Los grandes beneficiados del fin del OCON: los cárteles colombianos que financiaron la campaña de Petro
El narcotráfico colombiano financió la campaña de Petro, que llegó al poder en junio de 2022
Meses después se liquidó el OCON, dejando libre a la "segunda ruta de cocaína más importante del mundo" según Fiscalía
Desde hace unos años, el Estrecho se ha convertido en una de las rutas prioritarias para que los cárteles colombianos introduzcan «ingentes cantidades de cocaína» en Europa a través de Marruecos, tal y como ha constatado la Fiscalía. La llegada de estos alijos a Cádiz sufrió un gran revés cuando la unidad especial OCON Sur de la Guardia Civil comenzó a operar en el Campo de Gibraltar con notables éxitos. Su fin, ahora recordado por los trágicos asesinatos de agentes de la Guardia Civil en Barbate, fue celebrado por los narcos gaditanos. Pero también por los propios cárteles que habían abierto esa vía marroquí para la cocaína. Los mismos a los que el Gobierno colombiano de Gustavo Petro, que llegó al poder unos meses antes de que el Gobierno de Sánchez ordenase el fin del OCON, ha prometido una amplia amnistía. Mientras, la Fiscalía colombiana investiga la conexión del hijo de Petro con el narco: parte de la campaña de su padre la pagaron cárteles de la coca.
La ruta de la coca sudamericana rumbo a Europa pasa por Cádiz. De hecho, ya es la segunda más importante a nivel mundial, según acredita la Justicia española. Un negocio mil millonario que en 2018 encontró una piedra en su zapato en forma de unidad especial formada por 150 agentes de la Guardia Civil, desplegados en misión monográfica en Andalucía. La piedra pronto se convirtió en una roca. Casi 20.000 personas detenidas en cuatro años así lo atestiguan. Pero en septiembre de 2022 los problemas para los narcos se disiparon: la unidad quedaba disuelta por orden de Fernando Grande-Marlaska.
Esa decisión se tomó justo el año en que la Fiscalía alertaba del aumento del 78% de la cocaína incautada mientras circulaba por el Estrecho rumbo a las calles de las principales ciudades europeas. Se habla mucho del negocio del hachís en Marruecos, pero el de la cocaína es veinte veces más rentable: un kilo de la primera sustancia alcanza los 2.000 euros en el mercado, mientras que la segunda se dispara hasta los 40.000 euros.
Aquel 2022 fue realmente un buen año para los cárteles colombianos. No sólo por ese fin del OCON que amenazaba su segunda vía favorita para meter cocaína en Europa. Unos meses antes de aquella decisión de Interior, en junio, el izquierdista Gustavo Petro, con pasado en el grupo terrorista M-19, ganó las elecciones en Colombia.
Narcos, dinero y amnistía
Petro pronto desveló sus planes: una «paz grande» en sus palabras, un controvertido plan de amnistía para los delitos de narcotráfico que suponía levantar la persecución policial y judicial a los grandes capos de la coca. Petro lo denominó «proyecto de ley para la reconciliación nacional». En España, curiosamente, el PSOE definió su amnistía al separatismo en una carta a sus militantes como «un plan de reconciliación para Cataluña».
Sea como fuere, pronto saltaron las alarmas: tras aquella impunidad al narco calificada de «reconciliación» había algo más. Finalmente, la Fiscalía colombiana obtuvo la confesión de Nicolás Petro, el hijo del presidente y pieza clave en la financiación de su campaña. Reconoció haber recibido importantes cantidades de dinero procedentes de personas vinculadas con cárteles de la droga, a cambio de la promesa de un indulto. Se abría ante ellos, también, un escenario ilusionante: Colombia registró tras la llegada de Petro su récord de producción de cocaína con 1.738 toneladas. Dato de la UNODC, la agencia antidroga de la ONU. Cifras nunca antes vistas.
El Gobierno de Sánchez
El Gobierno de Pedro Sánchez también recibió con júbilo la llegada de Petro. «Colombia ha elegido nuevo presidente, ha elegido igualdad, justicia social y ambiental. Felicidades, Gustavo Petro y Francia Márquez por esta histórica victoria», señalaba el presidente español en sus redes sociales. Tras su investidura, llegó el viaje oficial: Sánchez se convirtió en el primer líder en visitar Colombia invitado por Petro. Era agosto de 2022.
Aquel encuentro se cerró con compromisos sobre la lucha contra el cambio climático, el empoderamiento de las mujeres, los derechos humanos, la inmigración y la trata de blancas. En la nota oficial de Moncloa, ni una mención a la lucha contra el narcotráfico o el crimen organizado. La visita sería correspondida en 2023 con un viaje de Petro a Madrid por invitación de Sánchez para una cumbre bilateral.
La ruta Marruecos-Cádiz
El narcotráfico en el Campo de Gibraltar no sólo es una preocupación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. También ha llamado la atención de agencias de otros países, como la Administración de Control de Drogas estadounidense. Agentes de la conocida DEA (Drug Enforcement Administration) se encontraban en España investigando la ruta marroquí elegida por los cárteles colombianos de la cocaína y sus mafias afines para meter su producto a través de Andalucía, cuando el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, decretó el cierre de la unidad especial contra el narco OCON Sur. Ambos, DEA y OCON, trabajaron mano a mano en aquella investigación que quedó en el aire en 2022.
Tal y como señalan las fuentes consultadas por OKDIARIO, la DEA se interesó en lo que estaba ocurriendo en las costas de Cádiz y Huelva tras la confesión de varios confidentes, que ofrecieron datos precisos del funcionamiento de esta red, vinculada a la temible Mocromaffia, una organización criminal de origen marroquí que opera en Países Bajos y que es responsable de buena parte de la cocaína que hay en el occidente de Europa. Una red que ya tiene ramas en Estados Unidos.
La colaboración entre la DEA, la Guardia Civil y también unidades de Policía Nacional en esta investigación se centró en determinar cómo grandes cárteles de la droga introducían, como describió la Fiscalía, «ingentes cantidades de cocaína» en España, rumbo a Europa, recurriendo a las «estructuras del tráfico de hachís» que llevaban décadas operando en el Estrecho.
El trabajo de OCON, junto con información aportada por la DEA y por la también estadounidense Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), consiguió éxitos importantes en operaciones que relevaron el modus operandi de estas redes: los cargueros procedentes de Colombia y otros países anexos llegaban hasta los puertos marroquíes de Tánger y Casablanca, descargaban cientos o miles de kilos de cocaína, que era transportada por carretera hasta guarderías próximas a la costa a la espera de dar el salto a Europa a través del Estrecho. Al uno y otro lado, porteadores gaditanos y marroquíes movían la mercancía para entregarla a grupos vinculados a esa Mocromaffia, que hasta entonces sólo había recurrido a los puertos de Amberes (Bélgica) y Rotterdam (Países Bajos).
Sin embargo, de la noche a la mañana, el OCON cerró sus puertas. Lo hizo en plena investigación de la DEA, que a partir de ese momento siguió colaborando con el CRAIN y con las unidades de Policía Judicial de las Comandancias de Cádiz y Huelva. Pero, fuentes de la Guardia Civil explican que el flujo de información se resintió completamente. La unidad de 150 guardias civiles, con un componente importante de agentes de Información dedicados a pisar el terreno del narco en el Campo de Gibraltar, dejó de operar. Y con ello, se perdió el rastro a muchos sospechosos. A día de hoy, los agentes consultados por OKDIARIO desconocen si, tras al menos tres años de operaciones, los efectivos de la DEA siguen operando desde Rota o han terminado su investigación.