Miranda de Ebro

Detenido un jubilado de Burgos como autor de las cartas explosivas enviadas a Sánchez

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Luis Miguel Montero

Un jubilado de Miranda de Ebro (Burgos) de 74 años ha sido detenido esta mañana como autor del envío de seis cartas bomba a instituciones como presidencia del Gobierno y la embajada de Ucrania en Madrid. El 24 de noviembre Moncloa recibió una carta sospechosa dentro de un paquete dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Otros tres de ellos se recibieron en Madrid, en la Embajada de Ucrania, en el Ministerio de Defensa y en la base aérea de Torrejón de Ardoz. El quinto fue el recibido en la sede de la empresa Instalaza, dedicada a la fabricación de armas, en Zaragoza, y el sexto fue detectado en la Embajada de Estados Unidos en Madrid a comienzos de diciembre de 2022.

Si se confirma la autoría del envío las teorías sobre una asociación de supremacistas rusos quedarían en entredicho, ya que de momento lo único que ha trascendido es que el detenido no es «un profesional». El hombre ha sido detenido en la calle Clavel 2 del barrio de la Charca, un popular barrio donde la mayoría de los votos en elecciones locales y generales van a la izquierda. El detenido trabajó en el Ayuntamiento de Vitoria hasta su jubilación, vivía solo, no tiene hijos y no se le conocían adscripciones políticas.

El unabomber español resultó ser un jubilado de 74 años que no parece responder al perfil difundido días atrás de un peligroso integrante del Movimiento Imperial Ruso, como señalaba el diario estadounidense The New York Times el pasado fin de semana señalando fuentes de la inteligencia de Estados Unidos. La citada organización se define como un movimiento de ultraderecha y está incluida en el listado de organizaciones terroristas del Departamento de Estado norteamericano. Según el citado diario varios miembros de este grupo habrían estado visitando España y aunque el detenido parece ser prorruso y que no tiene antecedentes policiales.

Cartas
La Policía en la calle donde fue detenido el hombre.

La Brigada de Información de la Policía Nacional ahora tendrá que investigar esa posible pista para tratar de confirmar o no esa relación. Ha sido en gran parte gracias al trabajo de Policía Científica que se ha llegado hasta el autor de las misivas, cartas amenazantes recibidas en el complejo presidencial del Palacio de La Moncloa, el ministerio de Defensa y la embajada de Ucrania en Madrid entre otros. Para llegar hasta el jubilado de Burgos la Policía ha tenido que vsionar horas de vídeo grabadas en las cintas de distribución de Correos, localizar los sobres que tenían una característica diferente a los sobres normales,  luego encontraron a la empresa que los distribuía on line y llegaron a Burgos, cercando las sospechas sobre una sola persona. La Policía también comprobó que el hombre había comprado los sellos.

El primer perfil del autor de estas misivas, cuya capacidad de hacer daño era limitada, respondería según las pesquisas policiales, a una persona entre 40 y 50 años, solitario, residente en Valladolid, León o Galicia, con un nivel cultural medio alto (por la cuidada grafía de los anónimos conservados) y que sabría manejar pólvora y tendría acceso a ella, ya que el material encontrado se habría confeccionado con pólvora de cartuchos de caza, petardos y pequeñas esquirlas de metal.

Hay que recordar que el jefe de Seguridad de la Embajada de Ucrania resultó herido en un dedo al incendiarse la primera de estas cartas incendiarias de la que se tuvo conocimiento, ya que en realidad la primera fue recibida en el complejo de La Moncloa siete días antes y lo mantuvo en secreto. La investigación avanzó despacio porque las cartas incendiarias llegaron al centro de tratamiento postal de Valladolid, pero allí llegan también los de la provincia de León y los de toda Galicia. Dos de estas cartas no habían sido mataselladas. Ahora habrá que averiguar si el propio jubilado se trasladaba hasta Valladolid para echar allí las cartas o contaba con algún cómplice.

Aunque no había contenido en estas últimas seis cartas sí puso una dirección de correo electrónico inexistente en el remite. Esta es precisamente la letra que intenta cotejar ahora la Policía con las recibidas en Moncloa, además de muestras de ADN y huellas que han podido recuperar y que si durante el registro de la casa del detenido se comprueba que coinciden darán el caso por cerrado a la espera de otros análisis.

El pasado 3 de enero el juzgado número 4 de la Audiencia Nacional que investiga el envío de esta serie de cartas explosivas acordó abrir una nueva línea de investigación en la causa para llevar a cabo una serie de pesquisas de carácter tecnológico. En la próximas horas el detenido será trasladado hasta la Comisaría General de Información en Madrid.

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