ELECCIONES CATALUÑA

Marlaska y el CNI intensifican el control fronterizo para impedir que Puigdemont vuelva antes del 12M

En el entorno de Puigdemont no descartan un retorno anticipado a modo de golpe de efecto

Puigdemont
Carles Puigdemont descargando su maleta del maletero del coche en Bruselas.
Joan Guirado

La amenaza de un posible retorno de Carles Puigdemont antes de las elecciones del 12 de mayo, que no descartan en el entorno del candidato de Junts, ha obligado al Centro Nacional de Inteligencia y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a intensificar su vigilancia personal y la de los puestos fronterizos entre Francia y Cataluña. El objetivo, en caso de querer regresar de forma anticipada, es evitar que Puigdemont pueda llegar a Barcelona.

Fuentes de Defensa y de Interior, consultadas por este periódico, confirman que «se está trabajando con más detenimiento» para evitar que Carles Puigdemont pueda volver a España y aparecer en un mitin. Moncloa no quiere que eso ocurra «bajo ningún concepto». Pues en el complejo presidencial y en el PSOE reconocen que un movimiento de estas características «reventaría la campaña» y «casi con toda probabilidad catapultaría a Puigdemont a la victoria». En detrimento del socialista Salvador Illa.

En los últimos días, según han explicado a OKDIARIO funcionarios del puesto fronterizo de La Junquera, han llegado a la provincia de Gerona «algunos refuerzos». Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional, responsables de los pasos de La Junquera, Portbou y Molló, están «en permanente contacto y coordinación» con los Mossos d’Esquadra, la Gendarmería y el Centro Nacional de Inteligencia.

Fuentes de Defensa reconocen que «nunca se ha dejado de hacer lo que teníamos que hacer» respecto al trabajo de los servicios secretos con Puigdemont. Uno de los mayores temores es que aparezca en Cataluña burlando al Estado. Por eso, el CNI está en permanente contacto con los Cuerpos de Seguridad en un trabajo «conjunto» que circunscriben en la «normalidad» cuando refiere a algo que supone «una amenaza» para el Estado.

El ex presidente de la Generalitat y candidato de Junts a la reelección lleva varias semanas instalado en una localidad del sur de Francia, desde la que se desplaza a diario a Argelers sur Mer. En este municipio fronterizo los junteros han montado su cuartel de campaña. A diario, media docena de autobuses se desplazan desde distintos puntos de Cataluña a Argelers para escuchar a su candidato a presidir la Generalitat.

Desde Junts idearon esta campaña, de acuerdo con Puigdemont, pare evidenciar «el retorno a casa». El hecho de acercarse a la frontera, explican fuentes del partido, «significa que ya no hay retorno, que esta vez sí vuelve a Cataluña». La amnistía que Pedro Sánchez les ha concedido a los separatistas favorece los planes del prófugo. Su intención, en caso de lograr los números para ser investido, es someterse a un debate de investidura este mismo verano. En público, él siempre ha defendido su reaparición en el Parlament en esa ocasión.

Pero en privado, tanto en reuniones internas a pequeño nivel como personas que le conocen, reconocen que se trabaja en un retorno anticipado antes de las elecciones del próximo domingo. En concreto en la recta final de la campaña. El objetivo de una aparición estelar de estas características no es otro que el de movilizar al electorado que, según ha explicado él mismo este martes, en una rueda de prensa en Argelers, «falta por movilizar».

Puigdemont sigue segundo en los sondeos, pero los últimos trackings internos de Junts le dan esperanzas de poder dar el sorpasso al PSC. Ése sería el mejor escenario para él, pues obligaría a Pedro Sánchez a favorecer su investidura si quiere mantenerse en La Moncloa. El ex presidente ya le ha advertido que en función de lo que hagan los socialistas actuarán ellos.

La Policía francesa

Desde que se instaló en Francia, hace más de un mes y medio, Carles Puigdemont cuenta con protección de la Policía Nacional francesa y la Gendarmerie. Tanto a nivel personal como en sus actos públicos. Su partido, con el apoyo de la Generalitat y del Ministerio del Interior, negociaron con el Estado francés esta vigilancia para evitar altercados en sus mitines. A cambio, el Ministerio del Interior de Francia, solicitó a Puigdemont que no les diera problemas. Y cruzar la frontera sería uno.

Aunque no tiene ninguna orden de detención europea activa, por lo que la Policía francesa no tiene motivos para su detención, todo el mundo sabe que no puede entrar a España. Y el hecho de que los franceses no lo evitasen, quebraría la confianza entre los dos estados.

Los posibles retornos de Puigdemont

La opción más fácil que tiene Puigdemont para volver a España, es cruzar la frontera por vía terrestre a través de la AP-7 en La Junquera. Un tramo ya de por sí vigilado. Más aún estos días, según ha podido comprobar presencialmente este periódico. Éste es el recorrido más cómodo, que podría realizar en coche -camuflado o no-. También podría entrar por dos carreteras secundarias, la de Molló y Portbou, aunque ambas suponen más vuelta y una carretera más tortuosa. La ventaja de ambas: que no hay tanta vigilancia.

Carles Puigdemont también podría volver por vía marítima, con una lancha o un pequeño ferry, en un trayecto de no más de 20 minutos que le permitiría desembarcar en alguno de los múltiples puertos de la Costa Brava. También tiene la opción del tren internacional. A 10 minutos de Argelers tiene la estación del TGV de Perpiñán. A diario, hay media docena de trenes, dos de ellos operados por Renfe y otros por la francesa SNCF, que en menos de 50 minutos le dejan en Gerona. Las opciones de pasar desapercibido, en tren, son complicadas. Como última opción tendría la posibilidad de entrar por vía aérea, con un helicóptero o un avión pequeño, que podría aterrizar en múltiples aeródromos sin vigilancia.

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