ERC exige a Marlaska colocar una placa en la comisaría del 1-O de Barcelona como lugar de «torturas»
La Jefatura Superior de Policía Nacional en Vía Layetana (Barcelona) es el lugar que concentra las iras del separatismo contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Hacia allí se dirigieron los CDR durante las fases más violentas del procés. Y desde entonces, como símbolo de la respuesta del Estado al desafío separatista, las fuerzas independentistas han reclamado insistentemente la recuperación del edificio y su desalojo. No lo han logrado, pero sí han conseguido arrancar al Gobierno de Pedro Sánchez la calificación de «lugar de memoria»: la ley obliga a «resignificar» con placas el edificio, contando la historia de lo que allí ocurrió durante la dictadura. Pero en la Policía Nacional asumen que el relato de esas placas será un arma política contra los actuales agentes.
Una de las cesiones de Sánchez al independentismo fue la designación de la Jefatura Superior de Barcelona como «lugar de memoria», de forma que, por ley, quedará marcado el lugar por lo que allí ocurrió durante la dictadura. Pero la cesión es parcial, puesto que no obligará a sus actuales moradores, la Policía Nacional, a abandonar el edificio. Ése era el objetivo último del separatismo, que asedió en múltiples ocasiones las instalaciones al grito de «fora les forces de ocupaciò» («Fuera las fuerzas de ocupación»).
Legalmente, esta figura de «lugar de memoria» contemplada en la Ley de Memoria Democrática obliga a los titulares de lugares o instalaciones marcados con ese sello a colocar material audiovisual y señales que adviertan de lo que pasó en ese lugar. Pero, entre la plantilla policial, no hay dudas de que ese relato será de parte. Y ellos, los agentes, el verdadero objetivo de los independentistas.
«La ley permite que sea la propia Generalitat quien decida qué pondrán esas placas, así que no descartamos que nos pongan un aquí se tortura a catalanes o aquí se vulneran los derechos democráticos de Cataluña, para verlo todos los días cuando entremos a trabajar», explica a OKDIARIO uno de los agentes que lleva más de una década destinado en estas instalaciones, y que ha vivido de cerca los intentos de asalto por separatistas que se han producido durante el procés. El peor de ellos, el que se registró en octubre de 2019 tras la publicación de la sentencia condenatoria a los líderes del procés, que derivó en lo que el imaginario separatista bautizó como batalla de Urquinaona. Sus impulsores ya han sido amnistiados por el Gobierno.
El edificio fue durante el franquismo la sede principal de la Policía en Barcelona. Sobre sus años de actividad pesan cientos de denuncias por detenciones políticas y torturas. Sin embargo, antes de estar bajo control de las tropas franquistas -y luego del Gobierno franquista-, el edifico fue también un lugar de detención y tortura para presos de la Generalitat. Especialmente anarquistas. Dato que en la Jefatura, hoy, dudan que quede reflejado en esas futuras placas que se instalarán a las puertas del lugar.
Lo que dice la Ley
Según la definición que incluye la Ley de Memoria Democrática aprobada en 2022, estos «lugares de memoria» es todo aquel «espacio, inmueble, paraje o patrimonio cultural inmaterial o intangible en el que se han desarrollado hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades, la memoria de las mujeres, así como con la represión y violencia sobre la población como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la Guerra, la Dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos».
Por esa ley, el Estado se compromete a «impulsar la realización de recursos audiovisuales y digitales explicativos de los lugares de memoria democrática y promoverá la instalación de placas, paneles o algún distintivo memorial interpretativo en los mismos».
Además, como en el caso de la Jefatura, «se señalizará un punto de reconocimiento de las víctimas, indicando cuantos datos sean de interés para el conocimiento público de los hechos».
Una ‘casa del terror’
ERC no ha olvidado su plan para recuperar la titularidad edificios policiales y militares propiedad del Estado. Y entre los objetivos destaca principalmente esta sede de la Jefatura Superior de Policía Nacional en Barcelona.
Fuentes próximas a la formación explicaban a OKDIARIO que el proyecto para convertir la Jefatura Superior de Barcelona en un «centro de memoria» contra la policía «del franquismo» sigue adelante. Sólo necesita el visto bueno del Gobierno para la cesión de la titularidad del edificio a la Generalitat, que de momento seguirá bajo Interior y mantendrá la actividad policial ordinaria.
La formación tiene bastante avanzada la idea de lo que será ese museo que tiene en mente, en principio, sobre el franquismo, pero que en la Policía no dudan que terminará siendo también herramienta de propaganda contra el cuerpo actual. No hay que olvidar que la Jefatura ha sido objeto de las iras separatistas durante las violentas jornadas que precedieron a la publicación de la sentencia contra los golpistas del 1-O.
De hecho, miembros de ERC involucrados en este proyecto ya han visitado algunos museos similares que hay en Europa para buscar inspiración. Y hay una que, dicen, les ha encajado a la perfección. Una «casa del terror» similar a la que hay en Budapest (Hungría), donde se ubicaba el cuartel general de la Gestapo nazi y, posteriormente, de la policía secreta comunista. Ahora se ha convertido en un museo contra la tortura.