La Guardia Civil ve en la detención de Irastorza la «determinación» de acabar con ETA
La asociación profesional Independiente de la Guardia Civil (IGC) ha interpretado la detención del último jefe de ETA Mikel Irastorza como una demostración de la «determinación» de las instituciones españolas y francesas de frenar «cualquier posibilidad de permanencia o crecimiento del cáncer terrorista etarra».
En una nota de prensa, la asociación recuerda a «los terroristas de ETA» que sólo «alcanzaran la paz» cuando sean detenidos y cumplan sus penas en prisión y que «la paz moral» no la lograrán nunca «si no muestran arrepentimiento por haber quitado la vida a personas, haberlas mutilado, o haberlo pretendido, o contribuido a ello de una u otra forma».
«El respeto entre todos los españoles y a sus diferencias culturales y sociales exigen cercenar de la sociedad a los grupos violentos, que aceptan y promueven los delitos para la consecución de sus fines, y para ello los ciudadanos cuentan con la Guardia Civil como institución garante de sus libertades y de su seguridad».
Lamentan por ello «las recientes agresiones a guardias civiles y sus compañeras en un local de ocio de Alsasua (Navarra)» y que, a su juicio, demuestran que determinados «grupos sociales siguen sin haber evolucionado lo suficiente, no dando muestras de madurez para vivir en paz y armonía».
«Prueba también -prosigue la nota- que siguen guardando rencor a las personas que desempeñan una función de seguridad pública, como son los guardias civiles por el sólo hecho de vestir ese uniforme».
Sostienen, además, que «los guardias civiles, a diferencia de sus agresores», no son «rencorosos», pese a «haber visto morir a compañeros y familiares, y de haber sufrido la presión psicológica de quienes públicamente los despreciaban».
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