Pero el partido de Oriol Junqueras ha decidido no reeditar la lista conjunta de cara a las generales del 20D, ya que aspira a captar el voto radical de la CUP. Si en la cita electoral de diciembre ERC logra superar en número de votos a CDC, Artur Mas quedará en una posición de extremada debilidad ante sus socios.

Pero las cosas aún pueden empeorar, al menos para el presidente en funciones de la Generalitat. En las autonómicas del 27S Ciudadanos se convirtió en el segundo partido más votado en Cataluña. Si la formación de Albert Rivera mantiene su tendencia de crecimiento y se convierte en la fuerza más votada en Cataluña (o al menos en Barcelona) el 20 de diciembre, el proceso de independencia quedaría completamente deslegitimado y reducido al ridículo, como ha reconocido la propia Pilar Rahola.

Entonces sí, la única salida digna que le quedaría a Artur Mas sería la convocatoria de unas nuevas elecciones anticipadas para la próxima primavera y el fin de su sueño soberanista.

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