Hamás, Putin, Maduro o los ayatolás: así ha torpedeado Podemos la posición de España en el mundo
España se sumó tarde al consenso internacional ante todas las grandes crisis mundiales
La última, el choque con Israel a cuenta del apoyo de Podemos a las tesis de Hamás
Cada vez que España debe posicionarse ante una crisis de envergadura a nivel mundial, de las que aglutinan a todo occidente de forma unánime en torno a una misma posición, el Gobierno de España se rompe en dos. La última, a raíz del masivo ataque de Hamás contra Israel, tras la que Sumar y sobre todo la rama de Podemos han mostrado su afinidad hacia el grupo terrorista radicado en Gaza. El choque diplomático provocado con Israel por la postura de parte del Consejo de Ministros se ha producido en otras ocasiones: la invasión rusa de Ucrania, las protestas en Irán por el asesinato de Mahsa Amini (que superaron el medio millar de muertos), o las de Venezuela contra el régimen de Nicolás Maduro (con al menos 130 muertos).
Podemos, con sus ministros en funciones en el Gobierno de Pedro Sánchez, es capaz aún de marcarle el paso a la diplomacia española. Se pudo comprobar este mismo lunes, cuando el discurso de la ministra Ione Belarra, voz autorizada de Podemos, acusó a Israel de «genocidio» en su respuesta a Hamás, provocó una respuesta sin precedentes por parte de la embajada de Israel en Madrid. La delegación hebrea en España denunció públicamente en un comunicado que miembros del Consejo de Ministros -sin citar quienes- se habían «alineado» con el «terrorismo tipo ISIS».
Podemos ante Israel y Hamás
Ese comunicado de la Embajada de Israel fue contestado apenas una hora más tarde por el Ministerio de Exteriores. No hubo llamada interna al orden en Moncloa, sino todo lo contrario: el Gobierno de Sánchez anunció que respaldaba a sus ministros de Podemos y calificaba su posición de «libertad de expresión».
La respuesta del Gobierno a los ataques de Hamás contra Israel ha estado marcada por el freno de mano que imponen los socios de Sumar y Podemos en el Gobierno. De momento, Pedro Sánchez es un único líder europeo que no ha viajado a Israel a mostrar su apoyo al Gobierno de Netanyahu tras los ataques. Sánchez tampoco firmó la carta de apoyo a Israel de varios países occidentales tras el asalto a civiles de Hamás para no molestar a Sumar ni a Podemos. Fue, además, uno de los últimos líderes en llamar al primer ministro israelí.
Podemos, Rusia y Ucrania
Algo similar ocurrió en febrero de 2022. A finales de ese mes, Rusia invadió Ucrania, en un desafío del presidente Vladimir Putin a toda la comunidad internacional y a la OTAN. El cierre de filas en occidente ante la invasión fue total… menos en España.
El Gobierno español fue el último de los socios europeos en anunciar el envío de ayuda y material defensivo a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa. Una imposición de Podemos en el Consejo de Ministros. Lo hizo más tarde, tras un agrio debate interno en el Consejo de Ministros, donde de nuevo la rama de Podemos trataba de bloquear los envíos y responsabilizaba de lo ocurrido a la OTAN. Un mensaje que caló muy hondo en la Alianza, a pocos meses de que se celebrase en Madrid una cumbre determinante para el futuro de la organización cuya organización se atacó desde el propio Consejo de Ministros de Sánchez.
Cuando se anunció el primer envío de armamento, Podemos respondió por boca de su líder, Ione Belarra: «Contribuir a la escalada bélica no va a resolver antes el conflicto y puede llevarnos a un escenario completamente incierto y muy peligroso de conflicto mundial».
Poco después, el ex líder y fundador de Podemos, Pablo Iglesias, difundió en sus redes y a través de su conglomerado de medios diversos bulos sobre el armamento enviado por España. Según sostuvo, las armas españolas -lanzadores antitanque C-90- habían terminado en manos de grupos neonazis ucranianos. Las imágenes correspondían a otro tipo de armamento, ajeno al español, y el bulo había sido creado por la propaganda rusa. Iglesias llegó a hacer un llamamiento a la «rendición» de Ucrania para evitar bajas.
Durante un año, Podemos intentó bloquear sistemáticamente el envío de ayuda a Ucrania. Una posición contraria a la homogénea que ha mantenido la UE y los aliados de la OTAN.
Podemos, Irán y Mahsa Amini
Irán, otro de los países con los que Podemos tiene vinculación directa-como reconoció y justificó el propio Pablo Iglesias-, fue escenario en septiembre de 2022 en adelante de grandes protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini.
Amini era una chica de 22 años iraní, de origen kurdo, a la que la llamada policía de la moral iraní detuvo en el metro de Teherán por no llevar el hiyab, el pañuelo islámico que la teocracia de los Ayatolás impone a 42 millones de mujeres. Fue trasladada a un calabozo y salvajemente torturada, hasta el punto de morir en un hospital poco después.
Su muerte provocó una gran revuelta contra el régimen de los Ayatolas en Irán, con más de 500 muertos y decenas de miles de detenidos. La reacción de Teherán provocó la condena unánime de todo occidente, que vio en la causa de Amini una reivindicación del feminismo y del papel de la mujer en ciertos países islámicos. En todos los países… menos, de nuevo, en España.
Tuvieron que pasar once días desde la muerte de Amini, con Irán y muchos puntos de Oriente Medio convertidos en un polvorín, para que el Gobierno mostrara su condena del asesinato. España fue, de nuevo, el último país en hacerlo.
«El Ejecutivo condena la violencia ejercida contra los manifestantes pacíficos y exige a las autoridades que se respete y garantice plenamente el derecho de todos sus ciudadanos y ciudadanas a expresarse y manifestarse», rezaba el comunicado del Gobierno, que llegaba después del silencio de todos los miembros de Podemos, en especial de la ministra de Igualdad Irene Montero. En ese momento ya se habían registrado 76 muertos fruto de la represión iraní.
Unos días antes, Sánchez participó en la reunión de la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York. Una cita en la que muchos líderes mundiales se pronunciaron sobre la muerte de Amini y sus consecuencias. Sánchez, preguntado en los pasillos, se limitó a decir: «He visto que estaba en redes sociales, pero no puedo opinar al respecto».
Venezuela y la represión de Maduro
La crisis de Venezuela en 2017, con protestas callejeras contra el régimen chavista de Nicolás Maduro, dejó más de un centenar de muertos y miles de detenidos. Escenas durísimas de abusos policiales y represión que se ganaron la condena unánime de occidente.
En aquel momento, Podemos era un partido de la oposición. El Gobierno de Mariano Rajoy condenó con dureza, en la línea de sus aliados, lo ocurrido en las calles de Venezuela. Pero el Congreso de los Diputados no lo hizo. La declaración quedó bloqueada por la oposición de Podemos. Las declaraciones institucionales requieren la unanimidad de los 350 diputados, por lo que en este caso la Cámara Baja no mostró su condena a lo ocurrido en Caracas.
Según Iglesias, la postura de Podemos, cuyos vínculos con Venezuela son más que conocidos, se basó en argumentar que el PP «utiliza una vez más Venezuela para tapar sus escándalos de corrupción».