Ley del 'sólo sí es sí'

Interior no controla si los excarcelados por el ‘sí es sí’ participaron en programas de reinserción

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio del Interior admite que desconoce el número de presos excarcelados por la aplicación de la conocida como Ley del sólo sí es sí que habían participado en programas de tratamiento para condenados por agresión sexual. Así lo reconoce el departamento de Fernando Grande-Marlaska en una respuesta a este periódico, en la que se solicitaba el número concreto de presos beneficiados por esta norma que previamente habían participado en un programa de reinserción de estas características.

El Ministerio reconoce que «no es posible facilitar esta información» debido a que «en la herramienta informática de gestión penitenciaria no se registran los motivos de las excarcelaciones de internos e internas sino el hecho que se produce en sí, es decir, la puesta en libertad». Por ello, concluye que «de esta circunstancia se deriva que no exista la estadística solicitada».

74 excarcelados

Interior admite así el descontrol sobre los presos beneficiados por la Ley del sí es sí, de los cuales, al menos 74 han sido excarcelados al ver rebajada su condena por la rebaja de las penas para los delitos sexuales. El Ministerio sólo registra las salidas de prisión, independientemente «de los motivos», pese a que, gracias a esta norma, los presos han visto adelantada -en ocasiones varios años- su salida de la cárcel.

En las prisiones españolas existen actualmente alrededor de 4.000 presos por delitos sexuales. El número de condenados que participan en estos programas específicos, orientados a prevenir la reincidencia, es mínimo. La participación de los delincuentes es en cualquier caso voluntaria, el programa dura unos dos años y los resultados, según Instituciones Penitenciarias, son concluyentes: prácticamente la totalidad no vuelven a ser condenados por delitos similares. Los presos que solicitan participar en uno de estos programas son evaluados cuidadosamente, pues no todos los perfiles son aceptados. Además, lo idóneo es que el programa se realice en una fecha próxima a su excarcelación.

Reincidencia

La reincidencia de los delincuentes sexuales es elevada. Un reciente informe de Instituciones Penitenciarias reconoce que hasta el 22% de los agresores de este tipo vuelve a cometer el mismo delito en la década siguiente a su salida de prisión. Una cifra elevada si se compara con otras tipologías delictivas.

Algunos de los violadores que han abandonado la cárcel gracias a la Ley del sólo sí es sí presentan un elevado riesgo de reincidencia.

Es el caso de Daniel P. G., un depredador sexual con un historial de 17 agresiones sexuales que fue excarcelado en enero después de que la Audiencia de Lérida le rebajara a nueve años y medio la condena de 15 años que se le había impuesto en 2010 por dos agresiones sexuales y un robo con violencia. Mientras permaneció en prisión, el condenado aceptó participar en programas de formación y en los itinerarios programados para la rehabilitación de agresores sexuales, pero los servicios penitenciarios concluyeron que sigue presentando un elevado riesgo de reincidencia. El excarcelado cometió su primera violación con 14 años y, en 2008, tras su salida de la cárcel por otra agresión, tardó apenas un mes en violar a dos jóvenes de 16 y 17 años.

No es el único caso que preocupa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Otro de los excarcelados por la Ley del sólo sí es sí es un peligroso delincuente condenado por pederastia y tentativa de homicidio que presenta, según han alertado los servicios penitenciarios, un «elevado riesgo de reincidencia delictiva violenta». El agresor fue condenado  por abusar sexualmente de dos niños de 11 y 14 años, a quienes obligó a hacerle sexo oral. Tras ello, los arrojó al canal de Seròs. Cometió los abusos aprovechando un permiso penitenciario, pues ya cumplía condena por el caso del Raval, una red de pederastia detectada en 1997 en este barrio de Barcelona.

La única solución por parte del Ministerio de Igualdad ha sido poner pulseras telemáticas a disposición de las víctimas cuyo agresor sexual salga de prisión por una rebaja de condena.

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