Ésta es la hoja de ruta del 155: parlamento y gobierno catalanes anulados y elecciones inmediatas

Carles Puigdemont
Carles Puigdemont. (Foto: AFP)
Carlos Cuesta

Rajoy ha activado el artículo 155. Y esto es lo que vendrá en las próximas semanas. El Gobierno regional sería anulado. El Parlamento catalán debería paralizar su actividad. Y se convocarían elecciones autonómicas inmediatas para evitar que la situación de excepcionalidad se prolongara y pudiese fabricarse un discurso contra el Gobierno aludiendo a una supuesta violación democrática.

Se trata de la hoja de ruta que lleva meses preparando el Gobierno y que cuenta con ramificaciones y especificaciones para cada área y actividad administrativa.

El Gobierno ha tardado en activar el artículo 155 de la Constitución. Pero también es cierto que los distintos departamentos del Ejecutivo llevan meses elaborando un plan de actuación a partir del momento de activación del famoso artículo que permite la asunción de competencias autonómicas.

Fuentes conocedores del plan de desarrollo destacan que el primer paso es la anulación del Ejecutivo autonómico. No se puede desarrollar el control si continúan dentro los responsables del golpe de estado. Por eso es necesario pasar a controlar el Ejecutivo. A partir de ahí se abren varias posibilidades: la primera es la de sustituir literalmente a Puigdemont y el resto de su equipo de gobierno. La segunda, que también se encuentra recogida entre las opciones estudiadas, pasa por la utilización de una gestora que se encargase de la gestión apartando sin más a los actuales miembros del «Govern».

La definición exacta de las opciones dependerá ahora de las conversaciones que se mantenga con PSOE y Ciudadanos. Especialmente del primero de ellos, que ya ha planteado sus reservas con respecto a la aplicación práctica del 155.

La segunda gran medida pasaría por anular la actividad del Parlamento catalán. Para ello, de nuevo, tampoco sería necesario expulsar físicamente a sus miembros. La simple paralización de la actividad o el cierre de las sesiones daría paso de facto a un freno a cualquier actividad legislativa contraria al objetivo del artículo 155. Una de las opciones que se ha estudiado en este punto pasa por la sustitución de la presidenta de la Cámara y el posterior cierre de las sesiones por parte del nuevo presidente.

En todos estos trámites el Gobierno y los equipos que trabajan en el diseño de los pasos a trazar a partir del inicio de la aplicación del 155, tienen lcaro que debe buscarse siempre el mecanismo más gradual y menos traumático. Un «paso a paso» que deje claro que se abren vías de vuelta atrás de los golpistas y que permita la menor visualización posible de la toma de control.

La tercera de las medidas, de hecho, quiere plasmar al cien por cien ese mensaje de pretender dar la menor imagen de intervención posible. Se trataría de la convocatoria de elecciones. El Gobierno no quiere prolongar ni un minuto más allá de lo necesario la intervención del 155. Para ello, habrán de convocarse elecciones lo antes posible. De forma que el gobierno y parlamento catalanes anulados den paso, lo antes posible, a un nuevo Ejecutivo y Legislativo respaldado por los votantes catalanes.

Todo ello, por supuesto, deberá superar las negociaciones entre Gobierno, PSOE y Ciudadanos. Y, claro está, deberá pasar por el Senado a partir del momento en el que se pase de la mera «activación» del 155 a la «aplicación» de las medidas por parte del Senado. Un paso que sólo comenzará en el momento en el que Puigdemont conteste al requerimiento y el Gobierno avale su ilegalidad.

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